Los turistas, que muy pronto volverán a admirar el valor arquitectónico del Capitolio, así como muchos empleados, políticos y visitantes que a diario circulan por los pasillos de mármol de la obra neoclásica, están ajenos al grave deterioro en que se encuentra la imponente estructura que dentro de ocho años cumplirá un siglo.

La cúpula, cupulina y el domo interior de la histórica edificación son los más afectados, según constató Primera Hora en un recorrido por la parte más alta a la que solo se puede acceder con equipo de protección. En lo alto, desde donde se divisan los puntos cardinales de la Isleta de San Juan, se pueden apreciar en el piso trozos de mármol y de concreto desprendidos de la parte externa de la cúpula, varillas expuestas en columnas y los hierros enmohecidos de los aires acondicionados.

El superintendente del Capitolio, César Hernández Alfonzo muestra el espacio entre la cúpula y el domo.
El superintendente del Capitolio, César Hernández Alfonzo muestra el espacio entre la cúpula y el domo. (Ram—n "Tonito" Zayas)

En la parte superior del domo interior se han tenido que colocar lonas impermeables para que la humedad no afecte los frisos, mosaicos y pinturas que recogen la historia de Puerto Rico y el acrílico, en la parte superior de fondo, que tiene recreado el escudo con el cordero, otorgado a la Isla por la Corona Española en 1508, requiere ser reconstruido.

“Los estragos del huracán María agravaron las condiciones del edificio. El impacto del sandblasting (chorro de arena) con el agua de mar y los vientos fue devastador”, describió el superintendente del distrito capitolino, César Hernández Alfonzo, al mostrar las condiciones de cuidado en que se encuentra la estructura principal del Capitolio. Se entiende que el terremoto de 6.4 grados del 7 de enero de 2020 no ocasionó daños al monumento.

Hernández Alfonzo le hizo un llamado a la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) a que asigne una partida especial de emergencia para atender el deterioro de la obra, que se comenzó a construir en 1925 y fue inaugurada el 11 de febrero de 1929. El exlegislador dijo que estudios de la Superintendencia estiman las obras de restauración en la cúpula, domo y las áreas exteriores del edificio principal, entre $16 a $20 millones.

“Estamos emplazando a la Junta a que asigne los recursos sin trastocar el presupuesto operacional de la Asamblea Legislativa, que haga una partida especial para atender esos asuntos que son de urgencia”, sostuvo.

El deterioro con varilla expuesta en la estructura de la cúpula es notable.
El deterioro con varilla expuesta en la estructura de la cúpula es notable. (Ram—n "Tonito" Zayas)

Hasta el momento ninguno de los fragmentos que se han desprendido han causado daños a personas. “El 28 de diciembre pasado cayó el último pedazo de mármol en la escalinata sur del Capitolio. Gracias a Dios que no había nadie. Lo que queremos es contrarrestar eso con un plan de mitigación”, subrayó el Superintendente.

“Ambos, el domo interior y la cúpula exterior, se encuentran en un estado avanzado de deterioro, pedazos de la cúpula exterior del edificio han comenzado a caer sobre el domo donde está ubicada el área principal de la entrada al Capitolio. Se ha tenido que poner un plástico protector en esa zona porque cada vez que llueve la humedad está afectando ya directamente el domo del Capitolio”, explicó desde uno de los laterales interiores de la cúpula, a donde tuvimos que acceder con un casco por los desprendimientos. “Estamos literalmente encima de la cúpula, abajo está la cápsula donde está guardada la Constitución de Puerto Rico. Los visitantes cuando llegan miran hacia arriba. Justo encima ahora estamos nosotros”, detalló.

“El problema grave que tenemos es que estas son pequeñas partes que se han desprendido, cuando empiecen a caer partes más grandes de la cúpula van a afectar al domo que no está diseñado para recibir impactos fuertes de cualquier tipo de piedra porque es una revestidura interior”, especificó Hernández Alfonzo.

Dijo que aunque se han hecho mejoras pequeñas en columnas, al menos en dos han encontrado que “continúan explotando la varilla”.

Expresó que la reparación de ambas áreas, tanto de la cúpula exterior como el domo debe ser completa. “Este es un edificio histórico protegido y declarado patrimonio de Las Américas por la UNESCO. Este el segundo edificio más visitado por los turistas cuando vienen al País. Es patrimonio de todos los puertorriqueños. La historia de todos los puertorriqueños está aquí en este edificio”, recordó.

