Desde que Domingo Emanuelli Hernández era un niño sabía que quería ser abogado, pero lo que nunca imaginó fue que a sus 66 años –y con una carrera de más de 43 años en la práctica privada– aceptaría ser el secretario del Departamento de Justicia de Puerto Rico.

En enero de 2021, si la Legislatura confirma su nombramiento, el experimentado licenciado llegará a una agencia con una imagen lacerada. Él lo reconoce y afirma que aceptó la propuesta solo porque el gobernador electo Pedro Pierluisi se lo pidió. Y por el amor que, asegura, siente por el País.

“Puerto Rico sabe que hay necesidad y sabe que ha habido inequidad por mucho tiempo. Puerto Rico ha estado por mucho tiempo sufriendo. Hay un dolor social que ha estado presente en este País por mucho tiempo. Ese mensaje, ese llanto de lo social, salió a relucir en las elecciones de 2020. Yo soy producto de lo que esperamos que sea ese nuevo Puerto Rico. Tengo que ser el secretario de Justicia de todos los puertorriqueños”, expresó en entrevista con Primera Hora.

Emanuelli Hernández se crio en San Juan. Estudió en escuela pública hasta sexto grado y luego pasó al Colegio Nuestra Señora de la Merced. Su cuarto año lo terminó en un verano en la escuela Gabriela Mistral. Obtuvo un bachillerato en Estudios Generales de la Universidad de Puerto Rico (UPR) y allí culminó un juris doctor en la Escuela de Derecho. Luego, se fue a vivir a casa de su abuela en Camuy y tras casarse se mudó a Arecibo, donde crio a sus tres hijos. Ahora, es abuelo de siete.

El experto en litigio corporativo, comercial y civil está entusiasmado con su nueva encomienda. Promete que dirá “la verdad en todo momento”, que despolitizará la agencia, que viene con “nuevas ideas” y que investigaría al gobernador o cualquier alto funcionario si fuera necesario.

En sus primeros días como secretario, visitará las fiscalías de las 13 regiones del País para conocer las necesidades del personal y buscará darle independencia de criterio a los fiscales.

Además, proyecta que bajo su jefatura se cree un nuevo Código de Menores y anticipó que desistirá de la práctica de procesamientos indiscriminado contra los jóvenes.

¿Recuerda alguna anécdota de su niñez o adolescencia en la que se dio cuenta de su vocación?

Desde chiquito. Yo fui a la juramentación de mi papá como abogado, de ahí, y de antes, siempre quería ser abogado.

¿Qué es la justicia para usted?

Es como un concepto donde el ser humano tiene que comprender las necesidades de cada cual. Todo el mundo piensa que justicia es darles a todos por igual, pero no necesariamente. Justicia es darle a cada cual lo que necesite en un momento determinado y lo que se merezca, en términos de penas. Es examinar las necesidades de cada ser humano para darles lo que necesitan. No todo el mundo necesita lo mismo –hay uno que necesitan más y unos menos– ahí es que tú tienes que entrar a darle esa justicia. La justicia no es genérica, la justicia es particularizada.

¿Qué le dijo Pierluisi que lo convenció de aceptar esta nueva encomienda?

Yo nunca había pensado, en esta etapa de mi vida, estar en el gabinete. La única razón por la cual estoy aquí es que el gobernador de Puerto Rico, a quien yo tanto respeto y admiro, tanto en su carácter personal como funcionario público, y a quien yo conozco hace varios años, me pidió que fuera su secretario de Justicia. Créeme, si no hubiese sido Pedro Pierluisi yo jamás y nunca hubiera aceptado esta posición. Lo hice por el respeto y admiración que siento hacia él y, obviamente, por el amor a Puerto Rico. En estos momentos, Puerto Rico necesita que uno dé un paso hacia adelante y yo lo estoy dando.

Llega a un Departamento de Justicia que tiene una imagen lacerada con todo lo ocurrido durante este cuatrienio. La saliente gobernadora Wanda Vázquez Garced ha expresado, ahora y cuando era secretaria de Justicia, de casos e investigaciones “amañadas”. ¿Cómo buscará que la ciudadanía vuelva a creer en el aparato de justicia?

Yo que practiqué (en el ámbito de) lo criminal en algún momento de mi vida, siempre se habla de que si hay investigaciones amañadas, fabricaciones de casos. Tú tienes que juzgar. No puedes generalizar un departamento completo por un caso en particular. Hay un Departamento que ha hecho mucho, que tiene buenos funcionarios, pero que también ha resbalado, como cuando éramos chiquitos: caminamos, corrimos, pero nos caímos. Eso ha pasado en el Departamento de Justicia. Creo que en estos momentos lo importante es levantarte y, por lo menos, enfrentarte a lo que está pasando y empezar a hacer un nuevo Puerto Rico. Y eso es lo que yo quiero, que la gente sepa que yo voy a decirle la verdad en todo momento. Yo no estoy ahora pensando en colores en el Departamento. Yo estoy buscando los mejores funcionarios.

