Si existe el paraíso terrenal, quizás esté enclavado entre las despampanantes montañas del barrio Indiera Fría en Maricao, a donde se respira el aire puro de esta patria que muchos pretenden gobernar.

Allí, bajo el trinar de las aves se impregna el olor a tierra mojada que alimenta los sueños de quienes cultivan la verdadera felicidad. A lo lejos se escucha el motor de una camioneta que va adentrándose en la Hacienda Libertad.

Se trata del candidato independiente a la gobernación de Puerto Rico, Eliezer Molina Pérez, quien llegó junto a su esposa Sheila Mejía y sus retoños Victoria y Santiago, de nueve y cinco años, respectivamente. No iban de paseo, sino que arribaron al lugar que hace seis años adoptaron como su segundo hogar.

Ataviado con una camisa manga corta de botones, mahón y botas para caminar en el campo, este ingeniero de profesión y agricultor por vocación habló sobre las motivaciones que le hicieron aspirar al cargo electivo más importante en la Isla.

“En las pasadas elecciones, vi los candidatos que aspiraban a la gobernación y pude notar que ninguno tenía un enfoque de justicia social. Estaban todos más pendientes a posicionarse y luego viene el huracán María y nos destroza todo...”, recordó el hombre de 40 años, criado en el barrio Alto Sano de San Sebastián.

“Para yo acceder aquí al municipio de Maricao, yo vi sufrimiento de verdad, no me quiero acordar de eso… y esa injusticia social, esa desigualdad, fue lo que me llevó a mi a enfrentar estos malandrines que tienen el control de Puerto Rico”, confesó al mencionar que fue su esposa quien lo impulsó a presentar sus ideas fuera de una estructura partidista.

De esa manera comunicó su decisión al recibir el respaldo de unos padres que conocen muy bien su dedicación. Pero asegura que no camina solo, sino “con el pueblo”.

“Yo camino con el pueblo, sin una estructura partidista que es distinto, pero nosotros tenemos que romper ya con la partidocracia, de pensar que las estructuras partidistas garantizan el bienestar social de un pueblo. Eso lo vimos después del huracán María, después de los terremotos, la pandemia, cómo es que a nivel comunitario Puerto Rico se levantó y las candidaturas independientes logran eso porque van rompiendo esta quimera de que tú necesitas una estructura partidista”, expuso.

Su amor por el medioambiente llevó a este pepiniano, cuya estatura física alcanza los 5′5″, a dejar un trabajo como ingeniero civil para emplear sus conocimientos en la construcción y utilizarlos en la agricultura.

“Decidí estudiar ingeniería porque me gustaba mucho la física y las matemáticas, fue un campo que me llamó la atención y aprendí, pero no me hacía tan feliz. Esto me motiva a mí, la agricultura, el medioambiente, la naturaleza y uno encuentra la felicidad cuando uno alcanza las cosas que lo motivan y por eso estamos ahora como agricultor”, reveló el egresado de la Universidad Politécnica en Hato Rey.

“Aprendí a que los conocimientos que adquirí, utilizarlos para proteger el medioambiente y entonces es un poco extraño que tú estudies construcción y no es que no fomentes la construcción, pero la construcción y el desarrollo desmedido acaba con la civilización y creo que yo pude alcanzar ese balance, de poder desarrollar en armonía con el medioambiente, como lo van a ver aquí”, agregó.

Precisamente, el centro de operaciones del candidato independiente es una hacienda cafetalera de unas 200 cuerdas de terreno a 3,000 pies sobre el mar, a donde también cultiva frutos menores tales como china, parcha, guineo, aguacate, frambuesas y hasta uvas. Todo bajo un modelo agroforestal.

“Esto es pura ingeniería, todos esos árboles están a contorno, todo están a nivel, a pesar de que tú los ves en una pendiente y todo eso lo aprendimos con la ingeniería. Hacemos un balance entre lo que son los árboles, la hojarasca que ellos van llevando al suelo y entonces se va alimentando y el anidaje de nuestras aves autóctonas está a salvo. Tampoco usamos plaguicidas, así que nuestros cuerpos de agua están limpios”, explicó desde ese paraíso que alberga ocho manantiales y un río.

“Esto es un prototipo de proyecto para que futuras generaciones nos imiten y puedan aplicarlo. Nos estamos levantando ahora porque el café tarda tres años en comenzar a producir, así que después de María que era nuestro tercer año, perdimos todo y ahora con mucho sacrificio nos hemos levantado poco a poco. Como se construye un país, poco a poco”, enfatizó.

De acuerdo con el menor de cuatro hijos del matrimonio de Efrén y Lourdes, en su finca Libertad conviven más de 24 especies de aves, entre estas, el bienteveo, Julián chiví, comeñame, múcaro, zorzal, calandrias, jilgueros y diversos tipos de reinitas.

Allí también hay variedad de árboles como el capá prieto, guaraguao y “guava, que es bien importante porque hacen una función, son leguminosos. Eso significa que ellos botan nitrógeno en sus raíces y ese nitrógeno hace que el árbol del café crezca mucho más rápido y que el grano sea más denso”.

“El agricultor cosecha lo que se va a comer, controla lo que produce, lo vende y las demás personas que no hacen esto tienen que trabajar para pagar una casa, para pagar por la comida, para pagar, pagar y pagar. Y yo con esto trato de hacer un proyecto de vida, pero replicarlo para que los demás puertorriqueños lo puedan lograr”, apuntó al resaltar la influencia de su abuela Rosa quien a sus 93 años aún trabaja la tierra.

“A los puertorriqueños no se nos han dado las herramientas y luego nos desplazan y vienen estas grandes corporaciones, estos grandes inversionistas y utilizan su poder de capital, se posicionan y nos desplazan. ¿Y qué es lo que yo hago? Vine a defender nuestro patrimonio también”, afirmó.

Sin pretender menospreciar las profesiones que predominan en este tipo de contienda, Molina Pérez resaltó las cualidades que, como agricultor, implementaría si obtiene el favor del pueblo en los próximos comicios.

“Es como criar un arbolito… así se dirige a un pueblo, y tu llevas a unos niños que los vas educando para ver cómo se desarrollan y en su etapa adulta producen. Pues es como yo cultivar un árbol de café, invertir en él y levantarlo para ver que en su etapa adulta sea productivo, y tú tienes un retorno de inversión, en este caso la finca, y en el caso político es nuestro país”, expresó.

“Así que el agricultor sabe cuánto tiempo conlleva el esfuerzo para tú poder ver el fruto florecer y esa es la diferencia. Los abogados cobran más por sus servicios, sin quitarle el mérito a ninguno, respeto a cada uno en su desempeño, y el médico te cura en el momento una enfermedad, pero el agricultor desarrolla para que tú tengas comida y sobrevivir. Entonces, es una dinámica distinta y así como proteges tu plantación, así proteges tu país”, sostuvo.

Mientras tanto, describió la actividad que le proporciona su mayor felicidad.

“El ser humano es feliz en el medioambiente y entonces es lo que yo aspiraba en la vida, a ser feliz. Cuando toco la tierra siento vida, siento libertad, siento como si fuese parte de mí. Creo que la tierra es lo que nos define como individuos y cuando la tocas te sientes parte de ella, sientes vida”, subrayó con evidente brillo en su mirada.

“Si no tuviéramos problemas yo no saldría de aquí jamás… lamentablemente, he tenido que salir del paraíso para tratar de pelear por un Puerto Rico y que los demás puedan tener su paraíso. Pero no vine aquí a buscar trabajo, vine a buscar justicia”, concluyó.