Loíza. A una semana del paso del huracán Fiona, la casa de dos plantas de Getzabel Rivera en Villa Santos continúa rodeada por aguas estancadas provenientes de caño Negritos.

El canal se desbordó debido a las toneladas de líquido que bajaron de la montaña al Río Grande de Loíza, saliendo por el Valle de Canóvanas, y arribando a la comunidad tras la apertura de las compuertas de la represa Carraízo por las torrenciales lluvias del sistema atmosférico.

La enfermera, de 34 años, contó que la inundación en su residencia fue de unos dos a cuatro pies. Los niveles han disminuido considerablemente en la comunidad, pero siete días después, la ciénaga que permanece en su calle se ha convertido en un peligro para su salud y para la de su hijo, Jhanset, de 3 años.

Las aguas también trajeron cientos de peces que murieron en la brea y en su marquesina.

La alcaldesa loiceña Julia Nazario informó a Primera Hora que unas 500 libras de lobinas fueron recogidas por brigadas del Departamento de Salud y la Guardia Nacional ayudó hacer una fosa común para depositarlos según las guías de la agencia.

“El mal olor, las aguas que no bajan. Por eso mismo le dijimos a la alcaldesa, por el nene, que estaba tosiendo mucho. Vinieron los de Recursos Naturales a recoger los peces muertos. Fueron demasiados. Diría como 100″, dijo Rivera a este diario.

Residencia del sector Villa Santos de Loíza, donde hay una situación ambiental delicada con peces y gallinas de palo muertas en el Caño Los Negritos.
Residencia del sector Villa Santos de Loíza, donde hay una situación ambiental delicada con peces y gallinas de palo muertas en el Caño Los Negritos. (Carlos Giusti/Staff)

Frente a su vivienda todavía había pescados desmembrados flotando. Otros quedaron tostados en el pavimento ante el candente sol. Villa Santos suele inundarse cada vez que una onda tropical, tormenta o huracán impacta directamente a la zona. Para Nazario, el efecto de Fiona fue algo nunca antes visto en medio de su incumbencia.

“Fue desastroso. Nunca nos había pasado eso, esa cantidad de peces muertos. El sábado vino el Departamento de Salud, con la epidemióloga. Repartieron información por las viviendas para que la gente supiera cómo debían protegerse de esas aguas que ya estaban contaminadas. También fumigaron. Mañana (lunes) volvemos. Después de siete días, tenía que darle descanso. Han estado de día y de noche”, declaró Nazario.

Melissa Marzán, principal oficial de Epidemiología de Salud, confirmó su visita a la zona afectada en los pasados días. Indicó que se establecerá esta semana un plan de mitigación para control de vectores, específicamente el asunto de los mosquitos.

“En el recorrido que hicimos, además de la situación de los peces, sí identificamos, por ejemplo, áreas con muchas larvas de mosquitos. La intención es poder ir a hacer un plan de mitigación por las próximas semanas para evitar cualquier situación futura de propagación de mosquitos en el área”, informó.

Entre las recomendaciones dadas a los ciudadanos del sector por el equipo de Marzán, fue evitar la formación de criaderos en aguas almacenas en los patios, además de ser vigilantes ante cualquier síntoma asociado a enfermedades como el dengue y leptospirosis.

Unas casas más adelante, a pasos del caño Negritos, Eugenia Ayala recogía con escoba y recogedor un enorme cangrejo muerto frente su vivienda. En los bajos del hogar su hija, Rose Velázquez, perdió todas sus pertenencias.

La semana ha retado su paciencia, se siente impotente porque el caño no se puede bombear para sacar el agua. Solo resta esperar a que vuelvan a su cauce, que ha tardado más de lo usual, comparado con inundaciones pasadas.

“Se ha tenido que esperar a que baje sola, porque no hay forma de bombearla y sacarla con camiones. La situación de los peces, la honorable alcaldesa hizo gestiones y el municipio y Recursos Naturales dispusieron de estos. Estuvieron en varias calles. Todavía hay (mal) olor. Ahora hay que esperar a los mosquitos. No se puede hacer más nada”, declaró.

Durante la mañana, organizaciones sin fines de lucro, como la Comunidad Judía de Miramar y Puerto Rico por Puerto Rico repartieron productos de limpieza, comidas calientes y servicio de sicología en Villa Santos, así como en Miñi Miñi, donde también hay aguas estancadas en las vías. Una compañía privada de plomería y succión removió unas 50,000 toneladas de líquido para que unas 16 familias regresaran a sus hogares.

“También estuvo la Cruz Roja. Hay viviendas que se inundaron. Queda agua. Hay muchas casas con filtraciones, muchas personas afectadas sicológicamente por lo que ha sucedido con Fiona. Pero, en poco en poco vamos ayudando. Poco a poco se ha restablecido todo. Algunos con luz, otros sin luz. Otros sin suministros”, dijo Zuleyma Correa, hija de la líder comunitaria Ivonne Andrades.

El pasado viernes, Loíza fue incluido por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés) en la lista de Declaración de Emergencia Mayor firmada por el presidente Joe Biden el pasado miércoles.

“Mañana (lunes) comenzamos a ayudar a las personas a llenar los formularios para las ayudas individuales de FEMA en nuestro centro de servicio a la comunidad. Eventualmente, vamos a estar llegando a las comunidades con unas tabletas para llenar la solicitud para las personas que no pueden salir de sus casas”, dijo Nazario.