El aumento al salario mínimo de $7:25 a $8:50 la hora, que entró en vigor de forma automática este primero de enero y el alza de alrededor de un 16.8% por ciento en la factura de la luz eléctrica, llevará a algunas empresas a pasar estos costos al consumidor, dijo hoy el vicepresidente de la Asociación de Mayoristas y Distribuidores de Alimentos (MIDA), Manuel Reyes.

El líder empresarial indicó que para un supermercado local el alza en el salario mínimo representa sobre $3 millones en su presupuesto. “No es solamente los empleados que ya están, sino los que lleguen en adelante porque es una escalera de salario y esos tres millones de algún lado tienen que salir y la probabilidad es que se aumenten precios”, sostuvo en entevista con Primera Hora.

“Con toda probabilidad si la empresa ya lleva años reduciendo nómina, reduciendo gastos, tratando, porque no es una situación nueva las dificultades que ha tenido el sector empresarial en Puerto Rico, pues realmente lo único que le queda es subir precios, pasar ese aumento a los precios de los productos. Así que eso impacta a todos los consumidores y abona al problema de inflación que ya tiene el País”, agregó Reyes.

A partir de este mes, unos 176,959 trabajadores en Puerto Rico deberán beneficiarse el incremento de $1:25 la hora, según un estudio del Programa de Planificación Económica de la Junta de Planificación. Para los patronos, la subida, supondría unos $225 millones anuales. La ley aplica a todos los empleados cubiertos por la Ley Federal de Normas Razonables del Trabajo.

La nueva ley de salario mínimo, que el gobernador Pedro Pierluisi Urrutia firmó en septiembre de 2021, en consenso con la Legislatura, establece además, que en 2023, el salario mínimo será de $9.50 la hora y el primero de julio de 2024, incrementará a $10.50 la hora, a menos que la Comisión Evaluadora lo deje sin efecto mediante un decreto.

Mientras, el Negociado de Energía autorizó un aumento de 3.67 centavos el kilovatio hora, para el primer trimestre de 2022, lo que para un cliente residencial promedio supone un alza de alrededor de $29.36 mensuales.

Reyes no pudo precisar cuánto representaría el alza en la luz para un supermercado local, como mencionó como ejemplo en los costos de absorber el salario mínimo. “Estamos hablando de millones a nivel de la industria, pero el problema adicional es que es un servicio que no es eficiente, estamos pagando a precios altos, pero al mismo tiempo las empresas tienen que tener sistemas redundantes porque la luz se va constantemente o hay bajones constantes, así que el gasto es mucho mayor que el mero hecho de la factura por kilovatio hora”, dijo.

Sostuvo que la falta de certidumbre o de un servicio intermitente “lo que implica es un gasto enorme en las empresas para tener sistemas redundantes, ya sea de generadores, placas eléctricas o diferentes cosas, sin mencionar el riesgo del producto dañado y todo eso son costos adicionales, que en última instancia quien los paga es el consumidor”.

El vicepresidente de MIDA explicó que en Puerto Rico hay dos tipos de empresas: las que sus competidores están en el mismo territorio y las que sus competidores están fuera.

“A las que sus competidores están en Puerto Rico le aumentan los costos y no están en una posición de desventaja competitiva porque a su competidor le aumentaron los costos igualmente. En esos casos lo que ocurre es un aumento de precios en los productos, simplemente o tienen que hacer ajustes y si pueden reducir mano de obra lo van a tratar de hacer, pero ya la gente estaba en el hueso, así que la oportunidad de reducir mano de obra, quizás está limitada, por lo tanto, la alternativa es subir precios”, indicó.

En el caso de las empresas que compiten con otras jurisdicciones dijo que pierden competitividad en la medida en que a sus competidores en otras jurisdicciones no les ha subido ni el gasto de mano de obra ni el gasto por ejemplo en electricidad. “Esas empresas al perder competitividad habrá alguna que pierda negocios y habrá que ver, Dios no lo quiera, que tengan que dejar de existir o se tengan que mudar de jurisdicción”, expresó.

