El alcalde de Mayagüez, José Guillermo Rodríguez, sigue enfrentándose al gobernador Alejandro García Padilla, pero esta vez el Partido Popular decidió salirle al paso.

El más reciente ataque del alcalde de Mayagüez al Primer Ejecutivo se dio durante la celebración del natalicio del prócer Eugenio María de Hostos,  evento en que dijo que él “desconfía en los que nos gobiernan” y que debe enmendarse la Constitución para permitir una elección revocatoria del mandato del gobernante.

Llueve sobre mojado.  En octubre pasado, durante una conferencia de prensa del equipo de béisbol Indios de Mayagüez, Rodríguez se refirió a García Padilla como el “gobernador de turno”.

Dijo que “el gobernador de turno” debía recordar que existe la ciudad de Mayagüez y que él le dio 6,000 votos de ventaja al Gobernador que fueron los que lo llevaron a la Fortaleza.

Guillito Rodríguez también le hizo un desplante a García Padilla durante la celebración del Día de Reyes, al no presentarse a la repartición de regalos que se efectuó en el Jardín Zoológico.

“Esta es una conducta reiterada del Alcalde, contra los gobernadores de Partido Popular… Lo mismo hizo con Sila (Calderón) y con Aníbal (Acevedo Vilá). El Alcalde hace causa común con el PNP”, dijo el secretario del PPD Jorge Suárez.

Si lo que le molesta es el proyecto del IVU municipal, “debió dar cara él mismo en las reuniones que se dieron con los demás alcaldes y con el Gobernador”, afirmó Suárez, evidentemente molesto con el comportamiento del mayagüezano.

El secretario del Partido Popular planteó que Guillito Rodríguez quiere un trato especial, que ese es su estilo y que el problema no es que él quiera procurar el desarrollo de la zona oeste, es que es un reclamo legítimo, sino la forma en que lo hace.

Hablan los alcaldes

 “Hay una situación prácticamente pública entre el Alcalde y el Gobernador… Es de todos conocido”, dijo ayer el alcalde de San Germán, Isidro Negrón.

Dadas las circunstancias, expresó Negrón, esas diferencias las deben dilucidar ambos en una reunión, “por el bien de todos”.

El Alcalde de San Germán rechazó ayer que Rodríguez no sea un buen popular, por el contrario, sostuvo que el malestar del alcalde de Mayagüez surge porque no se ha visto acción del gobierno central para resolver los problemas de la zona oeste de la Isla.

“Guillito está haciendo unos reclamos que son justos… Él quiere que la región se desarrolle turísticamente y no ha visto esa misma proactividad de parte del Gobierno central”, señaló, textualmente.

Las medidas de desarrollo económico para el oeste, según Negrón están atrasadas y los alcaldes de la región lo que quieren es que se les escuche.

El alcalde de San Germán rechazó la propuesta de la elección revocatoria, al igual que el alcalde de Hormigueros Pedro García, por entender que no es necesaria; que los puertorriqueños pueden esperar a que culmine cada cuatrienio para pasar  juicio sobre quienes lo gobiernan.

“Hay que ser patriótico y entender que este gobierno ha tenido que tomar decisiones difíciles; que a nosotros nos dejaron una deuda de $70 mil millones y un Banco Gubernamental de Fomento sin dinero y sin fuentes de repago”, dijo García en defensa del Gobernador.

El alcalde de Hormigueros defendió a su vez al Alcalde Mayagüez, señalando que lo “entiende”, que este lo que quiere es atención para la  zona. “Él es un gran popular”, dijo,  aunque afirmó que él (Pedro García) sí “tiene plena confianza en Alejandro García Padilla, en la Cámara y el Senado del Partido Popular”.

García recomendó que se llame a un  cónclave del liderato legislativo del oeste para trabajar con los problemas de la región lo antes posible.

Fuentes en el Partido Popular dijeron ayer que los arrebatos de Guillito Rodríguez son parte de su personalidad.

“Él siempre ha sido así; es un aguerrido”, indicó un líder popular que lo conoce muy bien.

En la alta cúpula del PPD hay disgusto con el alcalde mayagüezano porque  también lleva mucho tiempo coqueteado con líderes del Partido Nuevo Progresista.

A José Guillermo Rodríguez algunos en el PPD lo ven además como un cacique prepotente que se ha aislado a sí mismo en la Sultana del Oeste.