El 47% de las personas mayores de 21 años que reportaron infección con COVID-19 entre septiembre de 2020 y agosto de 2021 tienen al menos cuatro síntomas vinculados como secuelas post-agudas de la enfermedad -o lo que se llama “COVID Prolongado”- y de estas el 63% son mujeres con una edad promedio de 43 años.

“Los pacientes que cumplieron con la definición de tener secuelas post- agudas reportaron un promedio de cuatro síntomas que duraron dos meses o más. Los cuatro síntomas más frecuentes en pacientes con secuelas post- agudas del COVID fueron cansacio y fatiga, cambio en gusto y olfato, dolor muscular y en articulaciones, dificultad respiratoria y dolor de cabeza”, acotó en entrevista con Primera Hora la Primera Oficial de Epidemiología del Departamento de Salud, Melissa Marzán, al revelar detalles del primer informe de prevalencia sobre este tema realizado por personal de la agencia en coordinación con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).

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Agregó que fueron los pacientes entre 50 a 59 años, seguidos por los de 40 a 49 años, los que mostraron mayor prevalencia en el también llamado “Long Covid”.

La definición de secuelas post- agudas de COVID-19 -según descritas por Salud tomando como base el consenso Delphi implementado por la Organización Mundial de la Salud (OMS)- se refiere a síntomas que ocurren en individuos con antecedentes de infección probable o confirmada de SARS-CoV-2, generalmente tres meses después del inicio de la enfermedad. Estos síntomas deben durar al menos dos meses y no pueden ser explicados por un diagnóstico alterno. Además, los síntomas pueden presentarse luego de la recuperación inicial de un episodio agudo de COVID-19 o persistir desde la enfermedad inicial. Las secuelas también pueden ser persistentes o fluctuar a través del tiempo.

Según el informe, el 66.4% de los pacientes con secuelas persistentes al COVID-19 reportaron tener síntomas al momentos de la entrevista y estos malestares perduraban hasta seis meses y medio luego de su diagnóstico inicial.

Más de medio año después de haberse infectado los pacientes que enfermaron entre septiembre de 2020 y agosto del 2021 mostraban síntomas frecuentes de cansación y fatiga (29.5%), dolor muscular (21.5%), cambio en gusto y olfato (20.1%), dolor de cabeza (15.4%) y problemas del sueño (12.8%).

Sin embargo, hubo otros pacientes que mencionaron síntomas como mareos o vértigo, dolor de estómago, depresión, ansiedad, hormigueo, dificultad para realizar tareas físicas, dolor en el pecho, neblina mental, palpitaciones, tos, problemas menstruales, dificultad para respirar, sarpullido y diarrea.

Otro dato relevante del informe es que señal que las regiones de residencia de mayor prevalencia entre los pacientes con secuelas persistentes a COVID-19 se registraron en Mayagüez/Aguadilla con un 53.6%, Caguas (49.9%) y Bayamón (49.2%).

De otra parte, el 48.5% de los pacientes no estaban vacunados al contraer la enfermedad. Cabe señalar que la vacunación en Puerto Rico inició a mediados de diciembre del 2020. Asimismo, se señala que el 62.2% de las personas con las secuelas del coronavirus estuvieron hospitalizadas y 52% presentó síntomas asociados al virus. Un 74.7% requirió asistencia médica durante la etapa aguda del COVID.

Durante la enfermedad los síntomas más frecuentes fueron: cansancio o fatiga (58.4%), dolor muscular o de articulaciones (50.9%) y dolor de cabeza (48.8%).

Además, se identificó que algunos de los pacientes tenía cormobilidades de enfermedades crónicas. Por ejemplo, el 5.6% tenía dislipidemia, el 4.4% enfermedad cardiovascular y el 3.1% condiciones de salud mental.

Las secuelas han trastocado el día a día de la mayoría de los pacientes pues el informe señala que el 76.8% vio afectadas sus actividades cotidianas.

¿Cómo se hizo el análisis?

El informe de Salud analizó una muestra seleccionada de casos de personas infectadas entre el 1 de septiembre de 2020 y el 31 de agosto de 2021, periodo que incluye tres meses en los que no había vacunas contra el COVID-19 y en el que se detectaron en la isla impactantes oleadas de las variantes Alfa y Delta. En este periodo bajo análisis murieron en la isla 2,432 personas a causa del SARS-CoV-2.

Marzán explicó a Primera Hora que de los datos recogidos a través del BioPortal de Salud se identificaron 119,906 casos elegibles.

“Se excluyeron los casos detectados por pruebas serológicas, los menores de 21 años al momento del diagnóstico, las personas fallecidas por COVID y los casos que no se tenía número telefónico disponible o región de residencia”, subrayó.

