En los 40 años que han transcurrido desde que se fundó el Instituto de Ciencias Forenses (ICF), los cambios han sido tan trascendentales que ya cuando la ciudadanía va a identificar a un familiar no tiene que observar el cadáver a través de una caja de cristal, como ocurría en sus inicios allá para el 1985, sino que le presentan en una computadora una fotografía de alta definición.

El cambio fue destacado por el patólogo forense, Francisco Cortés, quien comenzó a laborar en esta profesión 23 días antes de que se creara el ICF.

De hecho, el médico es el empleado que más años lleva laborando en la dependencia, por lo que ha visto de primera mano cómo se ha transformado esta agencia de seguridad pública desde que un día como hoy, el 24 de julio de 1985, se firmó la Ley 13, la cual creó el ICF.

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En estos 40 años, Cortés intentó retirarse. Terminó con un contrato de servicios profesionales, con el cual labora a tiempo parcial, debido a la deficiencia de patólogos que hay en la Isla.

Según explicó en entrevista con Primera Hora, inició funciones el 1 de julio de 1985, justo cuando terminó su residencia como médico forense y la labor de realizar autopsias estaba al mando de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico (UPR).

Las expertas Paola Luna García, Irma Rivera Díaz y Rosa Rodríguez, rodean a Francisco Cortés Rosa Rodríguez, quien inició labores días antes de la fundación de la agencia.
Las expertas Paola Luna García, Irma Rivera Díaz y Rosa Rodríguez, rodean a Francisco Cortés Rosa Rodríguez, quien inició labores días antes de la fundación de la agencia. (Xavier Araújo)

“No había radiografía cuando yo empecé. Para la radiografía había que esperar que pasaran las 3:30, las 4:00 de la tarde para usar las facilidades del Centro Médico. Teníamos que estar empujando cadáveres a la carrera para sacarle radiografías cuando no hubiera pacientes ahí”, recordó.

Pero, hoy en día cuentan con tecnología tan avanzada que ha transformado la experiencia, tanto para estos trabajadores que tienen que realizar las autopsias de los fallecidos, como para la familia que atraviesa por la pérdida.

La transformación alcanzada fue resumida por la doctora Rosa Rodríguez, una patóloga forense que lleva en el Instituto 32 años. Destacó, entre otras cosas, que la nueva tecnología permite realizar una autopsia sin tener que abrir un cuerpo y ya las salas no se conocen por su mal olor.

“Hemos visto cómo ha evolucionado el Instituto desde una cosa poco conservadora hasta que tenemos las mejores herramientas, tenemos el lodo (que toma fotografías en segundos), tenemos el CT Scan, tenemos unas máquinas especiales para medir la osamenta, tenemos el personal humano. No tenemos nada que envidiar de Estados Unidos ni de ningún país, porque tenemos las mejores herramientas, la mejor estructura, el mejor personal profesional. Estamos al día, acreditados por todas las áreas, tanto de toxicología, el personal de investigadores, nuestra patología y, sobre todas las cosas que tenemos, esa evolución en el sistema (…) para facilitar el tiempo de que un familiar de un cuerpo esté aquí (…) Estamos mejorando y aligerando que este evento traumático sea más rápido y llevadero, para que puedan enterrar esa persona lo más pronto posible”, sostuvo.

Otros avances en la agencia, como el contar con un laboratorio de ADN, también ayuda a aligerar los procesos. Hacen que hoy en día todos los exámenes y la autopsia que se le realiza a un cadáver estén listos al siguiente día de haber llegado a la dependencia, ubicada frente al Hospital de Veteranos, en el Centro Médico de Río Piedras.

Pero, no siempre fue así. Los problemas presupuestarios y la falta de personal llevaron a que la agencia pasara sus peores momentos tras el paso del huracán María (2017). Fue noticia que en el ICF se acumuló gran cantidad de cuerpos, hasta en vagones.

No obstante, este importante departamento del ICF se ha estabilizado al lograr la meta impuesta de analizar la mayoría de los casos que llegan para autopsia en un periodo de 48 horas. Los casos que quedan pendientes, que son alrededor de un 5%, son aquellos en los que no se logra identificar a la víctima, explicó la doctora Irma Rivera Diez, directora de la División de la División Médico-Legal del ICF.

Estos patólogos pueden analizar hasta 12 cadáveres en un día. Y, aunque en la actualidad cuentan con el mayor número de profesionales en su historia, todavía están cortos de personal, según las guías establecidas por las agencias acreditadoras.

En el ICF hay siete médicos forenses permanentes y tres por servicios profesionales, incluyendo a Cortés y a Rodríguez. También hay tres médicos forenses que se encargan de hacer análisis basados en el historial médico de la persona y no atienden casos criminales.

La agencia también tiene un contrato por $500,000 para que profesionales de Estados Unidos revisen casos de la Isla.