Lleva varias semanas cocinada en su totalidad, pero hoy es que finalmente comienza la crudita: un aumento al impuesto sobre el barril del petróleo que hará que la gasolina esté entre tres y cuatro centavos más cara, sin que se pueda culpar necesariamente al mercado mundial, sino directamente al proyecto de esta administración que entendió que en el combustible hay una buena fuente de recaudos para el Gobierno.

La intención gubernamental es obtener $185 millones anuales de este impuesto. Puede ser más, pero no menos. 

Para asegurarse de que sea así, la Cámara aprobó una enmienda para que en o antes del 31 de marzo de cada año el Departamento de Hacienda determine y certifique la cantidad recaudada por el gravamen durante el año calendario previo, así como la proporción que exista entre $185 millones y la cantidad finalmente recaudada.

La primera determinación se hará, según la medida, en o antes del 31 de marzo de 2017, y la primera revisión del impuesto cobrará efecto el 1 de julio del año fiscal 2017-2018.

Al presidente de la Asociación de Detallistas de Gasolina, Ricardo Román, la enmienda le parece peligrosa y considera que está hecha en anticipo a una baja en el consumo.

“Eso es terrible porque los volúmenes van bajando en Puerto Rico, los vehículos son más eficientes, la emigración... Por todos estos fenómenos baja el consumo y ellos lo saben, aunque lo niegan, lo saben”, afirmó.

El discurso oficial, de que el ciudadano puede controlar el consumo, le parece una contradicción. “Bajas el consumo, pero si lo bajas te van a penalizar”, reiteró.

Con el barril en los $47 como ha estado en las últimas semanas, no cree que haya una subida inmediata en la gasolina excepto por el impuesto del Gobierno.

“El cambio no lo va a hacer la industria, lo va a hacer el Gobierno. Cuando otras jurisdicciones disfrutan el alivio de los derivados del petróleo, nosotros nos penalizamos más”, indicó.

Si la gasolina que compre hoy fue adquirida por el detallista en los últimos días, no debe estar reflejado el aumento de tres o cuatro centavos, pero si ya era 15 de marzo, entonces sí tendrá que pagarla más cara.

Román recordó que en enero, cuando el combustible llegó a estar en 53 centavos, la gente llenaba el tanque y le sobraba. Ahora anticipa que el consumidor reducirá la cantidad de gasolina que compra.

“El ingreso no cambia porque suba la gasolina. Es menos producto por el mismo dinero”, expresó el detallista, quien afirmó que Puerto Rico está entre las jurisdicciones con más arbitrio en el combustible.

Román advirtió, además, que no hay garantías de que el barril de petróleo esté al precio de hoy dentro de unos meses o el año próximo.