“El problema con todo esto es que no se analizó o no se analiza adecuadamente cuando se toman las decisiones y no solamente se están discutiendo estas medidas, sino que se está discutiendo otros temas que pueden causar mayor incertidumbre y que pueden causar mayor costos de hacer negocios en Puerto Rico como el caso de la reforma laboral y el impacto es en los consumidores y en los propios trabajadores que necesitan esos empleos de entrada”, reclamó el líder empresarial.

“Nunca hemos objetado que los empleados tengan y que los sueldos en Puerto Rico sean lo más alto posible, pero tienen que ser acorde a las circunstancias económicas del País o de lo contrario los problemas son mayores que lo que se está tratando de solucionar o atender”, agregó.

Preguntado si podría haber despidos, reducciones de plantillas, Reyes dijo que lo que ha habido hasta ahora es falta de empleados, pero sostuvo que muchas empresas “ya están en el hueso en términos de buscar formas de reducir costos y no hay mucho espacio para reducir más”.

“Las que compiten con otras en Puerto Rico, el servicio se ha afectado grandemente, lo vemos todos los consumidores porque las empresas tienen los menos empleados posibles o porque se le hace difícil conseguir los empleados o porque el costo no lo justifica”, dijo.

En el caso de las que compiten internacionalmente, agregó que sí podría haber una reducción en empleos porque en la medida en que esas empresas no puedan competir no pueden existir. “Una empresa por ejemplo de manufactura en Puerto Rico de dulces o de galletas que compite con la República Dominicana o Colombia, llega el momento en que no puede competir y las opciones que son las de reducir, automatizar, cambiar de jurisdicción o cerrar”, mencionó.

En torno a las nuevas medidas contra el COVID-19 dijo que hay que separar las industrias, y aunque se ha emitido una carta que ha aclarado que en diferentes sectores que son críticos, las reglas son un poco distintas en términos de cuarentena, “pero el mensaje no necesariamente está tan claro como nosotros quisiéramos y hemos pedido que el gobierno sea un poco más específico”.

Dijo que el sector de distribución de alimentos “no puede cerrar y no puede quedarse sin empleados para atender la situación de la pandemia y hay que ver si las medidas van a acorde con la realidad del problema”.

“A nosotros nos han preocupado las limitaciones de Ley Seca y de horario porque en muchos casos se saca a la gente de los lugares donde pueda haber alguna supervisión del cumplimiento de las reglas y entonces, se van a la clandestinidad. Hay que ser cautelosos, sí reconocemos, que hay un problema con el que hay que lidiar, es cuestión de que todo sea un proceso que se consulte con los sectores afectados y que las medidas sean razonables”, reclamó Reyes, quien dijo que el 2022 se vislumbra con incertidumbre y retos.

Por su parte, el presidente electo de la Asociación de Restaurantes, Mateo Cidre se manifestó a favor del aumento que entró en vigor en estos días de $1.25 al salario mínimo.

“En ASORE siempre estuvimos de acuerdo en la necesidad de revisar el salario mínimo en consenso y para el beneficio del trabajador puertorriqueño. Nuestra industria ofrece un trabajo digno a miles de puertorriqueños, por lo que respaldamos el aumento de $8.50 a partir del mes de enero 2022″, expresó Cidre.

Sostuvo que antes de que se aprobara la ley con el aumento, “muchos de los restaurantes ya estaban ofreciendo salarios de $8.50 y más” y dijo que “esto responde a la situación laboral que hemos estado viviendo con la falta del empelados”.

En cuanto a aumentos futuros al salario mínimo, Cidre indicó que “deberán ser vistos en su momento” de acuerdo con la situación económica del País y sostuvo que se deben hacer estudios sobre el impacto que esto tendría en los negocios..

“Definitivamente no estamos de acuerdo con el aumento de luz aprobado recientemente. Esto es un atropello para todos los puertorriqueños. Sobretodo, cuando contamos con un sistema energético tan inestable. La situación de los apagones constantes que todos hemos vivido es una compleja no solo para los comercios, sino para todo puertorriqueño”, expuso el comerciante.

Dijo que los efectos de la falta de un sistema estable de energía eléctrica trascienden a daños en equipos a pequeños, medianos y grandes comerciantes, tener que operar con planta lo que supone gastos adicionales al negocio, o en el peor escenario, cerrar operaciones por falta de electricidad. “Es por esto que nos parece inaudito que se apruebe un aumento de luz”, reclamó Cidre..