“¡Disminuya la velocidad! Disculpe los inconvenientes, estamos rescatando la educación de este país”.

El acceso a la calle José Celso Barbosa en el barrio Amelia, de Guaynabo, se interrumpe con el pasado aviso el cual es un preámbulo para la maravillosa estampa que se ve unos metros más adelante: estudiantes, maestros, padres y voluntarios de la comunidad unieron esfuerzos para darle continuidad al proceso educativo de la Escuela Con Causa Rosalina Martínez, la cual aún no ha reabierto sus puertas a consecuencia de los temblores que estremecen al país desde principio de año.

El rescate educativo se lleva a cabo en el estacionamiento del plantel que funciona como una escuela pública en alianza con la organización Caras con Causa, una entidad sin fines de lucro que busca impulsar el desarrollo comunitario para erradicar la pobreza a través de la educación, proyectos ambientales e iniciativas de autogestión.

Allí, bajo unas carpas, la facultad le da paso al proceso de impartir voluntariamente las materias básicas, así como electivas que incluyen educación física, teatro, arte y proyecto comunitario, entre otros.

Según relató a Primera Hora el director de la escuela, Michael Fernández, la idea de coger la batuta respecto a la reanudación de clases surgió inmediatamente después del terremoto de 6.4 magnitud que afectó a la isla el 7 de enero.

“Nuestro equipo de liderazgo se reunió ese mismo día para hacer planes de contingencia y ya el 8 activamos al personal y comenzamos a trabajar en una primera etapa el manejo de emociones visitando a los nenes casa por casa y buscando espacios disponibles para poder servir inmediatamente a la comunidad”, destacó.

El proceso fue un reto pero, finalmente, la cancha municipal se convirtió en el lugar idóneo para reunir a los niños a partir del 27 de enero. Durante el periodo previo, los maestros aprovecharon el tiempo para diseñar los módulos con los que beneficiarán a los niños, quienes reciben el pan de la enseñanza, pero no son calificados por notas, pues la escuela no ha reabierto formalmente ya que la estructura sufrió daños con los sismos. De igual forma, realizaron una asamblea de padres y madres a la que asistieron unos 130 tutores.

“Luego llegó el momento de recibir a los nenes… esperábamos unos 50 pero llegaron más de 180 y eso es casi el 70% de la matrícula… ver ese entusiasmo es lo que nos ha inspirado a continuar”, detalló Fernández sobre la población estudiantil que consta de 297 alumnos y que desde ayer se reúnen en el estacionamiento de la escuela, pues la cancha municipal es utilizada para las prácticas de los integrantes de los Mets de Guaynabo.

“No se ofrecen notas… pero aquí hay dos cosas importantes que recordar: la razón principal por la cual se crearon las escuelas en la sociedad es para educarnos y propiciar el desarrollo humano. Fue luego que se empezó con el asunto de dar notas”, dijo al aclarar que el semestre no se va a perder, ya que se adaptarán días al calendario escolar.

Mientras, los niños -a los que se les han unido unos 30 estudiantes de otras escuelas- disfrutan de la dinámica que existe en las inmediaciones donde los lunes y miércoles se imparten las clases tradicionales y los martes y jueves se ofrecen las electivas.

Ayer, por ejemplo, la mayoría de los niños -estudiantes de entre sexto y duodécimo grado- disfrutaban en un parque aledaño jugando béisbol. Mientras, otros como Heidy Sánchez y Joelis Pizarro discutían el módulo del curso “Proyecto Comunitario”. La idea de la clase giraba en reflexionar sobre lo que significa el término comunidades.

“Pienso que en una comunidad no todo el mundo es igual. Pero aunque seamos diferentes tenemos un mismo propósito”, decía Heidy a sus compañeros.

Mientras, Joelis, ponía como ejemplo lo ocurrido en Puerto Rico con los sismos para agregar que como comunidad “estamos aprendiendo a independizarnos”.

Fernández observaba de lejos la dinámica y sonreía. La escena lo convenció de que la educación depende de todos y no únicamente del sistema gubernamental.

“Debemos convocar a los sectores sociales a levantar las escuelas… tenemos que reconocer como puertorriqueños que estamos enfrentando una crisis educativa y que sólo uniéndonos y haciéndonos responsables de nuestros niños y jóvenes es que vamos a resolver esta situación”, planteó.

Para más información sobre el plantel y sus dinámicas pueden acceder a “Escuela Con Causa” en Facebook.

Alcalde asegura que pronto reabrirá

Mientras el alcalde de Guaynabo, Ángel Pérez, explicó a Primera Hora que el plantel está próximo a reabrir de forma parcial, pues sólo se podrá utilizar algunas de sus estructuras.

“La certificación (provista por ingenieros estructurales al Departamento de Educación) ya llegó y se va a poder usar parcialmente, porque algunos edificios de la escuela están afectados… por lo tanto, en los próximos días se comunicarán con el director para ver la posibilidad de hacer un ‘interlocking’ en las mismas facilidades… si Dios lo permite, ya la próxima semana podrían comenzar a dar clases en los salones”, sostuvo.

Mientras, el alcalde elogió la labor voluntaria que realiza la facultad del plantel. “Me parece excelente lo que han hecho… lo importante en todo esto es que los niños reciban la enseñanza”, dijo.

Destacó que en la escuela Juan Ponce de León, en Villas de Trujillo, se ha dado una iniciativa similar. Este plantel se prevé reabrir la próxima semana utilizando sólo el área de escuela elemental, dijo el alcalde.

“Aprovecho para felicitar a estos directores, profesores y el resto de la facultad por estar dando la milla extra a favor de nuestros niños y jóvenes”, expresó.

Actualmente, en Guaynabo han abierto 5 de las 14 escuelas que hay en el municipio.

Pérez explicó que las clases de las escuelas Josefina Barceló, Mariano Abril, Santa Rosa III y Santiago Iglesias Pantín se reanudarán mediante el método de “interlocking” en otros planteles de la comunidad. Mientras la Margarita Janer y la Rafael Martínez Nadal deben ser reinspeccionadas.