El pasado domingo, Harry Santiago Figueroa se levantó temprano, como es su costumbre y a eso de las 7:15 a.m. ya estaba frente al colegio electoral de Guánica donde le tocaba ejercer su voto. Pero como decenas de miles de ciudadanos, terminó pasando por el mal rato de ver cómo se le privaba de su derecho al voto, uno considerado como fundamental en cualquier democracia.

“Como el colegio es cerca de casa, y sabía que iba a ir mucha gente y con esto del COVID no quería esperar mucho, pues fue temprano. Pero luego llegó las 8:00 a.m. que se cuando debían abrir, y las 8:15 a.m., las 8:30, y pasaron las 9:00, y no abrían. Yo me dije, bueno pues me voy a casa y vengo más tarde”, comentó sobre la decepcionante experiencia.

“Y como a las 3:30 p.m. vuelvo, y me dicen, ‘no, no, esto se aguantó, porque no llegaron las papeletas”, agregó. “Y yo me decía, ¿pero que pasó?”.

Con evidente frustración, Santiago consideró que lo ocurrido representa un duro golpe a una de las pocas instituciones del país en las que todavía se tenía confianza. No obstante, considera que se puede recuperar la confianza, y aseguró que no dejará de votar y exhortó a otros a hacer lo mismo.

“Creo que el problema ha sido grave. Han puesto a personas que no saben nada del sistema de votar. Ha entrado en la Comisión (Estatal de Elecciones, CEE) gente que no sabe, que no tiene la experiencia, no conocen el proceso”, lamentó Santiago, agregando que sabe de lo que habla porque en el pasado trabajó como funcionario de colegio.

“Yo fui funcionario electoral. Y los funcionarios estamos preparados. Es como cuando hay huracán o terremoto, que estás ahí y sabes que te quedas hasta el final, hasta que acabe el proceso”, sostuvo. Opinó que “los que están al mando, no hicieron los simulacros, los ejercicios necesarios. Y ahí está el problema”.

“Nosotros confiamos en la palabra que dieron. Tú dijiste que iba a estar todo listo el domingo. Y no fue así. Y no podían hacerlo, Si las papeletas no estaban en los pueblos, custodiadas en el cuarte de la Policía, si no llegaron el sábado a las 10:00 p.m., pues se suspendía el evento, que ni siquiera era la elección general. Y no pasábamos el papelón que se hizo. Se decía claro, trasta’o y pela’o, que no tenemos los recursos y no van a llegar las papeletas a tiempo”, afirmó.

“En Guánica no votamos. Nadie votó. No salió. Conozco gente, al lado de casa, funcionarios, que fueron temprano al colegio. Y se suspendió todo. Es muy lamentable”, condenó, agregando que, en general, la gente tiene el mismo sentir de frustración con lo ocurrido.

“Independientemente de la culpa, de quién es responsable por esto, es algo que no debió pasar. Es inaceptable. Nos preparamos por tres años para un día, y pasa eso. Es inconcebible”, insistió, agregando que los responsables de lo ocurrido “deben irse”.

“Esta era una de las pocas instituciones en que creíamos. Independientemente de las cosas que han pasado en otros departamentos, como en Educación, siempre decíamos, nuestras elecciones, nuestro sistema electoral, siempre funcionaba, era un orgullo. Y ahora eso se laceró”, añadió.

A pesar de todo lo ocurrido, aseguró que “yo voy a votar comoquiera. El día que sea, ahí vamos a estar temprano”.

“Creo lo más prudente es que sea el domingo próximo. Y habrá que hacer un ensayo el sábado, y asegurarse que llegan las papeletas. Pero todavía se podría lograr que funcione el domingo”, aseveró.

“Pero el mensaje para todos es que, ahora más que nunca, hay que votar”, insistió. “Y lo que ya se adjudicó, pues no hagas que tengan que volver otra vez a votar”.

