Es un as en lo electoral, y eso nadie lo pone en duda...

Edwin Mundo ganaba sus propias elecciones “por un proceso que se llama recusaciones”, del que aprendió temprano en su carrera política que le era imprescindible para prevalecer, mucho más que salir a hacer campaña.

Recusar, en buena lid, a populares se convirtió en su estrategia favorita, camino a la Casa de las Leyes, recinto al que arribó con poco más de 21 años.

En el Capitolio, en los años 80, el ex representante novoprogresista tuvo la suerte de foguearse con “mostruos” de la política, como Ángel Viera Martínez, Severo Colberg y Presby Santiago, quienes le enseñaron de todo.

Mundo, quien se crió en Quintana, en Hato Rey, es maestro de salud y educación física, profesión que ejerció dos años y abandonó para siempre cuando Viera, por sus dotes de líder en la juventud penepé, lo reclutó para que trabajara en la Legislatura.

Ganaba $600 en Educación y se ganaba los mismos $600 por muchísimo más trabajo en la Comisión de Asuntos Internos de la Cámara, organismo que tenía a su cargo entonces las investigaciones más importantes en el Capitolio.

De la primera campaña como representante por el distrito 2 –a la que llega por la división que provoca Hernán Padilla– Mundo recuerda múltiples anécdotas, como la de Kate Donelly, esposa de Carlos Romero Barceló, que solía acompañarlo y reclamar que él era tan bueno que Ruth Fernández le había dedicado una canción: “Gracias, mundo”.

Severo Colberg lo introduciría en la hípica, deporte que él conocía de refilón por el hipódromo que hubo en Quintana y porque su papá quiso ser jockey.

Colberg también quiso darle lecciones magistrales de cómo prevalecer en la política.

“Una vez fuimos a la casa de playa de Severo y él me llevó a un cuarto. Me dijo: ‘En este cuarto tengo investigaciones de todo el mundo. El que chava conmigo… yo tengo un expediente de él aquí’”, reveló el ahora comisionado electoral del Partido Nuevo Progresista, a quien el ex presidente de la Cámara le confesaría que esa maña la aprendió del famoso director del FBI Edgar Hoover, un sobreviviente de varios presidentes que no siempre lo quisieron bien.

En la Cámara, Mundo fue legislador, presidente de la Comisión de Gobierno, portavoz alterno y vicepresidente.

Allí también supo ser amigo, tanto de novoprogresistas como de populares.

Amigo de los amigos aun en las malas: así se define el asesor de gobierno, quien ahora toda la experiencia acumulada en la Cámara, e indiscutiblemente su don natural por las relaciones públicas, los usa para dirigir la compañía KEM Consulting.

En KEM, Mundo asesora en estrategia política, relaciones públicas, proyectos de ley y procedimiento parlamentario.

¿Qué ha sido lo peor de la política?

Ver a muchos compañeros que terminaron confinados. La gente no entiende que uno tiene que mantener la amistad con ellos... La gente piensa que si el tipo terminó preso, tú te olvidas de eso. Pero, de donde yo vengo, por cuestión cristiana, uno aprende otra cosa.

De hecho, el ex legislador es nieto de un pastor de la Iglesia bautista, congregación en la que él aprendió los principios que, dice, hoy le sustentan.

A Mundo, quien un amigo del PNP –el alcalde de Guaynabo Héctor O’Neill– llamó “chanchullero” recientemente, ése y otros ataques le tienen sin cuidado. “Yo estoy claro de lo que yo he hecho. Nadie puede señalar con evidencia que yo haya cogido un peso que no es mío. Me gano lo que trabajo... Yo trabajo siete días a la semana”, subrayó el también apoderado del equipo de baloncesto los Atléticos de San Germán en una extensa entrevista con Primera Hora.

Sobre O’Neill, Mundo comentó, con pesar, que eran amigos, que la primaria los ha separado, pero que espera que la buena relación que tuvieron pueda reanudarse.

Sobre otros aspectos menos controversiales de la política boricua, confesó que a él lo que menos le gustó de ese universo extraño son los velorios y las despedidas de duelo, una exigencia que muchos líderes piensan que tienen que cumplir, so pena de que los dolientes se mueran de pena.

Mundo, quien también es dueño de caballos, tiene tantos sombreros que duerme poco.

Se acuesta a la 1:00 de la madrugada y se levanta a las 6:00 de la mañana todos los días.

La familia, en medio de toda esa agitación, se reúne en la casa cuando puede, pero gracias a la temporada de baloncesto hizo de las canchas de la Isla un punto de encuentro.

“Eso (ser apoderado) es un gasto, eso no genera ingresos…, pero yo lo veo como una inversión para mantener la familia unida”, anota Mundo.

En su núcleo familiar a nadie le gustan los caballos, pero el básquet sí, y su esposa, la periodista Betsy Rivera, incluso se ha vuelto una verdadera enamorada del deporte.

¿Es millonario?

“No. Esta oficina genera casi un millón de dólares (al año), pero aquí hay 10 empleados regulares y dos personas por contrato. Todos ganan dinero y todos viven de aquí”, responde el ex representante ante la interrogante que muchos en los medios de comunicación y los corrillos políticos se hacen.

Mundo precisó que él brinda servicios a siete legisladores, a dos alcaldes y a cinco agencias. Su esposa, que labora en relaciones públicas, tiene un negocio, pero aparte.

¿Volvería a ser legislador?

“Ya no sería un reto. Ya lo hice todo allí”, dijo Mundo, quien no empece los pesares sigue vinculado a la Casa de las Leyes y a quien apasiona todo lo que en términos parlamentarios pasa allí, pero ahora desde el otro lado de la cancha.