El sismo que estremeció esta tarde la zona sur fue sentido tan fuerte por los refugiados que están en la escuela vocacional Bernardino Cordero Bernard de Ponce que aún no salen del susto.

“Es que cuando uno se asusta; es que no encuentro palabras para decirlo. Fue uno de los más fuertes. Como que todavía no acaba”, dijo Isma Velázquez a Primera Hora quien fue una de las que anoche fue relocalizada del Francisco “Paquito” Montaner a la escuela vocacional luego que las fuertes lluvias inundarán el estadio y el agua se filtrara por los toldos.

Un temblor de tierra se registró a las 4:20 de esta tarde en el sur del País y su magnitud se estimó en 5.0, según el Servicio Geológico de los Estado Unidos.

De manera preliminar, la agencia científica federal informó que el mismo fue a una profundidad de 5 kilómetros.

“Yo estaba sentada frente a la entrada de la vocacional; me quedé quieta”, sostuvo Velázquez.

El sismo de hoy la hizo revivir el del pasado 7 de enero cuando “la casa se empezó a mover como si las estuvieran jamaqueando y yo empezé a gritar, ‘ay Dios mío, ay Dios mío. Nos íbamos a morir”.

Los vecinos de la Playa de Ponce, Isma Velázquez y Carlos Sulé, perdieron su vivienda tras el sismo del 7 de enero. (femmy.irizarry@gfrmedia.com)
Los vecinos de la Playa de Ponce, Isma Velázquez y Carlos Sulé, perdieron su vivienda tras el sismo del 7 de enero. (femmy.irizarry@gfrmedia.com) (Femmy Irizarry Álvarez)

El esposo de la vecina de la Playa de Ponce, Carlos Sulé, agregó que “yo estaba acostado y la cama se estremeció, y la señora que está con nosotros (Mildred Vargas) se quedó standby, en el mismo medio, ni se movía ni na’. Pero fue bien fuerte”.

Confesó que ha sentido muchos temblores “pero este fue más fuerte”.

De igual forma reconoció que como ha “estado tranquilo” porque no habían sentido muchas réplicas este sismo lo sintió “fuerte, fuerte”.

La casa de este matrimonio quedó inhabitable tras los terremotos de inicio de año.

Para Vargas el de esta tarde la dejó paralizada.

“Ay mija si no estabas aquí para cuando hizo ese temblor bien fuerte. Sí, me quedé quieta porque mi esposo me dijo “quédate ahí, quédate quieta ahí' y me quedé ahí y no me moví”, dijo riendo nerviosa al insistir en “que era demasiado fuerte”.

Agregó que “suerte que no estaba en mi casa porque si no tenía que salir corriendo”.

La vivienda de Vargas, en la Playa de Ponce, se movió el pasado 7 de enero “como una hamaca”, y la estructura se afectó.

"La casa debe estar floja de los socos, porque se mueve completa”, indicó al insistir que mientras haya temblores no regresará a su hogar.

Sin embargo, los damnificados anoche, tras la mudanza durmieron “un poco mejor”.

“Todavía a las once y pico (de anoche) estabamos trayendo cosas para acá”, dijo Sulé.

Pero temprano, esta mañana, otros dos temblores los puso en alerta.

“El primero de esta mañana fue fuerte. Se estremeció la cama también”, indicó Velázquez.

De otro lado, los entrevistados confesaron que tiene temor de que los muden a un lugar donde corran más peligro.

La Guardia Nacional de Puerto Rico (GNPR) notificó hoy, que desde esta madrugada se encuentra habilitando el Complejo Ferial de Ponce para que sirve de sede para los más de 300 refugiados que se encuentran en el campamento base de ese municipio.

“Estaban diciendo eso, que nos iban a mudar. Pero al sitio que nos van a mover, para allá donde está el complejo, no es apropiado. Por allí está la mar y el río y ahí es más peligroso, allí es peor”, alertó Sulé.

Vargas coincidió en que esa zona es más “peligrosa porque está el mar y el río”.