De ese muestreo se seleccionaron de forma aleatoria a 80,248 casos que luego en un “submuestreo” quedaron en 641 individuos. Finalmente, la encuesta se completó con 322 casos.

“Pero el estudio se realizó de tal forma que es representativo de toda la población infectada durante el periodo en análisis”, puntualizó Marzán al acotar que la información recopilada se sometió a un extenso proceso de calidad de datos.

Del muestreo el 56.8% fueron mujeres y el 43.2 % hombres. Asimismo, se destaca que de la muestra estratificada por grupo de edad se evidenció que la mayoría de los participantes (59%) tenían entre 21 a 49 años. Solo el 1.2% tenía 80 años o más.

Salud reconoce algunas limitaciones en el proceso, incluyendo: falta de acceso a información clínica para confirmar la presentación clínica del paciente y que es posible que las características de los infectados que no participaron difieran de los que sí lo hicieron.

Se asoma una segunda fase

Marzán explicó que durante los próximos cuatro meses se llevará a cabo la segunda fase de la encuesta para estimar la prevalencia de las secuelas post-agudas de COVID-19 en pacientes infectados entre el 1 de diciembre del 2021 al 31 de mayo del 2022. El total de casos positivos en este periodo es de 493,977.

“En esta segunda fase queremos conocer la prevalencia de las secuelas en Puerto Rico durante la circulación de la variante Ómicron y sus sublinajes. Es un poco entender y describir la población afectada en este periodo y ver si las manifestaciones más comunes asociadas a las secuelas de COVID en esta población son igual o difieren a las reportadas con otras variantes o periodos”, especificó.

Según la epidemióloga, posteriormente, se incluirá en el estudio a la población pediátrica para conocer las afecciones prolongadas que sufren los niños y adolescentes, luego de enfermar con COVID-19.

Además, según Marzán el plan incluye establecer un sistema de vigilancia centinela en el que se pueda dar seguimiento a pacientes a los 3, 6, 9, 12 y 18 meses posteriores a que se hayan infectado con el SARS-CoV-2 y desarrollado la enfermedad.

Reiteró que los resultados de estos análisis ayudarán a fortalezar enlaces colaborativos con los proveedores de salud y a identificar factores de riesgo, poblaciones afectadas desproporcionalmente y el impacto de las secuelas post agudas en la salud de los pacientes puertorriqueños.

“Además, ayuda a evaluar medidas de prevención y control de COVID-19 y a su vez de secuelas post agudas de la enfermedad”, acotó.

“A nivel de investigación, honestamente, este estudio fue un reto porque nosotros tuvimos hasta que generar una definición criolla de lo que son las secuelas post-agudas del COVID-19 porque, oficialmente, no hay una. Así que no tienen la idea de todas las discusiones que tuvimos que integrar para hacer una definición amplia. Otros colegas, desde otros lugares, nos pudieran criticar porque la definición es amplia, pero yo creo que fue un buen primer ejercicio que se estará evaluando constantemente... además nos plantea el escenario de cuán grande es el problema”, agregó.

De otra parte, insistió en que las vacunas y las medidas de prevención a través del uso de mascarillas, el lavado constante de manos y el evitar estar en sitios aglomerados son el mejor aliado para continuar evitando contagios. Al momento, solo el 31% de la población tiene la vacunación al día, según datos de Salud. El término vacunación al día se refiere a que la persona tiene las dosis primaria y las dosis de refuerzo, según las guías establecidas por los CDC.

“Las medidas de prevención funcionan y yo creo que a lo mejor ese mensaje se perdió en algún momento aún cuando nos mantenemos educando en la calle. Diariamente, tenemos más de 1,000 personas del área de epidemiología educando a nivel de toda la isla, entregando pruebas caseras, haciendo pruebas, vacunando... algunos pensarán que no se está haciendo nada, pero los invito a que conozcan todo lo que hacemos”, expresó al añadir que muchas veces los trabajos se hacen en coordinación con las comunidades y en enlace con organizaciones sin fines de lucro.

Actualmente, Puerto Rico enfrenta un persistente repunte de casos desde el 15 de marzo. El alto nivel de transmisión se refleja en la tasa de positividad que desde el 18 de abril se ha mantenido por encima de un 20%. De hecho, desde el 20 de mayo ha fluctuado entre un 29% y un 32%.

Otro factor interesante es que de los casi 854,169 contagios reportados durante toda la pandemia, unos 354,420 han ocurrido en la última oleada que, basada en el pronóstico de científicos, no va a bajar mientras surjan sublinajes de Ómicron, como la BA.4 y BA.5 los cuales comienzan a predominar en el archipiélago.