Justicia no es solamente el aspecto criminal, también está lo civil. Yo voy con unas nuevas ideas. Yo voy a enfrentar abusos de grandes corporaciones contra el pueblo puertorriqueño y hacer unas reclamaciones civiles que va a generar fondos para Puerto Rico. Voy a abrir las puertas para que ciudadanos puertorriqueños, o que viven en Puerto Rico, puedan presentar un tipo de causa de acción contra compañías a través del Departamento de Estado y eso es parte de trabajar contra la corrupción.

En el aspecto criminal, enfrentar lo que se querella con rectitud y ecuanimidad. No todos los casos que llegan a Justicia tienes que recomendar que haya un FEI (fiscal especial independiente), pero tampoco todos los casos que llegan puedes recomendar que no haya un FEI. Tienes que tratarlos con una vara jurídica, con una forma que la gente entienda que cuando te pares frente a la prensa, que creo que es lo que ha fallado, y no ahora, hace mucho tiempo, le digas: ‘En este caso yo tomé esta determinación por tal y tal razón’. Entonces, esa credibilidad es como una zapata. Cuando yo monte esa zapata, poco a poco voy a ir trabajando y la gente que trabaje conmigo tiene que seguir ese ejemplo.

Usted ha dicho que una de sus prioridades son los recursos humanos en la agencia. En las vistas de transición salió a relucir que se necesitan, al menos, 124 abogados. Los fiscales de la División de Integridad Pública, Delitos Económicos y Asuntos del Contralor están “muy sobrecargados”, según la secretaria interina. Unos 1,219 casos han sido desestimados en medio de la pandemia. ¿De dónde saldrá el dinero para el recurso humano y ofrecerles la tecnología necesaria?

Yo fui al Departamento de Justicia a hacerle una visita de cortesía. Me paré a preguntarles a los abogados, a los empleados, qué necesitaban, cuál era el problema. Ya estamos identificando las necesidades. Ya se ha determinado cuál es el problema, ahora hay que buscar los chavos para resolverlo. Esa es la etapa en la que estamos, trabajando con distintos recursos para tratar de conseguir ese dinero. Ahora tenemos que ir a todas las fiscalías de las 13 regiones de Puerto Rico porque allá la necesidad es peor. Hay que ver cómo se resuelve el factor del complemento humano y material. Hay que ver entonces si hacen falta otros recursos, cuántos empleados faltan. Además de cotejar las necesidades de los fiscales, hay que ver los empleados que trabajan allí que están haciendo la labor de tres y cuatro empleados por la misma paga.

¿Cuál fue la retroalimentación que recibió de esos empleados y si algo le sorprendió?

Sí, que con tanta urgencia de servicios y materiales están contentos. Yo entré a un Departamento de Justicia donde se respiraba alegría y ganas de trabajar. Eso me dio mucha alegría. Aun ante la necesidad.

Usted también ha mencionado fondos federales. Además de eso, ¿se enfrentaría a la Junta de Supervisión Fiscal o cabildearía en la Legislatura por más fondos?

Tan pronto llegue, vamos a comenzar las gestiones para contratar personas que se dediquen a gestionar propuestas federales para atraer fondos al gobierno. Voy a identificar posibles causas de acción que se están presentando en Estados Unidos que pudiera hacerse extensiva a Puerto Rico contra grandes compañías, como pleitos de clase, donde entran millones y millones (de dólares) a los estados y, en este caso, al Departamento de Justicia. Se está haciendo y hay que hacer más todavía. Es tratar, ante la adversidad, dar contra el piso y subir. Y eso es lo que queremos. Una fiscal me dio una idea que, a través de los municipios, se consiguen fondos para fiscalías regionales. Todas esas cosas hay que trabajarlas.

Vázquez Garced indicó en sus vistas de confirmación como secretaria de Justicia en 2017 que “no hace falta el FEI”. ¿Comparte esa idea?

Respetando el criterio de la señora gobernadora, yo no respaldo esa idea. Creo que el panel independiente es necesario en este País, como ha sido necesario en otras jurisdicciones de Estados Unidos y del mundo. Ante el ambiente politizado que existe en las sociedades, y mayormente en Puerto Rico, debes crear un organismo aparte al Departamento de Justicia para casos específicos, libre de cualquier presión. Yo te puedo decir que no respondo a ninguna presión –y yo te lo juro que no respondo a presiones–, pero el hecho que lo diga no significa que la percepción afuera va a ser la misma. Para darle tranquilidad al País, tiene que ser una oficina distinta al Departamento de Justicia.

