Poder compartir con sus nietos, abrazarlos en medio de esta pandemia del coronavirus, es lo que desea la guaynabeña Lydia León Villegas, de 77 años.

Por ello, la mujer dijo estar “feliz” de haberse podido vacunar este sábado contra el COVID-19, durante un evento masivo realizado por la Coalición de Vacunación de Puerto Rico (VOCES) en el coliseo Mario “Quijote” Morales, en Guaynabo.

“Esos son mi vida, que Dios me dio ese privilegio de tenerlos y los adoro, y quiero seguir disfrutando de ellos y de mis biznietos y tataranietos, si es posible”, afirmó la mujer, quien no se quejó cuando sintió el pinchazo.

Eso sí, León Villegas aceptó que “tenía un poco de temor al principio. Pero, ya todo bien, gracias a Dios y a estas jóvenes que son tan amables y nos han tratado tan bien. Todo organizado, todo tan bien, que dan ganas de quedarse aquí”.

De hecho, la presidenta del capítulo de Puerto Rico de la Academia Americana de Pediatría y quien voluntariamente trabajó en esta vacunación masiva, Cindy Calderón, comentó que la mayoría de los envejecientes que están en fila para recibir su dosis en contra del coronavirus han expresado temor a la aguja con la que se le introduciría el medicamento.

“Nuestros pacientes hoy han llegado todos asustados, ansiosos, porque habían visto en la media (medios de comunicación) que estaban vacunando con una aguja grande y gorda, y realmente lo que estamos usando es una aguja pequeña, que casi ni se siente. No teman venir a vacunarse por miedo al dolor”, comentó.

Otra que estaba temerosa por la aguja era América Montalvo, residente de Guaynabo y 72 años. Pero, al recibir su dosis, soltó que lo sintió mucho menos que cuando recibe la inyección contra la influenza.

“Me quiero inmunizar, porque esto hay que terminarlo”, indicó la mujer sobre la razón para inocularse.

Tom Vincent, de 66 años, fue otro que alertó que miraría hacia otro lado, porque toda la vida les ha temido a las inyecciones. Pidió que no le tomaran fotos si llegaba a llorar. Sin embargo, el hombre aguantó y no tuvo ninguna queja.

“Siempre le tengo miedo a las agujas”, dijo con una leve sonrisa.

Vincent dijo que se vacunó porque “tenemos que todos hacer nuestra parte para evitar el COVID y la propagación. O sea, es la manera responsable de toditos poder trabajar con esto. Además de las medidas que hay que uno tiene que tomar de distanciamiento, mascarilla, higiene, la vacuna es esencial”.

Dijo que, aunque esté vacunado, continuará con sus medidas de precaución.

“El que te pongas la vacuna no quieres decir que ya no eres propenso o puedas transmitirlo a otros. Acuérdate que esto es algo totalmente nuevo, que estamos empezando a lidiar con esto y averiguando sobre ello”, indicó Vincent.

Esta vacunación masiva, a la que se atendieron 1,150 envejecientes, la realizó VOCES para lograr disminuir la larga lista de espera de aquellos que se ha inscrito a través de su página cibernética para hacer citas para inocularse en el centro comunal Yolanda Guerrero, en Guaynabo, informó la principal oficial de la Coalición, Lilliam Rodríguez.

Explicó que fue el 7 de enero que comenzaron la vacunación. Han inmunizado hasta el momento 2,800 envejecientes, más los 1,150 que atendieron en este evento masivo.

“Lo más hermoso de lo que estamos viendo aquí es el voluntariado. Aquí todas las personas que están trabajando hoy son voluntarias. Aquí hay voluntarios médicos, aproximadamente, unos 26 profesionales de la salud, más de 30 enfermeras, hay dentistas, personal comunitario, organizaciones como Direct TV, y lo que estamos es aquí, regalándoles salud a nuestros viejos”, sostuvo.

Cabe destacar que la vacunación, a la cual estaban citados 100 personas por hora, no creó congestión vehicular en la zona de Guaynabo. Tampoco se observaron filas en el exterior del coliseo.