Menos de 24 horas antes de ocurrido el sismo de 6.4 grados de magnitud que provocó severos daños al sur de Puerto Rico, el ingeniero José Martínez Cruzado -director del Programa de Movimiento Fuerte del recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico (RUM)- inspeccionó varias estructuras en Guánica y advirtió casi como una premonición que la escuela Agripina Seda estaba en condiciones críticas y no debía recibir niños y maestros hasta tanto fuera reparada pues corría peligro de un colapso.

Ayer, el plantel de tres pisos -y que servía de fuente de educación a casi 300 alumnos que afortunadamente se salvaron de protagonizar una gran tragedia-, cayó derrumbada ante los vaivenes del movimiento telúrico.

“Estábamos realizando inspecciones en el área debido al sismo de 5.8 que se registró el lunes (Día de Reyes) y esa escuela estaba bastante agrietada. Tenía problemas de columnas cortas, se veían varillas expuestas y paredes de bloques agrietadas diagonalmente. En ese momento, mi recomendación al director de obras públicas del municipio, Roberto Rodríguez, fue que esa escuela no se usara hasta que fuera reparada… ya ni modo, tendrán que demolerla”, dijo en referencia a la devastación provocada en la estructura tras el terremoto de la madrugada de ayer.

La escuela Agripina Seda, ubicada en el centro urbano de Guánica, colapsó luego del terremoto que ocurrió a las 4:24 de la mañana de hoy, informó el legislador municipal Ismael Rodríguez Ramos.

El experto indicó que este tipo de construcción de planteles es “bien común” en países del trópico como Venezuela, México y El Salvador. Manifestó que muchas escuelas de Puerto Rico le recuerdan a una que tuvo la oportunidad de ver en Venezuela en julio de 1997, cuando el país sufrió un terremoto que afectó a la ciudad de Cariaco. “Allí colapsó la única escuela que había… ocurrió a las 3:23 de la tarde y murieron 33 estudiantes. Era una escuela muy similar a las que tenemos en Puerto Rico y a la que colapsó en Guánica”, dijo al aseverar que durante años se le hicieron advertencias al gobierno de los riesgos que sufren muchas estructuras en Puerto Rico, incluyendo las escuelas.

“Normalmente el diseño de esas estructuras, cuando se llevó a las computadoras y se sometió a lo que sería un terremoto, sí aguanta el movimiento… pero ese análisis no considera las paredes de bloques que se hacen cuando se construye y que son los que provocan las grietas cuando ocurre la vibración”, detalló.

El derrumbe del plantel provocó un mar de preocupaciones en la población estudiantil y magisterial del país y dejó sobre la mesa la siguiente interrogante: ¿las 856 escuelas del sistema de instrucción pública cumplen con los códigos de construcción requeridos para resistir un terremoto y garantizar la seguridad de sus 294,000 alumnos?

La respuesta es compleja y requiere un análisis exhaustivo de cada uno de los planteles que- a juicio de Martínez Cruzado- confrontan problemas como los que expuso anteriormente. Sin embargo, enfatizó que los defectos de construcción pudieran tener solución. 

El primero, de magnitud 6.4, ocurrió a las 4:24 a.m. del 7 de enero de 2020, en la misma zona al sur de Puerto Rico que estuvo activa sísmicamente desde el 28 de diciembre de 2019.

El secretario del Departamento de Educación (DE), Eligio Hernández, admitió públicamente que el 95% de las escuelas del sistema público no cumplen con los códigos de construcción del país (2018), según constataron miembros del Cuerpo de Ingenieros de Estados Unidos durante una inspección realizada a los planteles tras el azote de los huracanes Irma y María en 2017.

Pese a las declaraciones del jefe de agencia, la gobernadora Wanda Vázquez Garced rechazó el argumento y dijo que todas las escuelas en la isla fueron diseñadas por arquitectos o ingenieros estructurales. En cambio no pudo precisar a qué se refería Hernández cuando habló de que las estructuras no cumplen con los rigores de construcción.

“Eso es algo que lo va a determinar un experto y los expertos son los ingenieros estructurales… no quiero que este tipo de información, y por eso vengo yo a dar la información,… no queremos generar ansiedad”, dijo en un tono enfático.

“Al pueblo de Puerto Rico les digo que las escuelas serán evaluadas al 100 por ciento por ingenieros estructurales que son los que van a decir si se puede entrar o no, si cumple o no cumple… su niño va a ir a una escuela que cumple con todos los códigos de seguridad y usted no tendrá nada que temer”, dijo en un mensaje directo a los padres con niños en el sistema público de educación del país.

Actualmente, según expresó la propia gobernadora, hay siete escuelas con daños estructurales en Guánica. Mientras, funcionarios del DE informaron de forma preliminar que se han examinado más de 70 escuelas y, de estas, 11 han sufrido daños.

Ante las declaraciones de la gobernadora y del titular de Educación -quien se propone contratar 200 ingenieros para las labores de inspección, según data ofrecida a Primera Hora por la presidenta de la Asociación de Maestros, Elba Aponte-, el ingeniero Martínez Cruzado insistió en que el gobierno debe estar “vigilante” a que estos profesionales estén capacitados.

Precisamente, la presidenta de la Federación de Maestros, Mercedes Martínez, hizo un llamado a la gobernadora y al secretario del DE para que se decrete un plan de emergencia para las escuelas del país que incluya una inspección por parte de ingenieros estructurales que ofrezca garantías de seguridad a los estudiantes, maestros y miembros de la comunidad escolar. 

“No puede ser algo a la prisa. Esto tiene que ser una inspección rigurosa de las estructuras para que se detecten posibles daños de los recientes temblores y corregir los peligros potenciales”, determinó.

Mientras, la presidenta de la Asociación de Maestros, instó al titular del DE a que se repasen los protocolos establecidos en casos de terremotos con los maestros, así como la posibilidad de que en cada salón hogar haya un kit de emergencia.

Respecto al derrumbe de la escuela de Guánica dijo que ni siquiera puede imaginarse la tragedia que se hubiera suscitado si el terremoto hubiera ocurrido en un día regular de clases. “Tengo nenes pequeños y por más que ellos quisieran hacer desalojo no iban a poder… de nada más pensarlo uno se entristece. Dios sabe las cosas y dentro de todo esto ocurrió mientras estábamos en nuestras casas”, reflexionó.

En tanto, Hernández aseguró anoche a través de twitter que “las clases en el sistema público no se reanudarán hasta tanto y en cuanto no se cumpla con la evaluación de la totalidad de los planteles”. Sus expresiones fueron acompañadas por la imagen de una carta circular.