La primera fase del primer estudio de seroprevalencia del COVID-19 que se realiza en Puerto Rico determinó que para noviembre más de 86,000 personas (2.7%) de la población en la isla (más del doble de casos reportados por el Departamento de Salud para ese periodo) estuvo expuesta al virus, al tiempo que se revela que el mayor impacto de la pandemia en los hogares de los boricuas ha sido a la salud general, la salud mental y en la economía.

Los hallazgos del proyecto científico, que se llevó en una primera etapa durante el fin de semana del 20 al 22 de noviembre con una muestra aleatoria de personas que residen en 1,178 hogares de 64 municipios, es una iniciativa auspiciada por el Departamento de Salud de Puerto Rico.

La seroprevalencia es la detección de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 en la sangre de una persona, lo que indica que probablemente fue infectada en algún momento desde que inicio la pandemia. Este análisis se utiliza para proporcionar estimaciones de infección del COVID-19 basadas en la población, incluyendo las personas que tuvieron una infección leve o asintomática o que nunca se hicieron una prueba a pesar de tener síntomas.

En esta primera etapa se hicieron 1,834 muestras de sangre en 1,178 hogares. En cambio, en ocho muestras los resultados fueron indeterminados y 13 especímenes no tenían suficiente volumen para realizar la prueba por lo que al final se validaron 1,813 pruebas serológicas. La mayoría de los hogares (81.8%) eran unifamiliares, seguidos por los múltiples (16.2%). En promedio había 2.5 personas en un hogar y el 50% tenían por lo menos un residente con 65 años o más.

“El estimado es que aproximadamente el 2.7% de la población, en algún momento, estuvo expuesta al virus de SARS-CoV-2. De todos los especímenes con prueba serológica positiva (IgM y/o IgG), el 67% eran mujeres”, detalla el informe presentado a Salud.

Considerando que la población del censo de 2019 indica que en Puerto Rico viven unos 3,195,153 personas, significa que para el rango de fecha del 21 al 23 de noviembre de 2020 unas 86,269 debieron estar infectadas con el virus. Esto es más del doble de lo que se identificó por el Departamento de Salud para ese periodo. También hay que considerar que por cada diagnóstico confirmado pudiera haber otros ocho contagios de la enfermedad, según ha advertido la comunidad científica.

Para la fecha que la agencia informó la realización del estudio, el día 17 de noviembre, en Puerto Rico existían 42,790 casos confirmados al virus por pruebas moleculares, 36,810 sospechosos con pruebas serológicas y 795 probables con pruebas de antígenos. El total de fallecimientos alcanzaba 951 personas. En cambio, al finalizar noviembre y tras actualizar los positivos de pruebas moleculares en el BioPortal de Salud el total de casos positivos por pruebas PCR en Puerto Rico era de 59,251. Los fallecimientos para entonces eran 1,221 muertes.

Un dato revelador del estudio preliminar, en el que completaron 1,158 encuestas para determinar el impacto de la enfermedad en la ciudadanía, es que para noviembre, en un 7% de las viviendas un miembro de la familia fue hospitalizado por COVID-19 y en un 2.3% de los hogares hubo un deceso a causa del virus.

Además, se deja al descubierto que el mayor impacto de la pandemia entre los ha sido en la tranquilidad (65%), las finanzas (33.3%) y la salud (23.5%).

“Casi dos tercios de los hogares reportan tener un miembro de la familia que experimenta más estrés (63.0%), mientras que el 30.2% tiene menos ingresos que antes de la pandemia y el 22.9% ha perdido su trabajo o está laborando menos horas”, detalla el documento en el que se destaca que al menos un miembro del hogar ha tenido un diagnóstico de depression u otro diagnóstico de salud mental está presente en el 26.5% de los hogares.

De otra parte, es alarmante conocer que en un 42.5% de los hogares se informó la pérdida de citas médicas o dentales debido a la crisis salubrista.

