Él era el hijo mayor y su padre estaba en aprietos, en unos aprietos económicos tan grandes que se había tenido que ir a la quiebra.

La familia, en medio de la crisis, perdió hasta la casa, y Miguel Torres Díaz, entonces un joven estudiante de ingeniería del Recinto Universitario de Mayagüez, decide dejar los estudios para ayudar a su papá “a salir a flote”, a flote en un negocio de construcción de viviendas que se fue a pique.

“No había manera de que yo siguiera dedicándole tiempo a los estudios cuando estábamos en una crisis económica como esa. Yo me quedé con papi para que mis hermanos (menores que él) se pudieran ir a estudiar (a la universidad)”, recuerda el designado titular de Transportación y Obras Públicas sobre un incidente que marcó la vida “para bien”.

“Aquello me ayudó a fortalecerme como individuo. Como familia, encontramos un punto de referencia y las dificultades nos unieron... Ahí es que uno se da cuenta de quiénes son las amistades, quién en realidad te aprecia”, dijo el también ex presidente del Colegio de Ingenieros y Agrimensores de Puerto Rico.

Torres Díaz, que nació en Fajardo y se crió en Cupey, concluyó sus estudios de ingeniería en la Politécnica, en San Juan, y luego de eso decide darse a sí mismo un espacio para la aventura.

En 1997, acepta una oferta de una compañía holandesa ubicada en Tampa, Florida, y comienza a trabajar con proyectos de construcción marítimo-civiles.

El trabajo le era agradable porque “trabajar con agua” le recordaba a Puerto Rico.

Con la compañía holandesa, viaja por distintos países de América en el desarrollo de proyectos internacionales.

Puerto Rico no estaba en la mira, pero un huracán en 1998 –Georges– provoca que lo dejen trabajando aquí debido a las nuevas oportunidades que surgen con la reconstrucción del país.

Georges también está detrás de su unión de vida con la moroveña Sayra Rivera Flores, con quien convive desde hace 12 años y con quien tiene tres hijos.

Torres Díaz y Rivera Flores se conocieron en Arecibo, adonde él se había mudado para encargarse de la reconstrucción del puente Víctor Rojas, una de las estructuras que quedó seriamente averiada por el temporal.

Ya no se irá más de la Isla, aunque se lo querían llevar bien lejos: para California.

El amor pasaba cuenta.

Torres Díaz se quedó en la Isla y aceptó trabajar por primera vez con el Gobierno, en Vivienda.

“Yo creía que iba a miquear, pero no fue así... Ahí es que me enamoro del servicio público, que me apasiono con esto”, recuerda.

En Vivienda, el ingeniero civil tuvo a su cargo la modernización de vivienda pública, tarea que desempeñó por casi seis años. “Allí hicimos unos grandes proyectos, proyectos para la comunidad indigente”, dice con orgullo al recordar que bajo su incumbencia se modernizaron 5,000 viviendas, a un costo de más de $700 millones.

Entre 2009 y 2010, Torres Díaz preside el Colegio de Ingenieros y en su ir y venir a la Legislatura conoce a su actual jefe, el entonces senador Alejandro García Padilla. También trabajará con los proyectos de los Centroamericanos 2010.

Como presidente del Colegio, Torres Díaz se opuso, con éxito, a que los arquitectos logren quitarles prerrogativas a los ingenieros a través de acción legislativa.

Al frente del Departamento de Transportación y Obras Públicas, Miguel Torres Díaz tiene hoy una y mil metas.

Le encanta hablar de los proyectos y lo hace rápido y con avidez.

Algunos de sus proyectos son tan sencillos y baratos como llevar a consumidores y empleados de Plaza Las Américas desde la estación del Tren Urbano de Hato Rey al mall.

Otros son mucho más complicados, como conseguir un verdadero y eficaz sistema de integración de los servicios de transportación pública en todo Puerto Rico.

“Ninguno llega a ningún lado”, dice hiperbólicamente sobre el Tren y el Metro Urbano, proyectos state of the art que no resultan funcionales para la mayor parte de los ciudadanos.

Sobre el Metro Urbano, que discurre de Toa Baja a Bayamón, el nominado secretario del DTOP dijo que para él no hubiese sido una prioridad construirlo, que el tren de Caguas debió hacerse primero.

Construido ya el Metro Urbano, está comprometido, sin embargo, con realizar todos los esfuerzos posibles para “que sirva”.

El Metro Urbano, anunció, debe estar en su funcionamiento pleno en abril, y el objetivo es que les dé servicio a entre 5,000 y 10,000 usuarios.

“Si no conseguimos esa integración, si eso no funciona, ¿a dónde va a ir la gente?”, dijo Torres, quien ya trabaja con el plan para conseguir que todos logremos llegar a nuestro destino.