Despiden a unos y contratan a otros en la ACAA

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 15 años.
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Salen unos y entran otros.
Mientras 69 empleados gerenciales de la Administración de Compensación por Accidentes de Automóviles (ACAA) quedaron en la calle, por lo menos un número equivalente a la mitad fue contratado por la corporación pública.
Los mecanismos utilizados han sido las categorías de empleados temporeros, de confianza o por contrato.
“Los que se van son gente capacitada, profesionales. Con el agravante de que han traído personal por contrato para desempeñar esas labores de los compañeros despedidos”, afirmó Gilberto Cancel, presidente saliente de la Hermandad de Empleados Gerenciales de la ACAA.
Anticipó que radicarán un recurso ante el Tribunal de Apelaciones “para ver si se logran revertir los despidos que son de empleados técnicos, como médicos, dentistas, trabajadores sociales, los manejadores de casos –que son los que dan los servicios directos a los lesionados– y se le ahorra dinero a la agencia al proteger al lesionado”.
Un caso sobre el que se llamó la atención fue el de una secretaria gerencial III, temporera, de la oficina del director ejecutivo de la ACAA, Julio Alicea Vasallo, a quien éste designó el 5 de noviembre de 2009, efectivo ese mismo día, como secretaria confidencial II, en el servicio de confianza, con salario de $3,940 mensuales. Ese mismo día también, en otra comunicación, Alicea Vasallo la designó mediante destaque para “ejercer sus funciones como secretaria confidencial II en La Fortaleza”, con igual salario y pagado por la ACAA.
Entre los botados figura Diana Sánchez Pagán, tesorera de la Hermandad, quien se desempeñaba hasta ayer como ayudante de la directora de la Oficina Regional de Bayamón. Trabaja en la ACAA desde el 21 de noviembre de 2001.
Con 38 años de edad, Diana perdió el seno izquierdo a causa del cáncer en el 1996 y luego, por la misma causa, le extirparon un ovario. “Estuve dos años en radio y quimioterapia”, indicó. En el 2004 quedó embarazada y el 14 de mayo de 2005 nació su hijo ochomesino, que estuvo 17 días en intensivo.
El niño padece de asma crónica y estenosis pulmonar, “una condición de la válvula del corazón que bombea la sangre al pulmón”, indicó. Además, a ella le diagnosticaron insuficiencia pulmonar.
Luego que le entregaron una segunda carta de despido, le fueron quitando funciones y se las dieron a otras personas.
¿Está preparada psicológicamente para quedarse fuera?
No, porque dada mi condición de salud, nadie me va a dar empleo en otro sitio. Mucha gente desconoce esta enfermedad del pulmón, me van a discriminar.
El 10 de noviembre de 2009, Rocío Rivera Torres estaba en su séptimo mes de embarazo de alto riesgo cuando recibió una primera carta de despido de la ACAA.
“Cuando me dieron la primera carta de despido (el 10 de noviembre de 2009) estaba almorzando... Me puse nerviosa, tensa y me tuve que ir a casa y de allí me llevaron al hospital porque empecé a tener contracciones”, relató a Primera Hora quien desde 2006 se desempeña como auxiliar administrativa a cargo de equipo médico de la oficina en la Región de Mayagüez. Había comenzado como empleada temporera en el 2001.
La segunda carta de despido, con fecha del 19 de febrero de 2010, no se la entregaron porque estaba en licencia por maternidad, ya que su hijo nació el 5 de enero de este año. Actualmente está acogida a una licencia de enfermedad y se tiene que reintegrar el 31 de marzo.
“No sé nada sobre mi estatus”, afirmó Rocío, de 27 años de edad.
¿Cree que se salvó por la maternidad?
Me salvé momentáneamente. Estoy segura que cuando llegue, el miércoles 31, nada más que ponga el pie ahí y me estarán dando la carta de despido.
Rocío dijo que en su oficina quedaron fuera tres “compañeros gerenciales y el día 24 otra compañera queda fuera. En total somos cinco (los despedidos). No sé qué van a hacer con la repartición de tareas. Cuando vuelva, no sé qué tarea voy a realizar”.