Al insistir en la aprobación de dos proyectos que prohibirían el discrimen por orientación sexual o identidad de género en diferentes ámbitos, un grupo de madres con hijos homosexuales relataron cómo sus vástagos se han visto obligados a abandonar la Isla ante la marginación y el rechazo que permea contra la comunidad gay, lésbica, bisexual, transexual y transgénero (Lgbtt).

En el grupo, figuró la actriz Johanna Rosaly, quien narró cómo el discrimen la ha apartado físicamente de su hijo Juan Gabriel Molinary, quien es homosexual y decidió marcharse al estado de Nueva York para poder vivir libremente sin ser discriminado.

"Él no puede vivir en Puerto Rico porque aquí, todavía, hay una profunda desigualdad, inequidad. La discriminación contra las personas homosexuales es real", manifestó Rosaly durante una conferencia de prensa en la que estuvo acompañada por varias figuras del mundo del espectáculo, así como de organizaciones que defienden los derechos humanos y civiles.

Rosaly, quien también tenía un hermano gay que murió hace cuatro años, relató visiblemente emocionada las angustias que sufrió su madre, Raquel Guillermety, también fallecida, al ver el dolor y los problemas que enfrentaba su hermano Felipe Rosaly a causa del discrimen.

"Mi madre sufrió la realidad de ver a su hijo ocultar su realidad, su esencia, porque no hubiese podido sobrevivir profesional, socialmente en Puerto Rico. Ella vio cómo el carácter, la personalidad y el devenir de la historia de su hijo se fue marginando, se fue minimizando", dijo Rosaly mientras mostraba fotografías de su progenitora, su hermano y su hiijo.

A raíz del discrimen al que estaba sujeto en Puerto Rico, la abogada Sonia Vázquez también vio a su hijo partir hacia Nueva York, donde las parejas del mismo sexo cuentan con mayores protecciones e incluso pueden contraer matrimonio.

Vázquez censuró que, una vez aprobaran el Proyecto del Senado 238, que prohíbe entre otras cosas el discrimen en el empleo por orientación sexual o identidad de género, los opositores de la medida se ampararán en la cláusula de supremacía de la pieza para sembrar dudas sobre su alcance.

La referida cláusula establece que, de convertirse en ley, las disposiciones del proyecto prevalecerían sobre los demás estatutos existentes con relación a los temas específicos que cobija la medida, lo que dejaría fuera aspectos de derecho de familia como el matrimonio.

"Todas las leyes que impactan diferentes legislaciones tienen que tener una cláusula de que esa legislación va sobre ellas si hay alguna discrepancia", subrayó la abogada, quien tildó el argumento como una excusa de los detractores del proyecto de ley.

"Si tardan una semana más (en aprobar la medida), van a buscar otra excusa", opinó.

Mientras, el representante Luis Vega Ramos, autor del proyecto que extendería las protecciones de la Ley 54 de violencia doméstica a todas las parejas sin importar su composición o estatus marital, recordó que ambas piezas legislativas forman parte del programa de gobierno con el que se comprometió el Partido Popular Democrático (PPD) durante las pasadas elecciones.

Vega Ramos coincidió en que quienes han presentado reservas fundamentadas en la cláusula de supremacía están "usando un pretexto, más que tener razones de peso" para negarse a avalar el proyecto.

"Llegó el momento de que los que creen en la equidad, no solo la prediquen, sino exigir su cumplimiento", subrayó.

El legislador popular también hizo un llamado a sus compañeros en la Cámara -populares y novoprogresistas- que el pasado cuatrienio apoyaron un proyecto similar al P. del S. 238 y que ahora se oponen, a que respalden la medida, que podría bajar a votación durante la sesión de este jueves.

Tras la conferencia de prensa, efectuada en el Ateneo Puertorriqueño, los activistas partieron hacia el Capitolio, a donde también acudieron líderes de los principales sindicatos del país para continuar cabildeando en la Cámara de Representantes a favor de ambas medidas.

"En la agenda de las organizaciones sindicales, siempre ha figurado de manera destacada la lucha contra la opresión y el discrimen, lo que ha quedado plasmado en decenas de convenios colectivos que ya hoy incluyen un lenguaje semejante al de los mencionados proyectos. Nos honra colocarnos al lado de nuestras hermanas y hermanos de la comunidad Lgbtt en la lucha por acabar de una vez y por todas la exclusión y el discrimen", afirmó Karen De León Otaño, segunda vicepresidenta del Sindicato Puertorriqueño de Trabajadores.

Entre los dirigentes sindicales, había representación de la Central Alianza Laboral, la Central Puertorriqueña de Trabajadores, la Federación de Trabajadores, la Hermandad de Empleados Exentos No Docentes de la Universidad de Puerto Rico y la Unión Internacional de Empleados Profesionales y de Oficina.