El reporte de deserción escolar en Puerto Rico, correspondiente al año académico 2019-2020, periodo en el que ocurrieron los terremotos en la isla e inició la pandemia del coronavirus, identifica a unos 15,070 desertores escolares, el número más alto registrado por el Departamento de Educación (DE) en los últimos seis años académicos.

Así se desprende del análisis en el que también se identificó que el 14.97% de un cohorte de estudiantes a los que la agencia monitoreó entre 2016 al 2020 -durante los grados de secundaria (noveno a duodécimo grado)- desertaron antes de culminar el cuarto año.

La información fue provista a Primera Hora más de un mes después de solicitada la información y la misma no recoge el impacto en la deserción que tuvo el irregular año escolar 2020-2021, un periodo en el que los estudiantes se enfrentaron a la dinámica de estudiar de manera virtual y en el que se registró más de un 10% de fracaso académico entre la matrícula estudiantil.

El DE está obligado por la Ley 165 del 2011 a realizar un informe anual denominado “Reporte de Deserción Escolar en Puerto Rico”, el cual debe incluir la tasa de deserción por cohorte (noveno a duodécimo grado), la tasa de deserción anual por grado a nivel isla y de distrito, los códigos que provocaron las salidas de alumnos, las tasas de ausentismo y las de promoción, entre otros datos.

Sin embargo, fue desde el 2009 que la agencia comenzó a realizar un análisis de deserción de cohorte que les permite hacer un monitoreo o seguimiento individual del estudiante por cuatro años consecutivos, es decir, desde que llega a noveno grado hasta graduarse de duodécimo grado.

Los últimos resultados de esta métrica corresponden al año académico 2019-2020 y revelan una tasa deserción del 14.97% del cohorte de 25,972 estudiantes que se monitorearon desde que se matricularon en noveno grado. Esto significa que del grupo de nivel secundario bajo análisis hay 3,887 estudiantes que desertaron.

“Estos datos revelan que, aproximadamente, el 15% de los estudiantes que iniciaron la escuela superior, entre 2016-2017, y que se esperaba que se graduaran al cabo de cuatro años, lamentablemente, fueron desertores bajo la definición que estableció el Departamento de Educación”, expresó Lydiana López, secretaria auxiliar de Transformación, Planificación y Rendimiento (SATPRe) del DE.

El reporte señala que fueron jóvenes en undécimo grado los más que desertaron, con un 32.26% de los casos, lo que es equivalente a 1,254 alumnos. El segundo grupo en el que hubo mayor deserción fue el décimo grado con el 25.98% de los casos (1,010 alumnos). Mientras, se detectaron 763 desertores (19.63%) en noveno grado y 860 (22.13%) en duodécimo grado.

De otra parte, el reporte de Deserción Escolar 2019-2020- el cual coincide con el año en que ocurrieron los terremotos en Puerto Rico y con el inicio de la pandemia del COVID-19- indican que la tasa de deserción anual para ese año a nivel de todos los grados (primaria, secundaria y educación especial) fue de 4.72%. Esto es equivalente a 15,070 casos de deserción, de los cuales 7.520 corresponden a grados primarios, 6,850 a secundaria y 1,207 a alumnos de educación especial.

Este es el número más alto de estudiantes que han desertado en los últimos seis años académicos. Según datos provistos a Primera Hora por el DE, para el año académico 2014-2015 hubo un total de 14,068 desertores. Esa cifra bajó a 13,058 para el año académico 2015-2016; a 11,377 para el 2016-2017; y a 10,562 para el 2017-2018. El año previo los terremotos y el inicio de la pandemia del coronavirus, o sea el 2018-2019, la cifra de desertores fue de 13,679.

Del resumen anual correspondiente al año 2019-2020, el mayor porcentaje de casos de abandono de escuela surgió en el grado de prekinder con un 12.03%. El segundo grupo con mayor desertores fue undécimo grado con el 7.43% de los casos. Le siguieron los grupos de noveno (6.76%), décimo (6.42%) y duodécimo (6.18%).

