El Chuchin, genio y figura...
Un repaso a lo que fue una vida en la política marcada por escándalos

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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El 15 septiembre del 2011, Soto Díaz, quien murió esta mañana en su hogar a la edad de 66 años, renunció a su escaño por el distrito de Guayama, en medio de dos investigaciones éticas en el Senado, tras declarar públicamente que le habían regalado el costoso automóvil, aunque luego alegó que todo se trataba de una broma.
También enfrentó una querella por irregularidades en los informes financieros que sometió ante el Departamento de Hacienda y la Comisión Estatal de Elecciones (CEE), en torno a los ingresos y gastos de su campaña.
En la investigación, trascendió que en sus planillas contributivas de 2002 a 2006 había reportado cantidades ínfimas de ingreso bruto ajustado, y un capital neto de activos de casi un millón. En los estados financieros que sometió ante la CEE, Soto informó que el 30 de septiembre de 2008 tenía un capital total de $950,209. Esto incluía una residencia de tres plantas en concreto armado, con aire central, valorada en $475,000, en la carretera PR-3, en el municipio de Arroyo.
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El exsenador reportó tener $432,600 en una corporación denominada Anthony II Corp., dedicada, según reportó en el estado financiero, a la venta de autos usados e importados.
A dos meses de la elecciones generales de 2008, informó haberse ganado apenas $12,000 anuales como ingreso, tener en efectivo $10,178 y otros $32,431 en mobiliario, joyas y otros efectos personales.
En los informes de ingresos y gastos que venía obligado a someter a la CEE, Soto Díaz no informó cómo cubría los gastos de su campaña política, que excedieron los $50,000. Solo reportó un donativo de apenas $200 sin especificar quién lo hizo, contrario a lo que dispone la Ley Electoral.
El lío de las finanzas del entonces legislador por Guayama se destapó en medio de la controversia que protagonizó por el lujoso auto Bentley cuando dijo en medios radiales que el carro había sido un regalo y, luego, se enredó en tres versiones, sin poder explicar cómo el vehículo llegó a sus manos. De acuerdo a notas de prensa, el vehículo tenía un valor $450,000 al momento de salir al mercado.
Pero, además de las querellas por el Bentley y sus planillas, Soto Díaz enfrentaba una querella en el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales porque tenía pozos de agua en una propiedad suya en el barrio Guásimas y no pagaba por el consumo.
En 2010, Soto Díaz protagonizó otro escándalo público cuando el entonces presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz le canceló un contrato que le había extendido a la modelo Yadira Hidalgo.
“Nadie contrata a nadie porque tenga nalgas grandes, hay hombres que tienen nalgas grandes y yo no los contrato por eso. Yo la contraté a ella por la entrevista que hizo y porque entendí que iba a hacer una buena labor aquí”, dijo entonces, Soto Díaz en una entrevista con Primera Hora.
“Yo respeto a todas las mujeres… este senador es bien respetuoso…bastantes mujeres hay en el Senado y que pregunten por ahí a ver si yo en algún momento las he enamorado”, indicó el legislador quien en aquella ocasión dijo que era espiritista.
En sus días en el Capitolio, se sumó al grupo de legisladores que buscaba perder peso con una dieta a base de vitaminas y tratamiento antienvejecimiento.
Soto Díaz era oriundo de Patillas y se crió en el barrio Pitahaya, sector El Piojo, de Arroyo, donde es conocido como “Toñito”. Antes de llegar a la Legislatura, se informó que el otrora político se dedicaba a vender autos, tenía un supermercado y había sido barbero y chofer de carro público. Estudió un bachillerato en la Universidad Católica, en Ponce, donde también realizó estudios en Derecho.
El pasado 10 de diciembre volvió a ser noticia cuando se declaró culpable de cargos de evasión contributiva y de cobrar dietas de forma ilegal, mientras se encontraba de viaje en asuntos personales en la República Dominicana. Ese día lloró en la sala 1107 del Tribunal de San Juan mientras hacía la alegación de culpabilidad.
Mediante el acuerdo para declararse culpable, que le evitaría una condena de cárcel, el exsenador tenía que restituir cerca $200,000 al Departamento de Hacienda, a la Oficina del FEI, pagar la pena de especial al tribunal y $2,000 al Senado por las dietas cobradas estando de viaje en la República Dominicana. La sentencia en este caso debía darse el próximo 29 de enero.
Estaba casado con Agnes López Santiago. Le sobreviven siete hijos, uno de los cuales lo acompañaba al tribunal cuando el caso era citado.
Fuera de la política, el exsenador fue promotor de reinas de belleza. Incluso, fue quien llevó a Shalimar Rivera a concursar en Nuestra Belleza Latina en el año 2011. Rivera, quien es animadora del programa Dando Candela de Telemundo, fue Miss Piel Canela y primera finalista de Miss Mundo de Puerto Rico en 2007.
"Vamos a estar en el ambiente de la belleza si las cosas siguen como van desarrollándose. Me gustaría tener un concurso y servir a la juventud de este país como lo hice desde el Senado de Puerto Rico", comentó el empresario en ese entonces.
Incluso, en esa misma entrevista, el Chuchin reveló tener grandes conocimientos del mundo de las reinas de belleza.
“Hacia eso vamos, a ser un zar de la belleza, de todo sé, y aunque me gustaría volver al Senado, aun regresando puedo continuar con los concursos porque se puede mascar chicle y caminar a la vez".
En su última entrevista con este medio, el día en que hizo la alegación de culpabilidad, el polémico exlegislador dijo que “nadie está exento de cometer errores”.
“Fue un proceso bien tedioso, terrible, humillante, con muchas cosas que uno no quisiera estar pasando, pero Dios tiene un propósito para todo”, sostuvo entonces el exlegislador por el distrito de Guayama y dijo que en ese momento, no podía arrepentirse “de nada".