A solo semanas del inicio del nuevo curso escolar, muchos padres y madres tendrán que lidiar con los pocos centros privados de vacunación disponibles para que sus hijos tengan el registro de vacunas al día, de manera que puedan ser admitidos al salón de clases.

Actualmente, son menos de 10 los pediatras que están vacunando en sus oficinas privadas en todo Puerto Rico.

“Definitivamente tenemos un problema. Ahora menos de 1% de los pediatras estamos vacunando. Hace 10 años éramos 3% y adicional a eso, era un 50%. Ha bajado drásticamente y esto lamentablemente es por la misma remuneración de los planes médicos privados, que no tienen sus actuarios actualizados en cuanto al costo de las vacunas y lo que nos cuestan a nosotros”, alertó el presidente de la Sociedad Puertorriqueña de Pediatría, Gerardo Tosca.

La presidenta del Capítulo de Pediatría del Colegio de Médicos y Cirujanos, Yazmín Pedrogo, indicó también que muchos pediatras con práctica privada dejaron de inocular por los costos de mantener las vacunas en las oficinas y por la baja remuneración que reciben de los planes médicos.

“¿Cómo podemos lograr que los pediatras vacunen en sus oficinas en Puerto Rico? Pagándoles la remuneración justa por aplicar una vacuna en la oficina y tener una licencia de botiquín para tener la vacuna en la oficina. Si el pediatra tiene la oficina y va a perder porque lo que paga el plan médico no equivale al costo de la compra de la vacuna, no equivale al mantenimiento de la vacuna, con la electricidad, que se tiene que ver el cuidado para mantener una vacuna (refrigerada) y la administración de la vacuna, no es viable, porque tienen más pérdidas”, indicó Pedrogo.

“Si vemos que no hay una remuneración por diferentes condiciones que atienden y no hay remuneración por el costo que conlleva vacunar, es imposible para el pediatra poder vacunar. Nosotros necesitamos, que haya una remuneración justa para mantener la oficina, para el cuidado preventivo y para la aplicación de esa vacuna y mantenerla en la oficina. Si no, tendríamos a todos los pediatras vacunando en sus oficinas, tendríamos más prácticas de pediatría en vez de que hayan ido disminuyendo y pediatras graduados que quieran ser pediatras generales”, sostuvo la galena.

Ante el número cada vez más reducido de pediatras que administran vacunas en sus oficinas privadas, dijo que la recomendación a las madres y padres es que busquen orientación con sus pediatras.

“Que vayan a su pediatra para que los orienten sobre esas vacunas, sobre las pruebas de cernimiento que hay que hacer para cada edad. Para que le oriente sobre los laboratorios que hay que hacer antes del comienzo de la escuela, para que le haga un examen físico y determinar cómo está el desarrollo de ese niño y adolescente. La vacunación es una parte de los que es el cuidado adecuado por etapa de desarrollo antes del comienzo escolar”, indicó la doctora Pedrogo.

“¿Qué va a pasar en Puerto Rico de aquí a 10, a 15 años si no vamos a tener pediatras quienes hagan eso?, pues no lo sabemos porque para poder hacer eso, se necesita entrenamiento. Ahora mismo, la agencia acreditadora está cambiando un poco sus requisitos de acreditación para dar más exposición a ese médico en entrenamiento en pediatría, al cuidado ambulatorio. Cómo vamos a mantener nuestras residencias si no tenemos pediatras que reciban a esos residentes para cuidado ambulatorio y poder enseñarles. Es un efecto que, muchas cosas, dependen unas cosas de las otras”, agregó la pediatra.

Tosca indico a su vez, que la población del Plan Vital puede tener mejor acceso a la vacunación porque casi todos los IPAS (grupos médicos primarios de la reforma) tienen centros de vacunación.

Por otro lado, los pediatras, consignaron sus objeciones a un proyecto de enmiendas a la Ley de Farmacias que les permitiría a los técnicos de farmacia, vacunar de los tres años en adelante.

“Nosotros apoyábamos eso porque si no hay centros de vacunación para los privados, pero quieren dejar a los técnicos de farmacia vacunar y estamos en desacuerdo por completo. Ellos no están preparados y los quieren dejar administrar vacunas. El que ellos entren a vacunar sin la necesidad de un médico enviarle una receta, ayuda al respecto. Pero es importante recalcar que eso es un centro de vacunación, que no es una clínica, donde también hay que mandar a sus hijos a los pediatras para que les hagan sus chequeos anuales. Un chequeo anual no es meramente recibir las vacunas de los primeros dieciocho meses, a los cuatro, a los 11 y a los 16 años. Es importante que devolvamos esa visita al pediatra”, dijo Tosca, quien tiene una oficina médica en San Juan y labora en un grupo primario del Plan Vital en Toa Baja.

El presidente del Colegio de Médicos y Cirujanos, Carlos Díaz Vélez dijo los niños pueden tener reacciones a las vacunas y es preferible que sea inoculado por su médico pediatra.

“Estamos poniendo en peligro la vida y el futuro de nuestros adolescentes, si no intervenimos preventivamente a tiempo. Los niños tienen reacciones y es preferible que lo vacune un pediatra porque conoce al paciente y puede tener una reacción. El pediatra tiene su historial al frente y puede intervenir rápidamente en cualquier situación de emergencia”, sostuvo Díaz Vélez.