“La lucha continúa”. Ese es el legado que hoy líderes sindicales y familiares prometieron seguir antes de despedirse de Francisco “Kiko” Reyes Márquez, quien fuera el presidente de la Unión de Empleados de la Corporación del Fondo del Seguro del Estado.

Reyes Márquez fue asesinado el pasado viernes luego de quedar atrapado en una balacera entre delincuentes cuando conducía su vehículo junto a su esposa, Dimaris Román Encarnación por la carretera PR -887, en Carolina para llevar a su hijastro a una fiesta de la clase graduanda.

Sus restos mortales llegaron al cementerio Los Cipreses en Bayamón pasadas las 2:00 de la tarde al son de la salsa, música que disfrutaba, así como escoltado por la bandera puertorriqueña. Al llegar al camposanto, miembros de la Unión realizaron un puente humano que lo recibió con aplausos y pronunciando muchas de las consignas utilizadas en días donde tomaron la calle para defender sus derechos.

“Obreros unidos, jamás serán vencidos”; “Lucha sí, entrega no”; “Desde adentro, desde afuera, le vamos a dar candela”; “¿Quién es ese que se escucha?, el obrero en pie de lucha”, fueron algunos de los estribillos que escucharon mientras que familiares y empleados de la Corporación cargaron el féretro hasta el gazebo del cementerio donde se llevaría a cabo el duelo.

El líder sindicalista, Pedro Irene Maymí y aspirante a representante por acumulación por el Partido Popular Democrático (PPD), fue el primero en tomar la palabra y a nombre de todo el movimiento sindical de Puerto Rico, agradeció las muestras de cariño del pueblo para la familia de Reyes Márquez e instó a llevar un reclamo para que el gobierno no permita que el crimen quede impune.

 “El pasado viernes el movimiento sindical del país se estremeció con este vil asesinato. Llegó el momento de que comencemos a hacer los reclamos, no para echar culpas, sino para que gobierno cumpla con su parte y que estos crímenes que se dan de esta forma no queden impunes. A nosotros nos corresponde hacer nuestra parte, educar a nuestros hijos, inculcarle los valores y los principios necesarios para que salgan de las calles y que esta ola que nos arropa no continúe”, dijo el expresidente de la Autoridad de Acueductos y Alcantarilladlos (AAA).

“Ciertamente, el movimiento obrero pierde uno de sus pilares, pero en el cielo hay fiesta; nosotros tenemos tristeza, pero en el cielo hay fiesta porque han recibido a un gran líder”, añadió.

Lizbeth Mercado Cordero, quien asume la presidencia de la Corporación, manifestó, por su parte, que no se quedarán de brazos cruzados y emplazó al gobierno y los líderes del país a sentarse a buscar alternativas para frenar la ola criminal.

“La muerte de Kiko nos hiere como una puñalada en el pecho y por lo mismo nos tiene que mover afirmativamente hacia algo que tenemos que hacer, hay que sacarnos esta pena y de alguna manera darle sentido a esta pena que nos agobia. Quedarse con los brazos cruzados no puede estar entre las consideraciones porque nuestro país se nos escapa a pasos agigantados”, sostuvo durante el duelo.

“Si hemos resuelto que aquí nos quedaremos, porque somos de aquí y aquí nos quedaremos y porque somos más y no tenemos miedo, hoy nuevamente les puedo decir que tenemos un motivo para luchar por rescatar de la violencia a esta Isla que tanto amamos. Tenemos que sacudirnos de esta pena, del dolor, de la rabia que nos ha provocado esta muerte injusta y juntos sentarnos para ver si entre todos damos las alternativas que nos regresen el país de nuestros padres. Tenemos derecho aspirar a nuevamente a salir a la calle sin miedo, a sentarnos en nuestros balcones en paz, hablar con nuestros vecinos sin la ansiedad que nos puede causar, a caminar solos y solas”, añadió.

“Hoy quiero desde aquí lanzar  una convocatoria al gobierno, a los líderes de todos los partidos a las comunidades,  a las organizaciones sin fines de lucro, a los periodistas y gremios, y a los líderes organizados y no organizados del país, a que nos sentemos y pensemos acerca de lo que podemos mejorar y hacer  para frenar la ola criminal que nos está asfixiando y amenaza con desaparecernos  sin respeto  y consideración a la vida humana. Estamos disponible para el diálogo, se lo debemos a este caballero”, puntualizó.

Mientras, el líder de la Junta Permanente de Organizaciones Laborales, José Osorio, reconoció el compromiso de Reyes Márquez con la matrícula de la Unión que representaba y los instó “a no dejar caer sus esfuerzos”.

 “Kiko no quería vivir en un país como este atemorizado por la violencia… tenemos que organizarnos en unidad y propósito para aspirar a vivir en un Puerto Rico mejor. Kiko tenía un gran compromiso, me constan las horas que el dedicó a esta labor”. No dejen caer el esfuerzo de Kiko. La unidad es lo que le da fuerza a un sindicato, eso también se lo debemos a Kiko”, expresó.

Pide justicia para su padre

Totalmente quebrantado por el llanto, su hijo, José Reyes Rivera, le dio su último adiós, asegurándole que dará la batalla para esclarecer su crimen, al tiempo que hizo un llamado a la gobernadora Wanda Vázquez y al comisionado de la Policía, Henry Escalera a que se le haga justicia a su padre.

“Se supone papá que yo hoy me esté dirigiendo a ti, pero tuve la virtud y la dicha de hacerlo en vida, de dejarte saber cuánto te amo y cuánto te valoro. Pero hoy me toca hacer lo que algún día tu hubieras hecho, por lo que hiciste por un pueblo, por mucha gente, me toca alzar mi voz. Hoy me toca hacer un llamado a la gobernadora, al superintendente de la Policía y las agencias pertinentes a que esto no sea un crimen más, a que se haga justicia por la injusta pérdida de mi padre. Quiero recalcar que hablo de justicia y no hablo de venganza, aun sabiendo que la justicia que no me devolverá a mi padre, pero le da tranquilidad a mi familia y a un pueblo puertorriqueño porque sabemos que no hay un criminal más en las calles”, pronunció.

“Papá vuela alto, vuela alto y escala lo más alto de los cielos porque es un lugar donde un hombre como tú merece estar, tú te mereces descansar en los brazos de Dios. Descansan en paz papá, descansa en Él.  Quiero que sepas que esta lucha no la vamos a entregar”, aseguró.

Por su parte, Jesús Manuel Reyes Márquez, hermano del fenecido líder sindical, invitó a la ciudadanía a cooperar con las autoridades para esclarecer el asesinato, “para que los que estén en la calle sepan que cuando tú vas a cometer un crimen se va a saber y se va a resolver con la misma rapidez que se resuelven otros asuntos”.

De igual modo, exhortó al gobierno a darle la misma prioridad “que se le da a los de cuello blanco y a los que tienen dinero”.

A los autores del crimen les dijo que los perdona de corazón y no les guarda rancor. “Los perdono de todo corazón, en mi mente no hay raíces de amargura”, apuntó.

Al concluir las palabras de duelo, el féretro fue trasladado hasta la fosa donde la viuda Dimaris Román Encarnación junto a los empleados de la Corporación y sus ocho hijos le dieron cristiana sepultura. Junto al féretro lanzaron camisas de los equipos de baloncesto a los que pertenecieron sus hijos. Mientras de fondo se escuchaba una de las últimas alocuciones de Reyes Márquez cuando se dirigía a la matrícula que representaba.