¿Cuán orientados están los puertorriqueños sobre las vacunas disponibles contra el COVID-19?, ¿Conoce la ciudadanía lo que significa y las implicaciones que tienen las variantes descubiertas del SARS-CoV-2?

Estas y otras interrogantes son parte de la segunda fase del primer estudio de seroprevalencia del COVID-19 en Puerto Rico, un proyecto científico que inició el año pasado y que continuó una nueva etapa este fin de semana con una muestra aleatoria de personas que residen en 64 municipios de la isla.

El estudio- que se lleva a cabo con $865,000 provenientes de fondos de la Ley CARES Act- se hará a través de la conocida encuesta de Evaluación Comunitaria para la Respuesta a Emergencias de Salud Pública (CASPER, por sus siglas en inglés), la cual se modificó para este análisis con pruebas de anticuerpos (serológicas).

“El enfoque de esta segunda fase serán las vacunas. Queremos conocer la percepción que tienen los boricuas sobre las vacunas y, también, sobre las variantes del virus. Queremos indagar si entienden lo que implica la variante que hay en Puerto Rico (variante británica B.1.1.7). Nuestra hipótesis es que no va a haber mucho conocimiento. Aunque puede ser que, nuevamente, estemos erróneos porque en la primera fase que se indagó sobre las medidas de protección contra el virus más del 90% respondió estar consciente de la situación”, explicó el director del Puerto Rico Public Health Trust, José Rodríguez Orengo.

En su primera fase el proyecto Casper determinó que para noviembre de 2020 más de 86,000 personas (2.7%) de la población en la isla (más del doble de casos reportados por el Departamento de Salud para ese periodo) estuvo expuesta al virus, al tiempo que reveló que el mayor impacto de la pandemia en los hogares ha sido en la salud general, la salud mental y la economía.

Los primeros hallazgos del proyecto científico, que se llevó en una primera etapa durante el fin de semana del 20 al 22 de noviembre con una muestra aleatoria de personas que residen en 1,178 hogares de 64 municipios, es una iniciativa auspiciada por el Departamento de Salud de Puerto Rico.

La seroprevalencia es la detección de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 en la sangre de una persona, lo que indica que probablemente fue infectada en algún momento desde que inicio la pandemia. Este análisis se utiliza para proporcionar estimaciones de infección del COVID-19 basadas en la población, incluyendo las personas que tuvieron una infección leve o asintomática o que nunca se hicieron una prueba a pesar de tener síntomas.

“Ahora, en esta segunda fase, hemos logrado más de 1,050 entrevistas en las siete regiones. La meta es terminar hoy y llegar a cerca de las 1,200 entrevistas”, indicó Rodríguez Orengo.

El enfoque de este lunes será en las regiones de Fajardo y área metropolitana.

El científico exhortó a la ciudadanía a participar del estudio, al tiempo que recordó que las comunidades con control de acceso están obligados a abrir los portones al personal del Fideicomiso de Salud Pública.

“Es criterio de la gente decidir si quieren o no participar del proceso. Pero los guardias de seguridad deben darnos acceso”, sostuvo.

De otra parte, Rodríguez Orengo manifestó que se dará seguimiento al aspecto social de los hallazgos. “En noviembre 1 de cada cuatro individuos dijo que se habían disminuido sus horas de trabajo o perdido el empleo... hay que indagar si esa situación sigue igual o mejoró”, manifestó.

Agregó que los componentes sociales identificados se impactarán con el desarrollo de iniciativas a través de diversas organizaciones.

La primera fase del estudio reveló que el mayor impacto de la pandemia entre los ha sido en la tranquilidad (65%), las finanzas (33.3%) y la salud (23.5%).

“Casi dos tercios de los hogares reportan tener un miembro de la familia que experimenta más estrés (63.0%), mientras que el 30.2% tiene menos ingresos que antes de la pandemia y el 22.9% ha perdido su trabajo o está laborando menos horas”, detalla el documento en el que se destaca que al menos un miembro del hogar ha tenido un diagnóstico de depresion u otro diagnóstico de salud mental está presente en el 26.5% de los hogares.

De otra parte, es alarmante conocer que en un 42.5% de los hogares se informó la pérdida de citas médicas o dentales debido a la crisis salubrista.

Lo signos más comunes de posibles problemas de salud mental comunicados (en los últimos 30 días para cuando se hizo la encuesta en noviembre) incluyeron dificultad para dormir o tener pesadillas (41.2%), dificultad para concentrarse (27.7%), pérdida de apetito (17.2%) y comportamiento agitado (24.0%).

Una tercera fase del estudio está proyectada para julio, cuando el enfoque principal será conocer qué porciento de la población está inmunizada. Las expectativas del gobierno, desde que comenzó el proceso de vacunación en diciembre, es que para verano un 70% de la población esté vacunado y se haya logrado la inmunización de rebaño.

Según el dashboard de vacunación del Departamento de Salud –cuyos datos se obtienen del Puerto Rico Electronic Inmunization System (PREIS), hasta el 26 de febrero se habían registrado 498,818 dosis de vacunas en la isla. De estas, 320,000 corresponden a primeras dosis y 178,818 a personas con segundas dosis. Las personas de 65 años o más son la población a la que más dosis se han administrado para un total de 171,124, aunque el dashboard advierte que la cifra no incluye las operaciones de vacunación de proveedores fijos.

De otra parte, se informa que Puerto Rico ha recibido 799,780 dosis (pudiesen incluirse productos en tránsito) y se han distribuido 745,480. Para más información puede acceder https://covid19datos.salud.gov.pr

El informe de Salud del lunes indica que a casi un año de declarada la pandemia, en Puerto Rico se han confirmado 92,708 casos de COVID-19 a través de pruebas moleculares; 7,876 en casos probables (antígenos); y 82,090 en casos sospechosos (serológicas). El total de muertes es de 2,037.

Para más información sobre el proyecto Casper puede acceder a https://sites.google.com/view/casperpr/inicio