A un año de que la Junta de Supervisión Fiscal le señalara al Departamento de Educación irregularidades en el sistema de ponchador para registrar la asistencia de sus empleados, a tal grado que permitía que se pagara nómina a personas ya fallecidas, la agencia ha logrado corregir los problemas que enfrentaba.

El propio ente fiscal en unas declaraciones solicitadas por Primera Hora y remitidas por su portavoz de prensa, Sylvette Santiago, señaló que “en marzo 2022, el Departamento de Recursos Humanos del Departamento de Educación confirmó que todos los casos que se habían identificado como ‘terminated’, ‘disappeared’ or ‘unknown’ (incluyendo personal fallecido) habían sido removidos del ‘roster’ (listado de empleados). El Departamento está trabajando para implementar la nueva política de limpieza de ‘roster’ y publicarla este 2022″.

Pero, más allá de remover a las personas fenecidas de su listado de empleados, los cambios introducidos en el pasado año por Educación a su sistema para registrar la asistencia de personal, llamado Kronos, ha redundado en una economía de entre $6 a $7 millones. Así lo indicó el secretario Eliezer Ramos Parés, en entrevista con este diario.

En primera instancia, el titular rechazó alegatos que se han realizado públicamente de que los maestros y demás personal de la agencia nunca ponchaban. Detalló que “el sistema de ponche comenzó en el 2007. Fue un reto. En un inicio, no tuvo aceptación. Hubo boicot en esos primeros tiempos”.

Hoy en día, ese sistema en el que ponchan 40,000 empleados de Educación, entre estos 26,000 maestros, está casi obsoleto. Ramos Parés reconoció que los relojes que se utilizan para ponchar datan de alrededor de 15 años y la empresa contratada ya no los arregla si se dañan. Por tal razón, en la actualidad se inició el proceso para reemplazar los mismos por unos más modernos.

El titular no informó cuánto dinero se gastarán en este cambio de relojes, que se suponen validen la asistencia aunque no haya servicio eléctrico, ni de internet.

No obstante, hace un año, tras el señalamiento de la Junta de Supervisión Fiscal, la agencia comenzó un proceso para restringir ciertos códigos. Dijo que a la iniciativa se le conoce como “tiempo y asistencia”.

“Ponche que no esté y empleado que no valide, procede un descuento”, explicó.

El titular indicó que, más allá del ponche, el empleado tiene que entrar a una página cibernética a confirmar su asistencia y su supervisor tiene que aprobar la nómina. Este es el proceso de validación del que habla.

Una vez ocurren estos pasos, el empleado cobra los días trabajados que han sido validados por quincena.

“En cada quincena los descuentos rondan en $1 millón”, expuso.

Una vez ocurre el descuento, el empleado aún puede reclamar haber trabajado el día. Si el reclamo ocurre en unos tres días después de haber cobrado, puede hacer el reclamo desde el mismo sistema de validación. Si sobrepasa este periodo, debe acudir a la región educativa a elevar su reclamo. Si ya han pasado meses, entonces se debe acudir a la sede de Educación a presentar el reclamo y la evidencia.

Entretanto, el secretario indicó que esta transformación del sistema de ponchador también acabaría con la práctica que se tenía de reclamarle dinero a empleados una vez se van a retirar. Dijo que eso le traía un dolor de cabeza al trabajador, pues tenía que evidenciar que laboró en una fecha determinada.

“Es beneficioso para el erario y para el empleado tener su récord al día”, dijo.

Estos cambios realizados por Educación se dieron con la orientación de personal de la Autoridad de Asesoría Financiera y Agencia Fiscal. Sin embargo, el ente aclaró que nunca hubo un síndico asignado a Educación para mejorar este señalamiento de la Junta de Supervisión Fiscal.

Pero, más allá del traspié experimentado, esta transformación que ha logrado Educación será en el futuro “una medida que quieren replicar en resto del gobierno”.

No obstante, Ramos Parés no precisó cómo ocurriría la implementación en las demás agencias.