El sabor en el Departamento de Educación está en los comedores escolares.

Sus empleados aseguraron a Primera Hora que les ponen sazón, alma y corazón a todas sus recetas para, no solo llenar las barrigas de los miles de niños y jóvenes que constituyen el sistema público de enseñanza, sino también conocer a las verdaderas necesidades de los estudiantes y así ayudarles a triunfar en la vida.

Y, al parecer, el arroz blanco es más que suficiente para alegrar las vidas de sus alumnos. Es que este grano solito triunfa en la misión de llenarles las barrigas y hacerles repetir. Las chuletas y el bistec andan empatados en segundo lugar, mientras que la leche con chocolate no se queda atrás en el menú que los muchachos de hoy en día prefieren comer en los comedores escolares.

Las ensaladas, el “arroz colora’o” y la comida enlatada, por otro lado, están agrupadas en lo menos que les gusta. Así lo relataron algunos de los 361 empleados que ayer, miércoles, recibieron sus permanencias en un evento realizado en el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré, en Santurce, que se denominó “Tu sabor transforma la educación”.

¿Cuál es ese sabor?, se les cuestionó a los empleados de los comedores escolares.

Alcaldes de distintos municipios tienen inquietudes por los planes para distribuir los alimentos que se preparen en los comedores escolares.
El arroz blanco, a juicio de quienes lo preparan, triunfa en el gusto de los estudiantes y muchos suelen regresar a la fila para repetirlo. (Gerald López Cepero)

“Mi sabor es exquisito, mi amor”, dijo con picardía Marta Rodríguez, de la escuela Antonio Domínguez Nieves, en Caguas.

“El sabor se lo da el amor con que tú cocinas. No es el condimento como tal. El condimento tiene que ver, pero el amor con que tú cocinas también”, añadió la cocinera, quien llevaba dos años como empleada transitoria antes de lograr la permanencia.

Explicó que acogió ser empleada de comedores escolares, porque “no tan solo es servir. Es identificar en cada niño su necesidad y ayudar. No solamente es dar comida, es también llevar el mensaje, ayudarlos”.

Orlando Reyes Cruz, de la Escuela Ramón Alejandro Ayala, Comerío.
Orlando Reyes Cruz, de la Escuela Ramón Alejandro Ayala, Comerío. (Frances Rosario)

Lo primero que les ocasionaba a los empleados de comedores escolares la pregunta de cuál es su sabor era risas.

José Vega, de la escuela José Celso Barbosa de Ponce, se soltó hasta un “ay, Virgen” cuando fue interceptado con la pregunta. Sin embargo, enfatizó en que el amor y el cariño que le inyectan a los alimentos es la magia para mantener cautivos a los estudiantes.

Afirmó que el comedor de su escuela siempre está lleno y que los estudiantes suelen repetir.

“Hoy en día, el menú tiene los nutrientes que necesitan, la dieta balanceada para ellos”, explicó.

Nilsett Rosa Santiago, de la Escuela Miguel Meléndez Muñoz, Cayey.
Nilsett Rosa Santiago, de la Escuela Miguel Meléndez Muñoz, Cayey. (Frances Rosario)

Las pizzas y las hamburguesas han sido sacadas de las listas de alimentos que se dan en los comedores. Pero, algunos empleados contaron que se las ingenian para algunos viernes hacerles hamburguesas con los panes que les llegan y una carne que viene en lata. Lechuga y tomate no pueden faltar para complementar este almuerzo.

“Tratamos de hacer la comida buena para que ellos puedan sentirse a gusto”, precisó Nilsett Rosa Santiago, escuela Miguel Meléndez Muñoz de Cayey.

La principal misión de Orlando Reyes Cruz, de la escuela Ramón Alejandro Ayala, en Comerío, es que los estudiantes se lo coman todo. Dijo que “un buen sofrito” es lo que hace la diferencia.

