La activación de unas 1,200 libras de dinamita puso fin al emblemático Centro Vacacional de la Asociación de Empleados del Estado Libre Asociado de Puerto Rico (AEELA), ubicado en Playa Santa, Guánica, que fue demolido -este martes- sin mayores contratiempos.

El impresionante operativo tomó unos 25 segundos, tras escucharse las fuertes detonaciones que fueron implosionando la estructura de 13 niveles con unos 98 apartamentos que, inmediatamente se convirtió en una nube de polvo, la cual se dispersó hacia la zona marítima.

Al observar la demolición del inmueble, construido para la década del 70, Pablo Crespo, director ejecutivo de AEELA, no pudo ocultar su impresión que describió como “un episodio triste y penoso”.

Sin embargo, admitió que, “no tuvimos más alternativa con la demolición del Centro Vacacional de Playa Santa. Nunca pensamos que iba a ocurrir, pero los terremotos en el área nos obligaron a tomar en consideración los daños que sufrió el edificio que, fueron cuantiosos y después de varios estudios que se hicieron es que se tomó la determinación de demolerlo”.

La estructura fue afectada por los terremotos de enero del 2020.

“Creo que hemos cumplido con la misión triste que nos embarga en el día de hoy. La demolición se dio como esperábamos, como se planificó, sin incidentes de ninguna naturaleza y gracias a Dios, el viento a favor de la nube hacia el mar. El daño va a ser mínimo a la comunidad aledaña y eso nos debe de satisfacer”, asintió.

Cabe destacar que, el edificio original era un centro de envejecientes y, AEELA lo adquirió a principios de la década del 80 para convertirlo en un espacio para que sus socios y familiares lo utilizaran en sus periodos de vacaciones, aprovechando su proximidad con el mar.

“La pérdida es más emocional que económica. Quizá se perdió dinero en la operación en un momento histórico. Por otro lado, perdimos un valor humano que no lo compensa ningún precio a nivel de dinero porque son tantos los miles y miles de empleados públicos, pensionados y familiares que vinieron aquí que, eso no se compensa con dinero”, confesó.

Asimismo, Crespo reveló que, la asociación contempla varias alternativas para una construcción futura en las 12 cuerdas de terrero que ocupaba el centro vacacional, ahora reducido a una montaña de escombros.

“Luego de la implosión, nos espera una limpieza que va a tardar tres o cuatro meses. Hay que ver las condiciones en que queda el terreno para después de hacer los estudios correspondientes y tomar determinaciones hacia el futuro”, explicó sobre los trabajos de limpieza que culminarán en abril de 2024.

Adelantó que, entre las opciones está erigir un proyecto lineal que sea sismorresistente y “lejos del mar, pegado a la carretera”.

“Dentro de todo, lo primero es proteger a la gente y al medioambiente. Sería una construcción lineal, en mi opinión no debe ser un edificio de ese tamaño (antiguo centro vacacional) porque puede tener los mismos problemas en el futuro”, admitió.

Otra de las alternativas que barajan es “la construcción de varias instalaciones más pequeñas en algunos pueblos, para el disfrute de los socios y sus familiares”, siendo la primera en Aguadilla, en el terreno que ocupaba la sede de AEELA, cerca del casco urbano.

Según Crespo, la inversión aproximada para ese proyecto es de unos $2 millones.

“Estamos tratando de levantar un nuevo edificio, aunque sea pequeño en Aguadilla porque tenemos un terreno allí que era de la sucursal anterior, era de nosotros también y ese edificio se va a convertir en un edificio de 12 apartamentos. Es un edificio bonito, a la altura de lo que los empleados públicos esperan”, apuntó.

De otra parte, la implosión del centro vacacional en Guánica provocó “sentimientos encontrados”, de acuerdo con el alcalde Ismael ‘Titi’ Rodríguez Ramos.

“Hay sentimientos encontrados porque es parte de la historia de nuestro pueblo de Guánica. Pero esto es parte de los procesos, es parte de los trabajos y de la historia que estamos viviendo luego de los terremotos y esperemos que sea en beneficio de la comunidad y de beneficio también de los que nos visitan”, manifestó.

No obstante, el ayuntamiento continuará con su litigio contra AEELA para lograr que se les paguen unos $129,000 en arbitrios de construcción, por parte de la compañía Alpha Demolition, contratada por AEELA para realizar los trabajos de demolición y limpieza de escombros, a un costo de $2.5 millones.

Según Rodríguez Ramos, “esto llegará al Tribunal Supremo, de ser necesario” ya que el pasado viernes, el Tribunal de Primera Instancia de Ponce determinó “no ha lugar” su reclamo.

“¿Cómo un complejo vacacional no va a pagar arbitrios de construcción? Ahí es que chocan las leyes y por eso, hemos hecho el llamado porque esto no es un caso solamente que Guánica debe estar pendiente. Entendemos que todos los municipios deben estar pendiente porque, decisiones que se están llevando a cabo en los tribunales de primera instancia y esto va a llegar al Tribunal Supremo”, aseguró.

“Estas decisiones se plasman y pueden afectar casos futuros que tengan los demás municipios, especialmente, afectan a municipios pequeños como nosotros. Son $129,000 de arbitrios, créeme que son importantes para nuestro año fiscal, para poder garantizar servicios esenciales a nuestra gente”, apuntó.

De hecho, el alcalde reveló que, el centro vacacional de AEELA no representó ningún ingreso para el municipio en sus décadas de operación.

“El proyecto no dejó dinero a las arcas municipales desde su inauguración, ni pago de CRIM, ni pago de patentes, ni ningún tipo de responsabilidad con las arcas municipales. Es a lo que estaremos pendiente con algún proyecto futuro”, argumentó.

“No puede ser que, en 12 cuerdas de alto valor en nuestro pueblo de Guánica, un pueblo que está protegido por el Bosque Seco, un área agrícola de alto valor y estos terrenos que podamos hacer proyectos de gran producción para nuestro pueblo, ¿están exentos también? No puede ser así”, insistió.

Finalmente, Rodríguez Ramos señaló que, una vez finalizada la demolición del centro vacacional de AEELA, la playa estará disponible para el uso de la ciudadanía.