Lo signos más comunes de posibles problemas de salud mental comunicados (en los últimos 30 días para cuando se hizo la encuesta en noviembre) incluyeron dificultad para dormir o tener pesadillas (41.2%), dificultad para concentrarse (27.7%), pérdida de apetito (17.2%) y comportamiento agitado (24.0%).

“En menor medida, los comportamientos violentos o amenazas (2.8%), el aumento del consumo de alcohol (3.6%) y el aumento de consumo de drogas (0.5%) se reportan en el hogar”, añade el análisis científico.

En cuanto a medidas de prevención, el 96% dijo usar mascarilal facial, el 91% el lavado de manos y el 82% aseguró evitar reuniones grupales.

En cuanto a la movilidad de los miembros del hogar en los 30 días anteriores a la encuesta se determinó que el 31% sale de su casa diariamente, el 17% entre tres y cinco veces a la semana y el 44% sale una o dos veces por semana. El destino más frecuente fue a un consultorio médico (60%).

Para la iniciativa se utilizan $865,000 de fondos de CARES Act y colaboran un grupo de expertos de distintas organizaciones como lo son: Puerto Rico Public Health Trust, Puerto Rico Hurricane Hub, Puerto Rico Science, Technology and Research Trust, Ponce Health Sciences University y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). El estudio se hizo a través de la conocida encuesta de Evaluación Comunitaria para la Respuesta a Emergencias de Salud Pública (CASPER, por sus siglas en inglés), la cual será modificada para este análisis con pruebas de anticuerpos (serológicas)

“Estos primeros resultados del estudio nos ayudarán a entender más sobre cómo se comporta el COVID-19 en la población y sus respectivas comunidades”, expresó por escrito Carlos Mellado, secretario de Salud.

Detalló que el estudio continuará en una segunda fase que se llevará a cabo del 25 al 29 de febrero. “Esto nos dará una noción complete de cómo se transmite el virus en nuestro pueblo”, dijo el funcionario sobre la fase que está supuesta a impactar a las mismas comunidades que se visitaron en noviembre.

Por su parte, José Rodríguez Orengo, director ejecutivo del Puerto Rico Public Health Trust, destacó que el resultado final ayudará a priorizar soluciones y en la toma de decisiones “basadas en datos”, incluyendo política pública.

Primera Hora solicitó en noviembre la información de las comunidades impactadas, pero se prefirió no divulgarla. Lo que sí se estableció es que en cada una de las siete regiones de salud se seleccionarían 33 conglomerados de hogares, utilizando bloques censales como primeras unidades de muestreo. Los municipios que no participaron en el proyecto CASPER fueron: Adjuntas, Arroyo, Comerío, Corozal, Jayuya, Juana Díaz, Lajas, Lares, Las Marías, Las Piedras, Loíza, Quebradillas y Rincón.

El director de investigación del estudio es Diego Zavala.

“Es importante que se entienda que esta será la primera estimación de la infección en la población… incluso con aquellos que tuvieron una infección leve o estuvieron asintomáticos como con los que no se hicieron la prueba nunca… por cada caso detectado se proyecta que pueden ocurrir entre 5 a 8 contagios adicionales”, sostuvo a este diario recientemente el también catedrático de la Universidad de las Ciencias de la Salud de Ponce.

Otro punto importante es que la información de aquellos casos positivos detectados en el proceso se compartió con el Sistema Municipal de Investigación de Casos y Rastreo de Contactos (SMICRC) que dirige la epidemióloga Fabiola Cruz.

A la fecha hay 87,694 casos confirmados al virus y 1,794 muertes, según el último informe del Departramento de Salud. El 45% de los casos en toda la pandemia se diagnosticaron en noviembre y diciembre, según un análisis realizado por el doctor Marcos López, gerente de investigaciones del Puerto Rico Public Health Trust.

En enero, se han diagnosticado 8,295 casos positivos y, al momento, han fallecido 179 personas a causa del COVID-19.