Aunque los pacientes pediátricos con COVID-19 están entre los grupos menos afectados en términos de hospitalizaciones y muertes durante la pandemia, lo cierto es que estudios científicos demuestran que cada día son más los niños -aún asintomáticos- que están mostrando secuelas de lo que han llamado el “COVID prolongado”, una razón importante para impulsar la vacunación en esta población.

Así lo explicó a Primera Hora la neumóloga pediátrica Mariola Rivera Reyes, conocida por sus múltiples cápsulas educativas a través de la red social Twitter, donde ha advertido algunos de los daños que comienzan a documentarse entre infantes, niños y adolescentes que arrojaron positivos al virus SARS-CoV-2, aún cuando no tuvieron síntomas o estos fueron leves.

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Lamentablemente con el COVID al principio solo se hablaba de muertes. Y sí, esto es triste, pero también es importante que las personas conozcan las secuelas de esta enfermedad. Que sepan lo que está ocurriendo con los niños. Esto no es un simple catarro que te dio tres días, se te quitó y regresaste a tu vida normal. Desgraciadamente, estamos viendo reportes en niños que tienen secuelas... y esto es algo que podemos detener con las vacunas”, dijo la especialista con práctica de Estados Unidos.

Precisamente, este martes un panel científico de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) recomendó la vacuna de Pfizer/BioNTech contra la COVID-19 para niños entre 5 a 11 años de edad. Posteriormente, la directora de los CDC, Rochelle Walensky, estampó su firma en la decisión final para que la vacuna fuera aprobada para uso de emergencia en Estados Unidos para este grupo de edad. En el caso de Puerto Rico se proyecta vacunar a unos 227,000 niños de la población de niños. El proceso se llevaría a cabo por etapas y se contempla recurrir a la inoculación en las escuelas para completar el proceso para enero.

Según Rivera Reyes, entre las secuelas graves del “Long Covid” está el Síndrome Inflamatorio Multisistémico (MISC, por sus siglas en inglés), el cual incluye fiebre e inflamación en diferentes órganos que podrían poner en riesgo de muerte al paciente. Usualmente, estos síntomas aparecen tres a cuatro semanas después que el menor se contagió del virus. El Departamento de Salud ha informado que en Puerto Rico se han confirmado 16 casos de MISC. Agraciadamente todos han sobrevivido.

Sin embargo, según explicó la neumóloga pediátrica se han evidenciado otros síntomas relacionados a la enfermedad y algunos de estos pudieran culminar con una condición crónica.

Los niños y adolescentes han mostrado hasta un mes después de contagiarse síntomas de fatiga, dolores de cabeza o pérdida de gusto y olfato. Otros pueden tener tos, arritmia, lesiones en la piel (tipo rash), problemas de concentración y hasta situaciones de ansiedad y depresión. Todos estos son síntomas que se están evaluando en diferentes estudios en Reino Unido, España y, recientemente, en Estados Unidos”, puntualizó al agregar que son más de 200 los síntomas asociados a las secuelas del virus.

Subrayó que hay pacientes pediátricos que presentan problemas pulmonares y no necesariamente son personas que tuvieron síntomas de tos al inicio de la enfermedad o requirieron oxígeno.

Eso es lo más curioso porque son pacientes que se fatigan, no pueden respirar bien y, prácticamente, tenemos que llevarlos a rehabilitación pulmonar para enseñarlos a respirar otra vez. El asunto es que si el médico no identifica esto a tiempo, peor será la prognosis porque se siguen acumulando problemas”, acotó.

Otro síntoma frecuente es el dermatológico, el cual se manifiesta a través de un tipo de rash. “Lo que estamos evaluando es si se trata de una reacción autoinmune o un síndrome post viral, como ocurre con el chikungunya. Eso aún se está evaluando”, manifestó.

En el caso de los niños que hacen deportes y resultan positivos al virus la recomendación por parte de la Sociedad de Cardiología Pediátrica y la Asociación Americana de Pediatría es que sean evaluados antes de darles el visto bueno para regresar a sus entrenamientos. “Esto es así debido a las arritmias que se comienzan a ver en estos niños y jóvenes que tuvieron COVID”, acotó.

Tomando en consideración el escenario de secuelas que pudiera enfrentar un paciente pediátrico con COVID es que la doctora Rivera Reyes insiste en que la vacunación es la vía principal para evitar futuras condiciones crónicas en esta población.

Los estudios indican que entre un 4% a un 30% de los pacientes -incluyendo a los niños- pudieran desarrollar el ‘long covid’. Aun considerando el 4% es un montón de personas considerando que, por ejemplo, en Puerto Rico el sistema de Salud no tiene abasto para añadir más personas con enfermedades crónicas. Y esta es otra carga que ya viene por ahí. Así que nuestra recomendación es que mientras más vacunados hay en un país, más baja será la prevalencia del virus y disminuirá la cadena de transmisión. En este sentido la efectividad de las vacunas aumenta y hay menos riesgo de contagios y de que surjan estos casos de covid prolongado”, señaló.

A continuación, algunos de los daños registrados en el COVID prolongado:

1. Neumología- falta de aire, baja oxigenación y tos persistente.

2. Neurología- falta de concentracion, mucho dolor de cabeza, mareos. También pueden presentar “nieble cerebral” o confusión al registrar ideas.

3. Cardiología- presentación de arritmias y problemas con vasos sanguíneos.

4. Sangre- coágulos o trombosis.

5. Otorrinolaringología- tinnitus, y pérdida de gusto y olfato, incluso, por meses.

6. Dermatología- leesiones en la piel a través de ronchas o urticaria

7. Oftalmología- presentación de conjuntivitis, enrojecimiento de ojos

8. Problemas psiquiátricos- depresión o ansiedad.