La respuesta de la población puertorriqueña a la vacuna de refuerzo bivalente contra el COVID-19 ha sido más lenta de lo que auguraban las autoridades sanitarias, esto en momentos en que se acercan épocas festivas que históricamente han ocasionado olas de contagios durante la pandemia y cuando surgen amenazas epidemiológicas con la llegada de nuevos sublinajes de ómicron.

Hasta el 14 de noviembre apenas 131,804 personas en la isla -incluyendo 535 menores entre 5 y 11 años- habían acudido a ponerse la dosis de refuerzo bivalente, una nueva fórmula que promete mayor protección contra ómicron y sus sublinajes, acotó a Primera Hora la principal oficial médico del Departamento de Salud, Iris Cardona. Las expectativas de la agencia es alcanzar un 90% de la población y esto equivale a 3.1 millones de personas.

“El proceso, ciertamente, está más lento de lo que nosotros quisiéramos y esperábamos. Quizás por fatiga con el tema de vacunación y el COVID o, quizás, porque hay que reforzar el mensaje de educación”, puntualizó la también infectóloga pediátrica al hacer la observación de que la población de adultos mayores está respondiendo al llamado pues se han administrado 15,000 dosis a personas de 80 años o más, 32,000 entre el grupo de 70 a 79 años y 32,000 entre los de 60 a 69 años.

La Administración Federal de Drogas y Alimentos (FDA) autorizó las formulaciones bivalentes de las vacunas contra el COVID-19 de Moderna y Pfizer el pasado 31 de agosto. Se trata de una dosis única que debe administrarse al menos dos meses después de las primeras dos dosis (serie primaria) o de las de refuerzo. En caso de pacientes que se hayan enfermado con COVID-19 se recomienda que esperen 90 días para ponerse la inyección.

En Puerto Rico hay más de 500 lugares -incluyendo hospitales, farmacias y oficinas médicas- que administran la dosis de refuerzo bivalente. Además, el gobierno tiene activo un plan para vacunar en los centros de cuido prolongado y los cerca de 18,000 encamados que dependen de equipos asistivos en sus hogares.

Esta nueva fórmula promete prevenir de una enfermedad severa o muerte a las personas que se contagian con Ómicron, y sus sublinajes, incluyendo BQ.1 el cual ocupa el 16% de los casos bajo vigilancia genómica en los laboratorios centinela de Puerto Rico.

“Según el análisis de expertos se sabe que este booster bivalente da protección adicional contra Ómicron y sus subvariantes o las que han llamado las hijas de la BA.5. Así que nuestra invitación es a que se vacunen. Las personas deben entender que esto es importante, particularmente, porque estamos de cara a las festividades, porque están circulando estas subvariantes y porque tenemos otros viruses respiratorios en el ambiente”, determinó Cardona al reiterar que en Estados Unidos la BQ.1 está ganando terreno cada día sobrepasando actualmente el 20% de los casos.

El último informe de Situación de la Epidemia del COVID-19 en Puerto Rico indica que a pesar de que las tasas de incidencia muestran una tendencia estable en los meses de septiembre y octubre de 2022, Puerto Rico continúa en un nivel alto de transmisión comunitaria (línea color rojo) al 5 de noviembre de 2022, con una tasa de incidencia de 207.35 casos de COVID-19 por cada 100,000 habitantes.

Actualmente, la positividad es de un 16.29%, en cambio, la región de Ponce tenía una tasa de positividad de 22.04% colocándose en el tope de infecciones. En términos demográficos es el grupo de 80 años o más que tienen la mayor positividad con 19.73%.

El reporte indica que para el 5 de noviembre 33 de cada 100,000 habitantes se habían en un periodo de tres meses. Esto signifca que esas personas se infectaron, se recuperaron y luego volvieron a infectarse.

El grupo de edad con la mayor cantidad de casos reinfectados durante el periodo de informe fue el de 20-29 años con un total de 167 casos para un 16.4% de la totalidad de casos. Los grupos de edad con la tasa de reinfección más alta fueron los de 30-39 años y 40-49 años con 41.99 y 38.97 casos por cada 100,000 habitantes, respectivamente.

En cuanto a hospitalizaciones, el informe indica que para el 5 de noviembre había una tendencia estable con una media móvil a siete días de 168 ingresos clínicos. En términos de defunciones se observa un promedio de tres defunciones diarias en un promedio de siete días.

Los síntomas principales en los pacientes de COVID durante las últimas semanas fueron tos (66.84%), congestión nasal (62.44%), cansancio (25.95%) y dolor muscular (24.93%).