¿Cómo mejoraría la relación con la Oficina del Panel sobre el Fiscal Especial Independiente?

Para la semana que viene, porque yo lo pedí, tengo una visita con los funcionarios y jueces del panel especial para presentarme, me conozcan, me hagan las preguntas que quieran. Y llegar a un entendido para tratar de continuar cada cual en su gestión, donde ellos respetan nuestro trabajo en el Departamento de Justicia y nosotros respetamos el trabajo de todos ellos. Posiblemente, no siempre voy a concurrir con ellos, ni ellos conmigo, pero esa relación se da en un ámbito de respeto que es lo que este País está pidiendo.

En los casos de corrupción gubernamental, existe la percepción que la mayoría de los casos son radicados a través de las agencias federales. ¿Qué piensa que esté fallando en el aparato de justicia?

Yo no he visto los casos en específico, pero puedo decir que, actualmente, en el Departamento de Justicia se han realizado muchos más casos de corrupción que a nivel federal. Lo que pasa es que allá te celebran una conferencia de prensa y te radican cuatro o cinco casos en un año y la gente le presta mucha atención. En Puerto Rico, probablemente, se presentaban 80 o 90 investigaciones y no daban una conferencia de prensa. Ese estilo yo quiero cambiarlo para decirle: ‘Mire, Puerto Rico, este es el informe que se está presentando, este es el resultado’. Cada cual tiene su estilo, a lo mejor son más comedidos que uno, pero entiendo que lo más razonable es que todas esas investigaciones se presenten. No tienes que decirle al pueblo que voy a radicar acusaciones en todos los casos o voy a archivarlos. Haz lo que la ley y tu consciencia te dicten y la gente te va a aprender a respetar. Y no es de un mes para otro es que lo vas a ver a través del tiempo.

Justicia tiene pendientes 122 casos referidos de la Oficina del Contralor. La mayoría de esos casos terminan como asuntos administrativos. ¿Cree que hay una deficiencia con eso?

Yo no puedo decirle a la señora contralora cómo actuar, pero muchas de las deficiencias que se encuentran en los informes de la contralora son deficiencias administrativas y como eso hay que tratarlas. Cuando es un delito, pues hay que tratarlo como delito. Hay que sentar las bases, cuando el Departamento diga eso es una deficiencia administrativa, la gente sepa quién está diciendo la verdad.

Bajo su administración en Justicia, ¿investigaría al gobernador o algún alto funcionario del Partido Nuevo Progresista o cualquier otro partido?

Tengo que hacerlo, es mi obligación constitucional. Si acepté el puesto de secretario de Justicia, tengo que hacer lo que la Constitución y la ley me obligan.

Según el Perfil de la Población Confinada de 2019: el 46% tiene menos de 34 años; el 73% vivía en barrios, barriadas o residenciales públicos; solo el 15% era propietario de una vivienda; el 88% estudió en escuelas públicas; el 78% tiene un diploma de cuarto año o menos; y el 77% tenía un salario menor a $20,000. En general, indicativos de pobreza. ¿Eso es justicia para usted? ¿Cómo reformaría que la mayoría de las personas encausadas en Puerto Rico son pobres?

En ese aspecto hay tantos elementos envueltos como la educación, cómo acompañas a ese jovencito pobre a través de la educación, qué oportunidades le das a ese joven para que pueda subir en la escalera social. El problema con eso es que, si no creas un sistema de Educación donde equiparas a ese joven con otros que tienen más medios, no les estás dando oportunidades de subir. Todo el mundo quiere progresar, pero si tú no tienes esa oportunidad de subir normalmente la escalera social, ¿qué vas a hacer para subir? Tienes que recurrir a la actividad delictiva para tratar de generar ingresos. Eso hay que atajarlo.

Otra cosa que habría que examinar es la legislación a través de sociólogos que establezcan los delitos, que tengan en consideración la pobreza. Todas esas cosas hay que examinarlas. Creo que la pobreza es algo que hay que atajar, pero no es que sea un sistema injusto, sino que es un sistema que se ha dejado decaer porque aquí, en un momento dado, las grandes celebridades de este País, en términos de capacidad productiva, venían de las escuelas públicas. ¿Qué pasó? Un desenfoque total en la educación del País. Eso hay que reestructurarlo.

Justicia lleva un caso desde 2017 contra estudiantes de la UPR, ¿lo reevaluaría una vez llegue a ser secretario?

De verdad que no he visto el expediente, no he examinado ese caso. Definitivamente, todo caso que esté pendiente va a llegar a mi escritorio y todo el mundo sabe mi forma de pensar: voy a hacer justicia. Si la justicia es seguir adelante con el caso, la hago; si es tomar otras medidas distintas, lo hago.

Usted ha favorecido que el Negociado de Investigaciones Especiales esté bajo Justicia, ¿cómo esto fortalecería al Departamento?

