Nota de la editora: Esta semana publicamos una serie de reportajes que cuentan la historia del Instituto de Ciencias Forenses a sus cuatro décadas de creación. Conoce los logros, la evolución y el trabajo de su gente.

A sus 40 años de creación, el Instituto de Ciencias Forenses (ICF) atraviesa por uno de sus mejores momentos en términos de la eficiencia en el servicio que ofrece y la tecnología con la que cuenta para realizar su trabajo. No obstante, todavía enfrenta limitaciones, principalmente, en el reclutamiento de médicos forenses.

Y es que la deficiencia de ese personal se debe, mayormente, a que los estudiantes de medicina no optan por esta profesión altamente especializada y que conlleva muchos años de estudio.

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“Es una crisis a nivel nacional”, aseguró la doctora Irma Rivera Diez, directora de la División Médico-Legal del ICF y quien también es patóloga forense.

La agencia ha experimentado un desarrollo sin precedentes desde su creación el 24 de julio de 1985.

En la agencia laboran siete médicos forenses permanentes y tres por servicios profesionales, incluyendo a Francisco Cortés, quien comenzó a laborar en esta profesión 23 días antes de que se creara el ICF y a la doctora Rosa Rodríguez, con 32 años de servicio.

También hay tres médicos forenses que se encargan de hacer análisis basados en el historial médico de la persona y no atienden casos criminales.

La agencia también mantiene un contrato por $500,000 anuales para que profesionales de Estados Unidos revisen casos de la Isla.

El reclutamiento más reciente es Paola Luna García, quien ya fue nombrada como directora del Laboratorio de Histopatología.

La doctora García explicó que el trabajo que realizan es muy especializado y un estudiante se puede demorar hasta 13 años de estudios para lograr ser un patólogo forense.

“Es un compromiso de largo tramo”, señaló la experta al especificar que la persona primero tiene que estudiar medicina, luego hacer una especialidad en patología y luego subespecializarse en patología forense.

Pese a los problemas para lograr que haya más profesionales en esta rama, el ICF está entusiasmado por la nueva cepa que se crea.

La doctora Rivera Diez detalló que pasaron 15 años desde que se graduó en el Recinto de Ciencias Médica el último patólogo forense antes de que la doctora García completara sus estudios. Sin embargo, ya no pasarán 15 años más para que llegue un nuevo prospecto.

Este mes comenzó el doctor Nelson Álvarez Colón, “que viene desde Estados Unidos a hacer su programa de subespecialidad aquí en Puerto Rico, con miras también a quedarse con nosotros”.

“Hemos tenido varios residentes que vienen a rotar, tanto del Recinto de Ciencias Médicas como de Estados Unidos. Y tenemos ya, para el 2027, candidatos muy buenos, que nos han empezado a llenar la documentación y ya nos han dicho de su interés en venir a registrarse”, sostuvo.

Si Álvarez Colón completa sus estudios según está previsto, ya estaría en funciones en el ICF para verano del 2026.

En lo que llegan estos nuevos prospectos, el ICF se ha asegurado de “estar bien parados” a nivel internacional. Contaron que personal de la agencia ha viajado hasta Japón a hacer presentaciones de casos, como recientemente tuvo la oportunidad la doctora García.

La patóloga forense Rodríguez contó que en estas presentaciones los boricuas han demostrado la infinidad de casos a los que han estado expuestos y cómo trabajan de manera limpia, sin rastros de sangre, a diferencia de lo que ocurre en otros estados.

El cambio en estos 40 años que ha logrado el ICF “es una cosa impresionante, de satisfacción, de emoción, de empatía. Tenemos tantas herramientas y todo es tan moderno. Vaya a sala de autopsia, tan sencillo como eso. Cuando yo estaba allá en el viejo edificio, eran dos camillas y era una cosa… Con el olor nada más ya sabían que había un cadáver ahí. Se hacía la identificación por una ventanilla y la gente se desmayaba”, recordó Rodríguez.

Pero, más allá de esta transformación, Cortés destacó que en el transcurso de los años han ayudado a hacer justicia en el país, debido a que los análisis de los médicos forenses en ocasiones son determinantes para probar en los tribunales cómo ocurrió un crimen.

“Me gustaría pensar que estamos ayudando a resolver los problemas de criminalidad”, precisó.