Toa Baja. Con un reclamo contundente para que se castigue a todos aquellos involucrados en la muerte de su hijo, ayer Ramona Ortega, madre del agente Joaquín Correa Ortega, tuvo la terrible tarea de encabezar el funeral.

“Yo espero enormemente y le pido a todos sus oraciones para que... sean castigados. Que les caiga el máximo peso de la ley porque esos delincuentes no tienen por qué estar en la calle haciendo daño”, afirmó en un aparte con la prensa.

La esposa de Correa Ortega, Johanna Camacho, no pudo emitir comentarios en medio de su dolor. El hermano de Joaquín, Alexander, consolaba a su madre lo mejor que podía dentro de las circunstancias.

Poco después de las 8:00 p.m., el gobernador Alejandro García Padilla, el superintendente James Tuller Cintrón, el juez presidente del Tribunal Supremo, Federico Hernández Denton y el secretario de Justicia, César Miranda, llegaron a la Boulevard Funeral Home, en Levittown, Toa Baja, para rendir homenaje póstumo al agente, ascendiéndolo al rango de sargento.

Como parte de esa ceremonia, se le entregó un certificado a su madre, y se le cambiaron las insignias que portaba en su uniforme.

Aunque fue parco en este detalle, el Superintendente confirmó que había otro agente en la escena de crimen, que esperan ayude a desenredar el relato de lo que sucedió ese lunes por la noche en el barrio Pitahaya de Humacao.

Por su lado, García Padilla prometió llegar hasta las últimas consecuencias en la investigación para dar con todos los responsables. Luego de calificar a Correa Ortega como “un héroe”, envió un mensaje a sus sicarios: “Que sepan que aquel que falte (el respeto a la Policía) lo vamos a perseguir hasta atraparlo”, dijo a su llegada a la funeraria, al tiempo en que dio la bienvenida a la gestiones que están haciendo las autoridades federales en el complicado caso.

El Gobernador también se comprometió a hacer cambios que ayuden a que el sistema de justicia deje de ser “leniente” con aquellas personas que no están capacitadas mentalmente para defenderse en un juicio. Aunque no detalló cómo lo haría, García Padilla sí indicó que, junto a la Legislatura, trabajaría en eso.

Tuller Cintrón, por su lado, señaló que el sargento herido en el mismo incidente, Víctor Pérez, “está muy bien y en espera ya de volver a hacer su trabajo”. Aseguró que Pérez está ayudando con la pesquisa.

Precisamente, el sargento pudo salir del Centro Médico de Río Piedras, donde lo operaron en dos ocasiones, para despedirse de su compañero caído.

A su salida y durante unos breves minutos, evidentemente afectado, alcanzó a comentar que “le pueden decir a su familia que tienen un gran hombre. Era un extraordinario ser humano que todos perdimos”.

Acto seguido, regresó escoltado a la institución hospitalaria para seguir con su recuperación.

A las afueras de la funeraria, decenas de policías entraban a mostrar sus respetos, ya fuera de manera individual o por división.

Hoy habrá una ceremonia religiosa a las 6:45 p.m. en una iglesia cercana, mientras que los restos de Correa Ortega continuarán en capilla ardiente hasta el sábado al mediodía. Luego se hará la ceremonia de reconocimiento con salvas, y posteriormente, será cremado.