Aunque Primera Hora preguntó no se precisó un perfil de los desertores. Lo que se especificó es que 11,089 (73.5%) de los alumnos viven bajo el nivel de pobreza y 2,976 tienen algún “impedimento”.

Según Guillermo López, secretario de Asuntos Académicos del DE, los reportes categorizan por códigos ya establecidos las razones que pudieron provocar las salidas de los estudiantes del sistema público, las cuales se recopilan a través del Sistema de Información Estudiantil (SIE). El cálculo se considera únicamente para la sescuela del programa diurno del sistema público.

En ese sentido el informe indica que de los 15,070 casos hay 12,454 en la categoría “se esperaban y no llegaron”.

¿Dónde están esos estudiantes?, cuestionó este diario sobre el enigma que rodea el paradero de miles de estudiantes que abandonan el sistema escolar.

“Ahí está el estudiante que se promovió pero nunca llegó y para mí es desertor porque nunca supe qué ocurrió... no llegó a nuestras escuelas. Ese estudiante es desertor porque no lo estamos sirviendo”, respondió la portavoz de (SATPRe)

Aludió a que no hay forma de que el DE invesgigue cada uno de los casos para, por ejemplo, conocer si fueron matriculados en una escuela privada. “No tenemos forma de entrar a los datos de las escuelas privadas... sabemos la información cuando los papás nos la dan”, manifestó la funcionaria.

El mismo informe indica que unos 1,062 estudiantes cayeron en la categoría de “Baja para estudiar en programa acelerado o alternativo; otros 460 alumnos están en el renglón de “Estudiante no se presentó a al escuela, paradero desconocido”; mientras 441 están categorizados en el encasillado de “Durante el verano se movió a programa acelerado o alternativo”.

Otras razones que llevaron a la deserción fueron “Dejó la escuela para irse a trabajar” con 20 casos; enfermedades (8); ausencias excesivas (71), evitar el fracaso académico (71); asumir responsabilidades en el hogar (34); embarazo (7), acoso escolar (1), transferencia a una institución de corrección o rehabilitación disciplinaria (33); entre otros.

La región con mayor tasa de deserción fue San Juan con un 6.44% de los 15,070 casos adjudicados al pasado año académico. La otras regiones con mayor tasa lo ocupan la región de Arecibo con un 5.15%, Ponce con un 5.06% y Bayamón con 4.55%.

Establecen un Modelo de Predicción de Desertores

A fin de evaluar e intervenir con los estudiantes que están en riesgo de abandonar los planteles, el DE diseñó un Modelo de Predicción de Desertores Escolares. Este estudio define como desertor a “aquel estudiante que se retiró de la escuela por diferentes razones sin transferirse a otra escuela, educación en el hogar o programa educativo aprobado por el Departamento”.

Según explicaron los funcionarios hay sobre 120 variables consideradas al momento de colocar a un alumno en la categoría de riesgo como posible desertor. Entre estos se evalúa la asistencia, los incidentes de disciplina, la edad, el nivel de pobreza, el aprovechamiento académico, entre otros factores que se han identificado como denominadores comunes con otros estudiantes que abandonaron el sistema público de enseñanza.

A modo de ejemplo, el secretario de Asuntos Académicos, explicó que el análisis realizado durante el año académico que acaba de culminar señala que el 11.10% (35,383 estudiantes) del total de la matrícula (318,895 alumnos) están en riesgo de deserción.

Puntualizaron que los riesgos se categorizan entre moderado o alto y la dinámica del monitoreo está diseñada para que los maestros puedan ver en tiempo real dónde está ubicado cada uno de sus estudiantes, de manera individual.

