Juncos. La decisión de abandonar la escuela para Michael Torres surgió hace poco más de cuatro años en medio de un cúmulo de situaciones que le provocaron “los malos pasos” cuando apenas tenía 17 años.

En el caso de Yamileyshka Ríos lo que la empujó a dejar sus estudios justo cuando se graduaba de cuarto año fueron los retos académicos que llegaron con la educación virtual a causa de la pandemia.

Mientras, José Leance no sentía motivación por parte de sus profesores en una escuela vocacional, por lo que suplicó a sus padres que le permitieran buscar otras alternativas.

Las razones por las que estos tres jóvenes decidieron desertar de la escuela son diferentes, pero el ánimo de buscar una segunda oportunidad para terminar su cuarto año es similar al de otros 14 compañeros que les acompañan en el programa YouthBuild de la organización sin fines de lucro PathStone Corporation, el cual está dirigido a jóvenes entre 18 a 24 años residentes de los municipios de Juncos, Las Piedras, San Lorenzo, Humacao, Gurabo, Aguas Buenas y Caguas.

A diferencia de otros programas alternativos, el de YouthBuild está dirigido a ofrecer cursos gratuitos a jóvenes que viven bajo el nivel de pobreza y que están interesados en adiestrarse en el área de la construcción. Además, se aceptan jóvenes que hayan tenido algún problema con la justicia.

Los participantes, además de lograr sus metas académicas, también cumplen con una función sociocomunitaria, pues como parte del proceso de obtención del diploma de cuarto año y educación en el área de construcción, hacen trabajos de rehabilitación en hogares identificados en sus comunidades. Muchas de las propiedades fueron afectadas por el huracán María (2017).

Michael Torres y José Leance, dos de los participantes del Programa YouthBuild de PathStone
Michael Torres y José Leance, dos de los participantes del Programa YouthBuild de PathStone (Ram—n "Tonito" Zayas)

“Esta ayuda debería crecer porque hay mucha gente que no tiene su cuarto año, pero quiere una segunda oportunidad para su futuro”, dijo Michael quien abandonó la escuela cuando tenía 17 años y se fue a vivir a Estados Unidos con un familiar.

El joven explicó que los cuatro años que estuvo fuera de la escuela fueron el resultado de estar en “malos pasos”, un periodo en el que reconoce que “tuve que aprender a ser grande y trabajar por lo mío”.

“Volví por mi abuela, para demostrarle que aunque hice mis errores quiero ser alguien en la vida... quiero que se sienta orgullosa de mí y enseñarle a la gente que no hay que tener fama o lujos, que hay que vivir día a día y ser agradecido con Dios, porque no sabemos dónde estaremos mañana... hay que aprovechar las segundas oportunidades”, agregó quien tiene expectativas de continuar estudios post secundarios, pues quiere convertirse en “chef internacional”.

Por su parte, Yamileyshka reconoció que tuvo que poner en pausa sus estudios, pues no pudo manejar la ansiedad que le produjo la pandemia del coronavirus.

“Estudiar por la aplicación Teams no era lo mismo... no entendía casi nada, había mala conexión de internet y no me sentía lista para seguir estudiando”, dijo la joven de 18 años que tuvo conocimiento de la organización PathStone a través del consejero escolar que le ofreció la alternativa como posibilidad para culminar su cuarto año.

Yamileyshka Ríos encontró una alternativa distinta para culminar sus estudios.
Yamileyshka Ríos encontró una alternativa distinta para culminar sus estudios. (Ram—n "Tonito" Zayas)

“Y aquí estoy... me gusta mucho. Al principio me dio miedo porque no sé absolutamente nada de construcción, pero aquí nos están preparando”, acotó quien se ha convertido en líder del grupo que se graduará en septiembre y cuyos planes son continuar estudios universitarios en enfermería.

Mientras, José se siente como pez en el agua en el nuevo refugio escolar que encontró en PathStone.

“No me gustaba la otra escuela en la que estaba... sentía que perdía el tiempo. Por eso hablé con mis padres y les dije que me buscaran otra escuela que me brindara la ayuda para seguir adelante y tener un futuro para poder trabajar”, cuenta el adolescente de 18 años, que se siente animado a incursionar en el mundo laboral tan pronto se gradúe del programa.

De hecho, insertar a sus participantes en el ambiente laboral es parte fundamental del programa que opera desde la antigua escuela Teodomiro Delfaus en el barrio Canta Gallo de Juncos.

Así lo expresó Mileidy Soto, administradora regional de PathStone Corporation, al agregar que la organización tiene enlaces con contratistas y patronos que les permiten a los jóvenes hacer sus prácticas y les dan la oportunidad de quedarse trabajando en las empresas.

“Una vez los participantes llegan como desertores los ayudamos a completar su cuarto año, y luego comienzan las destrezas de construcción, y hacen práctica en distintas casas de las mismas comunidades. Luego de esas prácticas, los ayudamos en la ubicación de empleos y les damos seguimiento por un año, para garantizar que están bien”, sostuvo Soto al agregar que también se les ofrece apoyo en la redacción de resumés, entre otras gestiones.

Puntualizó que desde su implementación en 2019 se han creado cuatro grupos, en los que se ha dado la oportunidad de graduar de cuarto año a más de 60 jóvenes. Las expectativas para los organizadores es impactar a 68 participantes con la nueva matrícula.

De hecho, se exhorta a jóvenes interesados a comunicarse con YouthBuild a través del (787) 309-1417 o por el portal de Facebook “PathStone Corporation Puerto Rico”.

El programa opera desde la antigua escuela Teodomiro Delfaus en el barrio Canta Gallo de Juncos.
El programa opera desde la antigua escuela Teodomiro Delfaus en el barrio Canta Gallo de Juncos. (Ram—n "Tonito" Zayas)

El reporte de deserción escolar en Puerto Rico, correspondiente al año académico 2019-2020, periodo en el que ocurrieron los terremotos en la isla e inició la pandemia del coronavirus, identifica a unos 15,070 desertores escolares, el número más alto registrado por el Departamento de Educación en los últimos seis años académicos.

Así se desprende del análisis en el que también se identificó que el 14.97% de un cohorte de estudiantes a los que la agencia monitoreó entre 2016 al 2020 -durante los grados de secundaria (noveno a duodécimo grado)- desertaron antes de culminar el cuarto año.