La reapertura de 80 comedores escolares para comenzar a brindar alimentos a los menores de edad de uno a 18 años en medio esta emergencia de salud pública causada por el coronavirus arrancó este miércoles con tropiezos para el Departamento de Educación.

Problemas con la entrega de alimentos a los comedores, tardanza de las empleadas en terminar la confección de los almuerzos y algunas proyecciones de raciones insuficientes fueron los puntos que más causaron controversias en los 48 municipios impactados durante este primer día de reapertura.

El secretario de Educación, Eligio Hernández, reconoció la mayoría de las fallas durante una conferencia de prensa virtual en la que resumió el impacto de haber tenido que reiniciar operaciones desde que a mediados de marzo se paralizó el sistema para evitar los contagios con COVID-19.

“Siendo el primer día, estamos viendo todos los ajustes técnicos, administrativos que tenemos que estar realizando. La expectativa del Departamento de Educación era poder estar operando en el día de hoy 125 comedores escolares a través de todo Puerto Rico. No obstante, recibimos peticiones de algunos alcaldes y alcaldesas para que algunos comedores pudieran iniciar la próxima semana y otros que, por razones internas del Departamento de Educación, como, por ejemplo, el sábado un temblor muy fuerte, implicó que las operaciones de nuestros almacenes, sobre todo de Ponce, se tuvo que detener hasta tanto llegaran los ingenieros a revisar la estructura”, explicó.

Los mayores problemas confrontados por Educación fueron en los municipios de Peñuelas, Guayama, Arroyo y Salinas. Los comedores de estos pueblos no pudieron comenzar operaciones por no contar con los alimentos disponibles.

Un quinto municipio también se afectó, Guayanilla, ya que se había programado que recibiría alimentos preparados en Peñuelas.

“Los cuatro municipios donde nosotros tuvimos dificultad, los cuatro son del sur y los cuatro reciben alimentos del almacén de Ponce. Nosotros estuvimos prácticamente dos días que la operación de comedores escolares, en términos de distribución en el sur, se vio afectada por el movimiento del sábado (de magnitud 5.4). Así que, en la región de Educativa, por ejemplo, de Humacao, no tuvimos ese problema, ni en Arecibo, ni en Bayamón, ni en Mayagüez. Así que todo está asociado, específicamente, a que se afectó la operación”, insistió.

Hernández afirmó que este jueves los cuatro municipios podrán entrar en operaciones, ya que se les entregaron los alimentos.

El caso que mayor controversia causó de los mencionados fue el de Peñuelas. El problema radicó en que el titular de Educación insistió en que en la noche del martes llegó el camión a entregar los alimentos y ningún funcionario estaba en las escuelas Miguel González Bauzá y Daniel Webster para recibirlos.

El alcalde de Peñuelas, Gregory Gonsález, sin embargo, insistió que en la escuela había personal y que fue Educación que nunca llegó con los alimentos.

Hernández expuso a la prensa que los empleados de la agencia deben saber que se está trabajando dentro de una emergencia y que, por ello, debieron esperar hasta que se realizara la entrega aun cuando fuese de noche. Ante este cuadro, Educación inició una investigación para conocer quién es el responsable de que no se pudieran operar los comedores.

Pocas empleadas

Este primer día de reapertura de los comedores conllevó a que se activaran unas 729 empleadas de comedores escolares, de las cuales solo 606 se presentaron a trabajar.

Hernández detalló que se documentaron 123 ausencias. Algunas de las tres razones que indicó para este ausentismo fue que algunas estaban realizándose la prueba de COVID-19, otras no han recibido el resultado y que otras simplemente no acudieron.

Estas 606 empleadas que asistieron a las 80 escuelas cocinaron 43,564 raciones de almuerzos.

La presidenta de la Unión de Empleados de Comedores Escolares, Nelly Ayala, denunció que “fue un día fuerte” para las empleadas, porque en muchas escuelas hicieron que poco menos de 10 empleados prepararan 1,000 almuerzos.

“En ninguna escuela aquí se sirven esas cantidades”, planteó.

Además, mencionó que muchos de los equipos que estaban sin encenderse desde mediados de marzo no operaron. A modo de ejemplo, mencionó el caso de la Escuela Nueva Urbana de Ciales.

En otros pueblos, como el caso de la escuela Rubén Rodríguez de Naranjito, el equipo les daba para hacer solo 500 comidas, mientras se les exigió 1,000. Ayala comentó que allí las empleadas tuvieron que cocinar dos veces.

También hubo escuelas a los que no les llegó sofrito, aceite o sal, claves en la preparación de los alimentos.

Estas dificultades, unido a que las mismas empleadas tenían que hacerse cargo de empacar la comida, fue lo que provocó que en algunos pueblos la distribución de alimentos comenzara después del mediodía, reconoció la líder de las empleadas de comedores escolares.

“Fueron inconvenientes, pero de verdad que los felicito porque al final del día cumplieron con su meta”, señaló.

Ayala informó que le ha solicitado a Educación que rote a los empleados para evitar la sobrecarga, que se abran más escuelas y que las porciones se limiten a 500 almuerzos por comedor.

“Yo he seguido insistiendo, esto es un trabajo extenuante. Trabajar con mascarilla y el calor no es fácil”, enfatizó.

Las porciones

El secretario de Educación explicó que las porciones que se prepararon en los comedores escolares para distribuir a los menores de edad fueron establecidas por los alcaldes tras realizarse un censo.

Aceptó que en algunos pueblos se deberán hacer ajustes para poder entregar los almuerzos que se requieren. Estas solicitudes para procesar más alimenntos las tienen que hacer llegar los alcaldes.

Lo que estipuló que no es recomendable es que la comida se deseche. Dijo que, en caso de que ocurra, los municipios pueden entregar dos porciones a los menores de edad.

“Estamos manejando una emergencia. A mí me resulta triste y penoso que los alimentos se tengan que descartar”, opinó.

El secretario también informó que buscan que el gobierno federal les otorgue una dispensa para lograr que los almuerzos sean repartidos a la familia de los niños también. Sin embargo, hasta el momento, solo el gobierno federal permite que menores se beneficien con la comida de los comedores escolares.

Seguridad ante el COVID-19

El secretario de Educación informó, por otro lado, que de los empleados que se llamaron a trabajar para esta reapertura, unos 33 dieron positivo a la prueba del coronavirus. De este grupo, 27 eran empleadas de los comedores escolares.

Mencionó que a los que comenzaron funciones se les dio un adiestramiento y se le suplió equipo de protección contra el coronavirus. Además, antes de entrar al comedor una enfermera les toma la temperatura.

La presidente de la Unión de las empleadas señaló que no tienen quejas con las medidas de protección. Solo mencionó que tuvieron un percance. Se trató del caso de un inspector de Educación que no pasó la prueba de la temperatura e insistió entrar a un comedor a evaluar el funcionamiento. Tras la controversia, la persona no pudo entrar.