Al llegar la temporada pico de huracanes, el Departamento de la Vivienda ya ha certificado unos 358 refugios para albergar a 39,096 personas, informó el secretario, William Rodríguez.

A pesar de que se registra un aumento sustancial de casos de COVID-19, la agencia no tomará medidas adicionales a las ya establecidas mediante protocolo para evitar los contagios entre los refugiados, detalló el funcionario.

“El año pasado ya habíamos tenido que abrir refugios durante la pandemia. Así que ya todas estas medidas de crear protocolos y abrir y estar en función se hizo y se puso en práctica. Ahora, este año es repetir ese ejercicio”, afirmó Rodríguez en entrevista con Primera Hora.

En general, la cantidad de refugios identificados para emergencias supera la que se informó para el pasado 1 de junio, cuando inicio la temporada de huracanes. Además, duplica la capacidad de las personas en comparación con el máximo de refugiados que se registró durante el devastador paso del huracán María en septiembre de 2017.

Específicamente, al inicio de la temporada se indicó que se abrirían 346 refugios para albergar a unas 38,696 personas. Esto representa que para esta temporada pico hay 12 centros adicionales. Mientras, el pico de personas albergadas durante María fue de 15,000 personas.

Rodríguez detalló que cada uno de los 78 municipios tiene, al menos, un refugio identificado, como es el caso de Culebra.

Rodríguez explicó que son los alcaldes los que solicitan la apertura más refugios, por ello es que en las pasadas semanas aumentó la cantidad de escuelas, centros comunales, escuelas en desuso u otras edificaciones para establecerlos.

“Nosotros tenemos catres suficientes, tenemos desinfectante. Eso, obviamente, no está en el refugio como tal, porque nosotros lo almacenamos y está por región y cada vez que viene un fenómeno y abrimos los refugios, pues entonces se lleva al refugio”, explicó el funcionario, al establecer que están debidamente equipados en caso de un azote de huracán.

Los refugios se abren por petición de los alcaldes o de la Oficina de Manejo de Emergencias Municipal, al igual que por decisión del Departamento de la Vivienda.

“Eso funciona de distintas formas. Los catres están distribuidos a través de los municipios con Manejo de Emergencia Municipal. Una vez se abre el refugio, Manejo de Emergencia Municipal lleva los catres al refugio. El administrador del refugio lleva todo lo que es el equipo de protección personal, entiéndase mascarilla, desinfectante y otras cosas que van a hacer necesarias para preservar todo lo que es la seguridad y la salud de los refugiados y, entonces, el Departamento de Educación, a través de Comedores Escolares, es el que se encarga de todo lo que es la alimentación”, explicó Rodríguez.

El protocolo del COVID-19 en los refugios se estableció el pasado año, cuando la Isla también experimentaba un repunte de casos. El uso de mascarilla, desinfección de manos y el distanciamiento social son la clave para evitar los contagios, estipuló Rodríguez.

Comentó que a los refugiados se les toma la temperatura y se les cuestiona sobre si tienen síntomas relacionados al mortal virus.

Las personas identificadas con posibles síntomas de COVID-19 son aisladas y se activa los protocolos establecidos por el Departamento de Salud para tener trato con posibles personas infectadas.

“Se van a tomar los mecanismos para que las personas que presenten síntomas aislarlas. Se trabaja por familia, como siempre. Hacemos prioridad de familia, establecemos las personas que son de un mismo núcleo familiar. Pero, lo que sí es que una vez pasado el evento atmosférico, pues, entonces, activamos en las personas que estén en el refugio todo lo que es vacunación, prueba, etcétera. Pero, en el momento que pasa la emergencia es salvar vidas”, destacó Rodríguez.

Asimismo, Rodríguez informó que los refugios no tendrán requisitos especiales, como lo es presentar la prueba de la vacunación o el resultado de una prueba negativa de COVID-19.

“Obviamente, la idea del refugio es salvar vidas en ese momento” de emergencia, informó el titular.

“Una vez pasado el evento atmosférico, pues, activamos en las personas que están el refugio todo lo que es vacunación, pruebas, etcétera”, añadió.

Si reside en un lugar inundable o su casa no está apta para aguantar los vientos huracanados, sepa que debe prepararse para sobrevivir por cinco días en un refugio. Esta es la recomendación que dio el secretario de la Vivienda.

“A todos se les pide que vengan con su equipo de protección personal, que vengan preparados para estar, al menos, cinco días, en caso de que sea un evento un poco mayor. Que vengan preparados con su equipo de protección. En caso de que vengan con mascota, las mascotas deben estar en su ‘kennel’, deben traer la comida de las mascotas y las mascotas deben estar debidamente vacunadas, con la evidencia de la vacunación”, manifestó Rodríguez.

Agregó que “debe llevar ropa, medicamentos que necesite, por lo menos para una semana, sus efectos personales, pero la comida se va a proveer a través de Comedores. Y que traigan sus equipos de protección personal, porque, aunque vamos a tener en el refugio, es importante que ellos también traigan sus mascarillas y su desinfectante de manos”.

Por otro lado, Rodríguez informó que para la zona suroeste afectada por los sismos hay suficientes refugios. Comentó que están dispuestos a identificar más áreas, si así lo solicitan los alcaldes.

Hasta el momento, Yauco cuenta con siete refugios, Ponce con 10, Guánica con cinco, Guayanilla con dos y Peñuelas con dos.

“El llamado siempre es a los alcaldes de que, si necesitan un espacio adicional, siempre estamos en la mejor disposición de aumentar la cantidad de refugios y explorar espacios nuevos de manera que podamos recibir más personas”, puntualizó el funcionario.