Sí, yo lo favorezco porque al tener ese brazo que va a investigar la conducta de empleados públicos y otro tipo de actividades, como el lavado de dinero, tienes un control en el Departamento. Creo que eso beneficiaría al pueblo, que esté más cerca al secretario de Justicia y al Departamento.

Usted ha mencionado que no va a seguir la práctica de procesamientos indiscriminados contra jóvenes. ¿Podría abundar sobre ese aspecto y, también, sobre cómo atenderá las radicaciones de falta a los menores?

Yo creo que debe estar por caer, creo que está madura –pero esa no es mi facultad, es del Ejecutivo y Legislativo– el momento de crear un nuevo Código de Menores para tratar de humanizar el sistema de justicia. Mientras tanto, considero que hay unas faltas que no deben ser procesadas como delito. Si me estás hablando de asesinato o crímenes que ponen en peligro la vida, pues ahí debes aplicar la ley. Pero cuando coges a jóvenes que cometen inmadureces y empiezas a criminalizar esa conducta, vas a coger un segmento de la sociedad y lo vas a dañar de tal manera que, cuando llegue a su próxima etapa, va a estar roto. Entonces, vas a tener una sociedad con un boquete en el medio y no es productiva. Eso es parte de lo que está pasando en este País.

Jóvenes que cometen delitos menores y se les daña el expediente, que se les dificulta encontrar trabajo y, en ocasiones, quedan en ese círculo de la delincuencia.

Va más allá que dañar el expediente. Cuando a esas personas las criminalizas, el daño a su dignidad, el daño interno, comienza por ahí. Y, en vez de tratarlo sicológicamente o con trabajadores sociales, porque ese joven tiene que tener algún problema en su casa, en vez de resolverlo en el momento, estas alargando y complicando esa condición que luego se convierte en crónica. Entonces, ya ahí tenemos un joven no solamente con el récord dañado sino con su estima desbaratada. Y eso es peor todavía.

¿Cuáles serían esas faltas que, a su entender, no deberían radicarse?

Faltas relacionadas con inmadureces o que no ponen en peligro la convivencia humana, que puedes resolverlas a través de procedimiento administrativo o paralelos a lo judicial. Hay que evitar que se criminalice todo tipo de conducta de los jóvenes. Hay unas que sí tienes que mantenerla en el ámbito de lo criminal, pero otras no.

¿Ha pensado en algunas medidas para atender los casos que se radiquen sobre violencia de género o contra personas de las comunidades LGBTTQ+?

El Departamento está trabajando con eso. Como secretario de Justicia, tengo una responsabilidad distinta a las que han tenido otros secretarios o secretarias. No puedo descansar en todo lo que hicieron o dejaron de hacer. Creo que han hecho mucho y van en camino, pero todavía la gente percibe que hace falta algo más. Ese algo más tengo que hacerlo yo. Tan pronto llegue a la secretaría voy a pedir una reunión con esos sectores para empezar a ver cómo ellos se sienten porque no puedo tomar medidas si no sé lo que sufren. Es como recetar a un paciente sin verlo. Y no solo, con sociólogos y personas que me orienten a empezar a trabajar en ese aspecto.

¿Favorecería un estado de emergencia por la violencia de género?

Eso quien lo determina es el señor gobernador, pero me parece que más que se determine el estado de violencia (sic) o como le pongas, de urgencia, lo que sea, más importante que eso es cómo tratemos a esas personas. Que sepamos que en todo nuestro comportamiento tenemos que reconocer una regla básica: que todos los seres humanos son iguales, punto.

¿Cómo va a convencer a las personas que el Departamento de Justicia no tendrá colores?

Ellos van a ver mi comportamiento. No voy a ir a hacer una resaca de los empleados. Pueden preguntar, cuando yo empiece a reclutar personas, si les pregunto a qué partido pertenecen. No debe haber colores, no solamente en el reclutamiento, sino en la forma de tratar a las personas, de juzgar, de investigar. Investigas a todos por igual, a los azules, a los rojos, a los verdes, a todos. Desde que somos pequeños no puedes definir, a lo mejor, qué cantidad de frío o calor sientes, pero cuando tocas un vaso o una hornilla sabes si está frío o caliente, de la misma forma, cuando me vean actuando, van a saber si lo que estoy diciendo es cierto o falso.

Su proyección es terminar los cuatro años al frente de Justicia, ¿qué agencia le va a dejar a Puerto Rico? ¿Cuáles son sus proyecciones?

Más que mi proyección fue mi promesa al señor gobernador. Cuando complete esos cuatro años, espero que la gente de Puerto Rico tenga un Departamento mejor y, sobre todo, que pueda salir con mi cabeza y frente en alto. Que digan que por ahí pasó un hombre que trató decentemente a este País.