“Que tengamos desertores ya de por sí es motivo para buscar iniciativas para retener a los estudiantes. Hay situaciones en las que no podemos identificar por qué se están yendo y eso es importante aclararlo porque no siempre esto ocurre por deficiencias del sistema... pero con este modelo predictivo que desarrollamos podemos estar más cerca de ese estudiante en riesgo. Incluso, vamos a agregar la variante de “intereses” de cada alumno de modo que cuando se identifique a algún estudiante en riesgo podamos motivarlo a través de esos puntos de interés”, sostuvo López.

Los planes de intervención incluirán componentes socioemocionales como trabajadores sociales y consejeros. Además, se integrarán a los padres o tutores en el proceso.

“Esto ya ocurre en el sistema, pero se reforzará... por ejemplo, si hay que hacer referidos a psicólogos o registrar a algún alumno en educación especial se activará al comité para evaluarlo. La idea es que tan pronto el maestro recibe esa bandera roja en el monitoreo predictivo se desarrolla inmediatamente un plan de intervención”, agregó.

Entre los estudiantes en riesgo identificados este año hay 12,502 en el renglón de “moderado” y 22,908 en riesgo “alto”. Son alumnos de primer, quinto, octavo, décimo y undécimo grado los que están en el mayor riesgo de abandonar la escuela.

“Lo importante es que los tenemos identificados y vamos a realizar intervenciones preventivas”, dijo por su parte la directora de SATPRe.

Expectativas de estabilidad para el próximo informe

El próximo reporte de deserción escolar debe estar listo para septiembre, según estimados del DE.

Aunque fueron muchos los retos que enfrentaron los alumnos durante el año académico que acaba de concluir, los funcionarios estiman que la tasa de deserción se mantendrá estable y no hubo un impacto provocado por la pandemia.

“Lo que hemos visto preliminarmente es que se ha mantenido bastante estable. En septiembre estaremos en posición de comentar más. Pero, al momento, compara con los últimos dos años de los datos de deserción del cohorte, el cual aproximadamente es de un 15%”, precisó la funcionaria.

En cambio, el tiempo dictará el resultado pues la realidad es que la agencia enfrenta un gran reto a nivel de fracasos académicos, luego que trascendiera que este año el 10.16% de la población estudiantil no logró pasar de grado, entre estos 464 jóvenes que no pudieron graduarse de cuarto año y 2,634 niños de primer grado. Se estableció que en años anteriores el por ciento de fracaso fluctuaba entre un 4% a un 6% de la totalidad del estudiantado.

Se informó que 2,626 adolescentes de noveno grado tampoco lograron pasar de grado, lo que es el equivalente al 11.81% de la matrícula para este nivel. Le siguen en la lista unos 2,503 estudiantes de séptimo grado.

Las regiones de San Juan y Bayamón fueron donde más estudiantes con deficiencias académicas se registraron.

Para los estudiantes que fracasan grado, el cálculo se realizó utilizando las reglas vigentes en la Política Pública sobre Organización Escolar: en nivel elemental son dos F o más; mientras, en nivel intermedio son tres F o más.

Los esfuerzos del DE para mitigar la situación - una que incide en muchas ocasiones en la deserción escolar- están centradas en las clases remediativas a través del llamado “Verano Educativo”.

Ramos dijo que hay preocupación ante las cifras estimadas de estudiantes con promedio de “F” en algunas materias, por lo que hay concretizado unos planes para atender durante el verano a los alumnos que reprobaron, así como los que manifiestan algún rezago académico a causa de las interrupciones de clases provocadas por las emergencias ocurridas en el país en los últimos años, particularmente durante la pandemia.

Actualmente, unos 34,429 estudiantes participan del programa educativo de verano a través de 220 escuelas. La iniciativa extenderá las clases hasta el 22 de julio y los estudiantes pueden tomar hasta cuatro materias: español, inglés, ciencias, matemáticas, estudios sociales, educación física, salud escolar y bellas artes, así como cursos ocupacionales, en horario de 8:00 de la mañana a 3:00 de la tarde.