Dijo que la reparación podría tomar unos cuatro a cinco años y en los trabajos tendrían que utilizarse andamios, aditamentos especiales y hasta revestir por fuera el monumento. Esto sin contar con los curadores y especialistas que tendrían que ser reclutados para la conservación de las obras de arte que adornan la llamada Rotonda. Sostuvo que la Superintendencia ya ha hecho acercamientos con la Oficina de Preservación Histórica.

“La construcción del edificio fue realizada por personal especializado, se utilizó mármol que vino de distintas partes del mundo. En especial en el área del domo cuando uno entra y mira hacia arriba se representa la historia del pueblo de Puerto Rico. Cuando entramos nosotros no vemos el deterioro, pero cuando subimos a esta zona y vemos las condiciones en que está nos damos cuenta de que hay una urgencia para repararlo y evitar que los efectos que tuvieron tanto el huracán María e Irma, adicional al deterioro natural del edificio, causen que la reparación al final del camino, sea aún más costosa”, indicó. Dijo que el trabajo de restauración sería similar al que se hizo en el Congreso de Estados Unidos cuando se mandó a “reparar y encapsular la cúpula” del Capitolio federal.

Sobre el costo de las obras de restauración dijo que los presidentes de las cámaras legislativas han establecido un proceso de diálogo con la JSF y “sí, hay un conocimiento general, de que se necesita remodelar y atender esta parte del domo” del Capitolio.

“Nuestro llamado a la Junta es a que se asignen los recursos adicionales porque nosotros tenemos que continuar con el mantenimiento y reparación de sobre 14 edificios que conforman el distrito capitolino, casi todos ubicados en edificios históricos que necesitan atenderse, pero esto debe considerarse como un proyecto especial, fuera del presupuesto de la Asamblea Legislativa”, sostuvo.

“Nosotros lo plasmamos todo por escrito. La Junta tiene nuestras cartas sobre el tipo de mejoras que hay que hacer aquí, tiene un ‘time table’ de qué tipo de mejoras se harían por cada año. Hay algo ya programado para atender esta acción de emergencia”, detalló Hernández Alfonzo.

“Si no atendemos esta crisis que tenemos aquí no vamos a poder tener el área porque falta muy poco para que toda esa humedad y todo ese deterioro baje al área que todos vemos en el interior del edificio. Tenemos que atender esto con urgencia, no tan solo, el área del domo y cúpula, sino también las áreas exteriores del edificio. Las cornisas que se están cayendo, las áreas de mármol revestido están colapsando también”, dijo para acentuar que también se trata de un asunto de seguridad.

“Tenemos que tener en cuenta la seguridad de las personas que caminan alrededor del edificio. Hemos tenido eventos de desprendimientos de mármol en muchas áreas exteriores del Capitolio y estamos muy preocupados por el efecto que podría tener en los empleados, turistas y visitantes”, alertó.

Ahora mismo, relató, en el hemiciclo del Senado se tuvo que acordonar un área en uno de los laterales. “Eso fue un daño que ocasionó el huracán María, esa área que reviste al hemiciclo colapsó, se levantó y nunca fue reparada como correspondía, está ocasionando un problema grave de filtración”, explicó.

En 2015, en medio de un debate legislativo, se desprendió una fachada del techo del hemiciclo senatorial y durante las obras de reparación las bancas de los senadores se tuvieron que mover por un tiempo al Salón Leopoldo Figueroa.

También dijo que está en avanzado deterioro el edificio de Medicina Tropical, otra construcción histórica que alberga varias oficinas de senadores y representantes, así como la Superintendencia del Capitolio, el Cuartel de la Policía del Capitolio y las oficinas de la Comisaría Residente. El edificio de tres niveles, se fundó en 1926, con el auspicio de la Universidad de Columbia y su arquitectura se destaca por su estilo Plateresco, que resalta el arte de la orfebrería.

“Estamos hablando de un costo de miles de miles de dólares, adicionales a los $20 millones del Capitolio y sin hablar de las mejoras que hay que hacerle al edificio Luis A. Ferré. Todos los que trabajamos aquí sabemos que ese edificio está enfermo, que hay que mejorarlo y trabajarlo de inmediato, pero nadie le ha puesto el cascabel al gato”, sostuvo.

Hernández Alfonzo colocó al Luis A. Ferré en segunda prioridad, después del edificio principal. La construcción de cuatro niveles también provee oficinas a algunos legisladores, salones de reuniones y vistas públicas, así como estacionamientos.