Al otro lado de la Isla, en Carolina, horas después del fiasco electoral dominical, muchos ciudadano también expresaban su preocupación por lo ocurrido y levantaron serias dudas sobre la CEE y el proceso eleccionario.

No obstante, en su mayoría también dejaron saber su determinación de ejercer su derecho al voto cuando fuera que se decidiera que podrían hacerlo.

“Lo que ha ocurrido es insostenible”, afirmó una ciudadana a la salida de una farmacia. “Yo pregunto, ¿por qué no aplazaron las primarias? ¿Si no estaban preparados, por qué no lo dejaron para otro día?”.

La mujer explicó que no participó de estas primarias porque su mamá tiene 94 años y tenía temor a un posible contagio con el COVID-19, pero aseguró que piensa solicitar voto adelantado para las elecciones generales de noviembre, y le preocupa que esos comicios también puedan terminar con problemas similares a los de las primarias.

“A mí me gustaría que mandaran un síndico de los Estados Unidos para gobernarnos, y que sacaran a todos esos políticos. No más de un término de cuatro años para todos, legisladores, alcaldes y gobernadores”, demandó. “Y que saquen al alcalde de Carolina, a ver si viene alguien que se preocupe por nosotros”.

Sobre qué hacer con las primarias y los electores que no pudieron votar, la mujer dijo que su preferencia es “que no hagan más nada, que ya dejen eso así, que no desperdicien más dinero, y que no expongan a más gente al COVID”.

El joven Efraín Rivera fue de los muchos que acudió al colegio electoral pero no pudo ejercer su derecho al voto.

“Traté, y no pude votar. Es una situación un poco preocupante. Con esas cosas se da a demostrar la desorganización y cuán crítica está la situación en el gobierno. Muchos ni sabemos lo que quede ahí entre esa gente con poder”, expresó, con evidente molestia.

“Esperar cuatro años, y que suceda algo así, pues claro que preocupa. Soy joven y todavía me falta mucho por votar. ¿Y qué nos espera?”, cuestionó.

El joven se mostró esperanzado en que la crisis se resuelva satisfactoriamente y lo antes posible.

“Para empezar, yo espero que no se repita un evento como este. Pero también me gustaría que se cambie la manera en que se puede hacer el voto, quizás usando la tecnología, y que sea menos complicado, ya que hay mucha gente mayor”, sostuvo Rivera. “En el siglo XXI hay sistemas con los que se puede hacer mucho desde le teléfono. Quizás se puede digitalizar y usar esas otras formas para votar”.

Por su parte, la ciudadana Migdalia Sorrentini calificó las primarias de “desastre total”.

“Estamos muy molestos. Es la primera vez que algo así sucede. Y ni siquiera han explicado el por qué ocurrió esto. No han podido dar una explicación que satisfaga”, condenó Sorrentini.

La mujer explicó que, aunque tenía la intención de votar, pero no llegó a ir al colegio porque su vecina fue antes, y le avisó que los maletines no habían llegado al colegio.

“Todo ciudadano tiene derecho al voto y eso es esencial en una democracia. Si no tenemos ese derecho, esto es una dictadura”, afirmó Sorrentini, agregando que no renunciaría a ejercer su derecho a votar.

Jorge Martínez, quien dijo no identificarse en particular con ninguno de los dos partidos que celebraban la primaria, catalogó de “desastre” el evento eleccionario.

“Me preocupa que con todo eso pueda haber fraude. Es un daño muy grande a las elecciones”, opinó.

“Todo eso hay que mejorarlo. Y lo que no sirve, se saca, como sacamos a Ricardo Rosselló el verano pasado”, afirmó.

Otro ciudadano se sumó también al coro de críticas, luego de acudir en vano al colegio para votar.

“Yo traté y no pude votar”, afirmó el hombre, que prefirió no identificarse. “Eso ha sido un desastre. Es un traqueteo entre ellos. Es un chanchullo”.

“Me preocupa que esto se preste para robarse las elecciones”, insistió el hombre que aseguró que “comoquiera voy a ejercer mi derecho al voto”.