Los inconvenientes generados tras el apagón general, las inundaciones y los estragos causados por el huracán Fiona hace semana y media tras su paso por la Isla, no ha redundado en un aumento desmedido de muertes que llevara a desestabilizar la operación de las funerarias, ni del Instituto de Ciencias Forenses, tal y como sucedió hace cinco años tras el devastador impacto del huracán María.

“Estamos trabajando como normal”, afirmó el presidente de la Cámara de Dueños de Funerarias y propietario de la Funeraria Santa Ana en Cabo Rojo, Luis González.

Sin embargo, algunos ajustes, como limitar los horarios de los velatorios o hacer el entierro de inmediato, se han tenido que poner en vigor con la anuencia de las familias para evitar acumulaciones de cadáveres o complicaciones mayores en momentos en que el país todavía está en proceso de recuperación, según aludieron varios funerarios entrevistados por Primera Hora.

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“Aprendimos la lección de María y estuvimos sobrepreparados”, aseguró la propietaria de la funeraria Utuado Memorial, Olga Sureda.

Es que las funerarias continuaron operaciones con generadores eléctricos. Esta preparación les permitió conservar en neveras los cadáveres que no pudieron ser enterrados a causa del embate del ciclón y continuar de inmediato las operaciones para evitar incidentes similares a los registrados hace cinco años.

“No se acumularon cadáveres con Fiona. Había personas en nevera, pero no se acumularon como para María, que era una cosa seria”, reiteró la empresaria.

El hecho de que el Registro Demográfico comenzara operaciones rápidamente, también facilitó a que las funerarias se mantuvieran activas y comenzaran a realizar sus entierros a tan solo dos días del paso del ciclón.

Lo único que perjudicó a algunos establecimientos, según detalló el presidente de la Asociación de Funerarios de Puerto Rico y dueño de la Funeraria Cardona en Santurce, Eduardo Cardona, fue que algunos cementerios se demoraron en reiniciar sus operaciones.

“Pero, ya se ha estado normalizado”, precisó.

También aludió a que la situación que atraviesan se debe a complicaciones por el servicio de energía eléctrica.

“No es como María. En María hubo mucho cuerpo que seguía apareciendo y llevaban días de fallecido y en esta ocasión no está ocurriendo”, indicó.

La preocupación mayor de los funerarios es lo costoso que le sale la operación con generadores eléctricos. Señalaron que no solo han tenido que experimentar las largas filas para abastecerse de diésel, sino pagar entre $100 a $200 diarios para mantenerse en operaciones.

González destacó que “al principio, el problema era que no había diésel. Varios compañeros tuvieron que cerrar las funerarias por la falta de luz y que no tenían diésel para operar”.

Los que no cerraron, optaron por recortar horario de operaciones. Así ocurrió en las Funerarias Pacheco de Guánica, Yauco y Guayanilla, según relató su propietario, Héctor Luis Pacheco Fonseca.

“Todavía no tenemos energía. Estamos trabajando con las plantas y estamos haciendo los velatorios de 1:00 p.m. a 6:00 p.m., pues, por las condiciones que tenemos agua, lo que no tenemos es luz… Por eso, nos vimos en la obligación de bajar las horas y poner la operación a cinco horas, porque es mucho gasto de diésel y el diésel está un poco escaso”, indicó.

Además de recortar el horario, dijo que han dialogado con las familias y estas han accedidos a tener solo un día para despedirse del difunto y al otro día ocurre el entierro.

“No queremos que estén los cuerpos dos o tres días guardados en neveras”, manifestó Pacheco Fonseca.

González, por su parte, justificó el que los entierros se deban realizar con premura. Comentó que ante los problemas de energía que experimentan las funerarias por operar con generador o por la inestabilidad del servicio que reciben de LUMA Energy, un velatorio extenso podría provocar problemas de salud para los empleados y los mismos familiares del difunto.

Entretanto, Jorge Lugo, expresidente Cámara de Dueños de Funerarias y dueño de la Funeraria Monserrate en Hormigueros, también destacó que hay familias que, para economizar dinero en medio de la emergencia, han optado en “velar difunto y cremarlo, o cremarlo sin velar”.

Pero, el presidente de la Asociación de Funerarias destacó que este aumento en cremaciones al que alude Lugo puede estar ocurriendo solo en los pueblos del suroeste, que fueron más afectados por el huracán. Comentó que en la zona metropolitana los entierros siguen superando las cremaciones, aun en medio de la emergencia.

Llamado a las funerarias

Mientras los funerarios trabajan para lidiar por las complicaciones que les causa la ausencia o inestabilidad del servicio eléctrico, en el Instituto de Ciencias Forenses la directora María Conte Miller lleva varios días publicando mensajes en Twitter en los que les pide acudir a buscar cadáveres que están listos para la entrega.

La situación tampoco es como la que ocurrió en el huracán María, que la agencia tenía vagones llenos de cuerpos. Según los reportes de Conte Miller, las acumulaciones de cadáveres rondan entre 35 a 40 diarios.

A este miércoles, había 41 cadáveres sin reclamar por las funerarias, informó la funcionaria a Primera Hora.

“Esa es la cantidad de cadáveres que generalmente tenemos en circunstancias normales… Esta es una situación que me ha ocurrido desde antes del huracán”, afirmó.

Conte Miller no quiso aventurarse a explicar las razones por las que los cadáveres se le acumulan por entre una semana a 10 días sin ser buscados por las funerarias.

Los dueños de funerarias, sin embargo, apuntaron sus críticas contra Ciencias Forenses. La queja que más dieron es que cuando le solicitan que vayan a recoger los cadáveres, los papeles de trámite no están listos.

“Nosotros no tenemos ningún tipo de problema en ir a buscar los fallecidos. La situación es que los empleados de Ciencias Forenses culminen con toda la documentación para recoger el fallecido”, afirmó el presidente de la Cámara de Dueños de Funerarias.

Asimismo, Cardona comentó que en ocasiones “pasa también que los familiares llegan a Forenses, identifican el cuerpo y luego contratan a la funeraria. Esa tardanza no puede recaer solamente en el sector funerario, no. Hay muchas situaciones”.

Solo Lugo mencionó el hecho de que algunas funerarias no recogen cadáveres hasta que la familia no pague por el servicio.

“Hay muchos casos que la familia, verdad, no le lleva el dinero a la funeraria y ha pasado que después no pagan y después que uno tiene el difunto acá, ¿qué hace con él?”, planteó.

Al exponerle estas explicaciones a Conte Miller, la funcionaria rechazó que los cadáveres que pongan en el listado para urgir acción de las funerarias no estén listos para salir de la entidad.

“No es un caso que está haciéndose el proceso de funeraria o en vía de identificar, sino que todo trámite se completó y esa documentación se pasa a donde el cadáver está listo”, puntualizó, al establecer que Ciencias Forenses se demora dos o tres días máximos en realizar la autopsia y preparar los documentos para que la persona reciba su sepultura.