Cuando se habla de debates políticos en Puerto Rico, es imposible no acordarse de uno fogoso que tuvieron los entonces candidatos a la gobernación de la Isla en 1988, Rafael Hernández Colón por el Partido Popular Democrático (PPD) y Baltasar Corrada del Río por el Partido Nuevo Progresista (PNP).

A pocos días de las elecciones de ese año, El candidato por el PNP, quien en ese entonces era alcalde de San Juan, planificó el debate para hablar sobre lo que él llamaba la “República Asociada de Puerto Rico” e invitó al entonces gobernador y candidato del PPD. Sin embargo, este último nunca respondió que asistiría a la discusión política que fue televisada por el canal 7.

El debate comenzó y solo Corrada del Río estaba tras el podio. Hernández Colón brillaba por su ausencia.

El estadista comenzó a hablar y notificó que el popular fue invitado al debate, pero no notificó su participación. Pero, para sorpresa de todos, a poco más de un minuto de haber comenzado el debate, Hernández Colón apareció a tarima y se acomodó tras el podio.

“Llegó tarde el señor Hernández Colón, me alegro mucho que haya venido, que se haya presentado aquí, respondiendo al debate. Le damos la bienvenida y le saludamos muy efusivamente”, dijo Corrada del Río mientras le extendió la mano a Hernández Colón.

Tras esto, Corrada del Río comenzó a repartir las reglas del debate y le dijo a Hernández Colón que comenzara su turno de 15 minutos a lo que éste se rehusó y de ahí surgió el histórico “Eche pa’lante”.

“¿Usted quiere decir que usted quiere que yo hable primero y después usted? No señor, vamos a hablar, usted tiene un turno y yo cojo otro turno. Adelante”, dijo el popular, a lo que Corrada del Río dijo, “no”.

Siga con su turno… no es que yo quiero conocer todo lo que usted va a decir aquí sobre la república asociada que usted es el que dice que hay una república asociada. Vamos a que se presente al pueblo de Puerto Rico. ¡Eche pa’ lante, eche pa’ lante, sin miedo!”, repetía una y otra vez Hernández Colón mientras Corrada del Río le respondía que no tenía miedo.

Ambos siguieron con la discusión hasta que finalmente Corrada del Río aceptó la recomendación de Hernández Colón y él comenzó el debate.