El hombre no cree que haya que hacer ningún cambio en el menú para satisfacer a los alumnos. Igual pensó Milagros Ríos, de la escuela de Bellas Artes, Luis Muñoz Rivera, en Utuado.

“Creo que no falta nada. Todo está bien. Es un menú exquisito”, precisó la mujer, quien destacó, además, los ricos desayunos que en el comedor sirven.

Necesitan más manos

El único problema que resonó entre los empleados de los comedores escolares fue la necesidad de más manos para cocinar y hacer las tareas adicionales, como la limpieza.

La presidenta de la Asociación de Empleados de Comedores Escolares, Nelly Ayala León, explicó que la contratación de más mano de obra recae en la Administración de Servicios Generales (ASG), lo que hace el proceso más complicado para Educación.

Milagros Ríos, Escuela de Bellas Artes Luis Muñoz Rivera, en Utuado.
Milagros Ríos, Escuela de Bellas Artes Luis Muñoz Rivera, en Utuado. (Frances Rosario)

“Al día de hoy, pues, nada más nos hace falta la fuerza trabajadora. Hay una necesidad que se crea por aquellos empleados que abandonan el servicio público por jubilación, otros porque deciden, sencillamente, renunciar y esos puestos quedan vacante. Los están llenando, pero el proceso es burocrático”, contó la líder sindical.

Tanto el gobernador Pedro Pierluisi, como el secretario de Educación, Eliezer Ramos Parés, reconocieron la necesidad de personal.

Ramos Parés aludió a que se debe llenar el 5% de las plazas, pero no mencionó una cantidad precisa.

Ambos expusieron que el salario base de un empleado de comedor escolar es el mayor escollo, pues estos trabajadores -que alimentan a sobre 200,000 estudiantes del país semana tras semana- cobran un sueldo base de $1,300 mensuales, lo que representa unos $8.12 la hora.

Marta Rodríguez, de la Escuela Antonio Domíngez Nieves, en Caguas.
Marta Rodríguez, de la Escuela Antonio Domíngez Nieves, en Caguas. (Frances Rosario)

“Eso se está ajustando, porque ahora parte del nuevo plan de clasificación es retribución, que se está trabajando, una de las metas que tiene es que no haya empleado servidor público ganando menos que el salario mínimo, el nuevo salario mínimo que tenemos en Puerto Rico (de $8.50). Eso ha sido así en las otras agencias del Gobierno central. En el caso Educación, que tiene su propio plan de cualificación y retribución, pues, el trabajo se está llevando a cabo para que, entonces, yo espero que, a más tardar a principios del próximo año fiscal, el 1 de julio, ya esas escalas estén revisadas. Eso va a ayudar para el reclutamiento y va a ayudar para que el personal se sienta motivado y debidamente compensado”, detalló el gobernador.

Por otro lado, la presidenta de la Asociación de Empleados de Comedores Escolares explicó que el menú de los comedores escolares ha evolucionado de una forma tan positiva, que la mayoría de los alimentos que se le dan a los estudiantes son frescos y de Puerto Rico.

José Vega, de la Escuela José Celso Barbosa, Ponce.
José Vega, de la Escuela José Celso Barbosa, Ponce. (Frances Rosario)

“Todo el mundo que va al supermercado sabe lo costoso que están los alimentos en el mercado y se está preparando carne fresca, se les está dando los alimentos, las hortalizas, y todo eso fresco de aquí, del país. Los padres tienen que poner su granito también en educar a esos niños para que consuman este alimento, porque es triste ver que los empleados se esmeran preparándolos y se pierda. El gobierno envuelve dinero, millones, en esta inversión de alimento fresco y es triste que los niños no la consuman”, manifestó, al llamar a los comedores escolares el restaurante más grande de todo Puerto Rico.

Pese a su comentario, Ayala León señaló que el nuevo modo de servir que se acogió en la pandemia, de bandejas más pequeñas, ha evitado el desperdicio de comida.