“Tengo tristeza...”

Después de cuatro años intensos de arduo trabajo, de altas tensiones, de difíciles decisiones, no necesariamente simpáticas para algunos, como fue la institucionalización de las primarias de los dos partidos principales, el presidente saliente de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE), Héctor Conty, se va con una sensación de tristeza y también de alegría.

“Es un sentimiento mixto, porque después de cuatro años, no es fácil de hacer esta transición en la vida de uno”, dijo, al preguntársele sobre su estado anímico.

El cambio es dramático, pues Conty, quien espera ahora porque el juez presidente del Tribunal Supremo, Federico Hernández Denton, le asigne una región judicial para retomar sus funciones como juez superior de Instancia, regresa a la rutina habitual en su hogar en Moca, a su familia y a la vida que acostumbraba a llevar, mucho más tranquila y con momentos de ocio.

Conty está casado con la jueza superior de Mayaguez, Iris Rodríguez López, con quien tiene dos hijas de 10 y 12 años.

El juez reflexiona sobre el proceso que transita ahora, indicando que se va con la satisfacción del deber cumplido y de llevar a cabo las metas que se había trazado desde el día uno cuando ocupó la presidencia de la CEE, que incluía, según enumeró, una mayor apertura hacia el pueblo, el fomentar la participación en el proceso electoral, integrar nueva tecnología, uso de internet para el voto militar y el teléfono para el voto de los no videntes. Además, dejó todo listo para el escrutinio electrónico y una lista de recomendaciones.

“La Comisión tuvo que entrar a unas primarias y dirigirlas. Un proceso que espero que permanezca, respetando la autonomía de los partidos”, expuso.

Conty se refiere a las primarias del Partido Popular Democrático (PPD) y del Partido Nuevo Progresista (PNP) celebradas el 18 de marzo de 2012, que desembocaron en alegaciones de fraude, con la consecuencia de acusaciones por fraude por parte del Departamento de Justicia, en el caso de Guaynabo, y dos investigaciones en curso en los casos de Villalba y Cataño.

“Todo lo que se investigó y arrojó resultados de algún ordenamiento electoral o violaciones de ley se refirieron al Departamento de Justicia”.

¿Porqué hay que estar vigilantes?

Porque el proceso electoral es una responsabilidad de la CEE, de velar por el ejercicio del pleno derecho al voto, que sea uno confiable, puro, secreto, libre, voluntario y sin fraude.

¿Usted cree que nadie volverá a incurrir en esa conducta?

Uno de nuestros mejores legados es que cualquier señalamiento será investigado plenamente y se harán los referidos necesarios que correspondan de acuerdo a la prueba. El fiscalizar los procesos es parte de la obligación de una Comisión que no rehuyó y ejecutó; y es bueno que se sepa que la Comisión estará vigilante a cualquier alegación y hay que fortalecer medidas preventivas a cualquier conducta que atente contra los proceso electorales.

“Fue muy difícil. Fue un proceso muy arduo y de mucha tensión, que incluyó tres y cuatro días sin dormir, días antes de la Elecciones; los casos de los I-8 en el Tribunal Federal (añadidos a mano)... incluso tuve que ser recluido en el hospital producto de todo el proceso”, confiesa.

¿ Y ahora?

Ciertamente luego de cuatro años no es un proceso fácil marcharse de un lugar de trabajo que compartí más horas que con la misma familia. Tengo que hacer la transición a lo que había hecho por 17 años y medio: ser juez.

Ahora vuelve a sus aficiones, a la lectura, al deporte de la caza, dijo.

“Soy un lector voraz. Me gusta mucho el cine y leer biografías históricas”, acotó.

De hecho, ahora está enfrascado en la lectura de los diarios del “Duce” Benito Mussolini, y la biografía de su amante, Clara Petacci, de las que habló con mucho entusiasmo.

Esta temporada de caza podrá volver a disfrutar del deporte y saborear de las palomas y tórtolas que su madre prepara en sopas, al vapor o fritas.