El azote del huracán María hace cinco años no solo dejó la infraestructura del País en mal estado, sino que ocasionó que el índice de aprovechamiento académico de los miles de estudiantes del sistema de educación pública en las áreas más impactadas por el ciclón, que fueron identificadas como el sureste y la zona montañosa, decayera en un 3% adicional al que ya experimentó la población estudiantil en general.

La magnitud del efecto de María en la vida educativa de los niños y jóvenes de los pueblos más devastados fue aun mayor, si se toma en consideración aspectos como la pobreza o si sufrían algún tipo de discapacidad.

Según un reciente estudio de profesores de la Universidad de Puerto Rico (UPR), llamado “El efecto de desastres consecutivos sobre los resultados educativos”, estos estudiantes tuvieron bajas adicionales en el índice de aprovechamiento académico del que experimentó la población en general de hasta un 7%.

Mientras, estudiantes de unas 22 escuelas que nunca abrieron por quedar en mal estado tras el paso del huracán fueron los que cargaron con la peor parte. Su decaimiento en el índice de aprovechamiento académico fue de un 14%, en comparación con el resto de la población, establece el estudio.

“Nuestro análisis sugiere que los estudiantes en áreas severamente afectadas o cuya escuela fue cerrada permanentemente después del huracán tienen mayores probabilidades de disminución de su rendimiento académico y, para algunos estudiantes, de abandono de la escuela después de un desastre”, se afirma en el documento.

Es que María también empujó a muchos alumnos fuera de la escuela. El estudio reveló que aumentó en un 18% la probabilidad de la deserción escolar en octavo grado, sobre todo en zonas de mediano impacto del huracán.

Para los terremotos del 2020, entretanto, la probabilidad de deserción escolar se duplicó en los pueblos más afectados, que de acuerdo con el estudio fueron Guánica, Guayanilla y Yauco. De un 1% que se ubicaba para los estudiantes de octavo grado, aumentó a un 2%.

Ante este marco, la investigación realizada por los profesores Eileen Segarra, José Caraballo Cueto, Yolanda Cordero y Héctor Cordero, del Observatorio para la Educación Pública de Puerto Rico del Centro de Estudios Multidisciplinarios de Gobierno y Asuntos Públicos de la Universidad de Puerto Rico (UPR), concluyó que los desastres recientes que se han enfrentado en el país ha redundado en un aumento en la deserción escolar y la disminución en el aprovechamiento académico en los estudiantes del Departamento de Educación.

Caraballo Cueto, por su parte, explicó que -para llegar a tales conclusiones- Educación les proveyó datos específicos de cada estudiante, con su perfil social y su resultado en las pruebas del sistema Medición y Evaluación para la Transformación Académica (META PR).

Señaló que los datos fueron procesados mediante el método de la inferencia causal, el cual permite observar cómo un fenómeno X puede establecer la causalidad. Destacó que este método llevó a varios economistas a ganar un premio Nobel de Economía.

Baja educativa

Más allá de los cálculos numéricos alcanzados, Caraballo Cueto expuso que el análisis realizado les permitió establecer que tras el huracán María, “en general, hubo una tendencia en la baja a la mayoría de los estudiantes” de su índice de aprovechamiento académico.

Sin embargo, en zonas más perjudicadas hubo un registro aún peor. El grado de impacto del ciclón, así como aspectos relacionados a la pobreza o la discapacidad fueron barómetros para demarcar la gravedad de los resultados.

Opinó que fue la falta de preparación del sistema educativo para enfrentar desastres naturales lo que perjudicó a los estudiantes.

“Si tuviéramos escuelas bien construidas, con buen mantenimiento, pues, eso no ocurriría. Pero, si tenemos escuelas que se han dejado abandonadas, que no están en buen estado o que están mal ubicadas, en zonas inundables, pues, viene un huracán y después la escuela no se puede reabrir y en medio del semestre hay que transferir estudiantes, lo que hacemos es afectarlos doblemente o impactarlos doblemente”, señaló el catedrático.

Asimismo, explicó que el huracán María no causó una gran diferencia en la deserción.

“Cuando uno mira municipios de alto impacto, principalmente eran de la montaña. Son municipios que, por lo general, tenían antes del huracán María niveles de aprovechamiento académico relativamente buenos. Son zonas de baja criminalidad. En la región de San Juan y Humacao hubo una tasa mayor deserción, porque ya tenían índices más bajos de aprovechamiento académico… Relativamente, los (estudiantes) que tienen más bajo aprovechamiento académico tienden a desertar más que el resto de la población”, detalló el economista, quien también participó de un estudio sobre la deserción escolar en la Isla desde el 2015 al 2021.

No obstante, los terremotos de inicio del 2020, seguido por el inicio de la pandemia, llevó a que en las zonas más afectadas las escuelas permanecieran cerradas.

“Esos estudiantes vivieron por allá varios meses con escuelas cerradas. Algunos fueron después a tomar clases en vagones y en condiciones inhóspitas. Eso duplicó la probabilidad que tienen sobre el resto del país de darse de baja total”, expuso Caraballo Cueto.

La economista Segarra, por su parte, lamentó que el COVID-19 provocara la paralización de las pruebas META. Aludió que la situación no les permitió analizar cuánto más se agravó el índice de aprovechamiento académico.

Aun así, el estudio concluye que “podemos predecir reducciones significativas en el aprovechamiento académico y la matrícula escolar debido a la deserción, la fuga a escuelas privadas y la migración”.

Del mismo modo, la catedrática demarcó que este estudio se realizó para plasmar el impacto que tiene en la población estudiantil los múltiples desastres que han tenido que enfrentar en los pasados cinco años, sobre todo los más pobres o que sufren de alguna discapacidad.

Ofrecen sus recomendaciones

Segarra dijo que el ambiente que se ha creado empujó a estos sectores a ser más marginados.

Expuso que “entender” el efecto dañino que causa la paralización de las clases podría generar política pública que mejore el sistema y hasta que evite la migración o la deserción escolar.

Pero, más que nada, la profesora llamó a atender esas “lagunas educativas” que se han generado en los pasados cinco años para evitar que estos jóvenes lleguen a la adultez sin destrezas necesarias que les ayude a convertirse en ciudadanos productivos.

“Hemos tenido interrupciones tras interrupciones del proceso educativo, así que tenemos una generación que estuvo año y medio o dos años sin educación presencial por María, los temblores y el ‘lockdown’”, afirmó.

“Ha habido maestros que han hecho una labor titánica en las condiciones que están, pero las limitaciones están ahí. Hay que tener un plan con el que nos aseguremos que en vez de empujar a esos estudiantes a que terminen, es que adquieran las destrezas que necesitan”.

Asimismo, los signos que se develaron con el estudio llevaron a los investigadores a sugerir al gobierno un cambio de política pública sobre la importancia que se le da a la educación en momentos de desastres naturales.

Principalmente, se urgió a evitar la interrupción de las clases. A modo de ejemplo, se expuso que se debe retornar al salón bajo ciertos estándares de flexibilidad, como los son permitiendo que no lleven uniformes a la escuela o que no se otorguen asignaciones para realizar en la casa.

El estudio destacó que cerca del 82% de la población estudiantil del Departamento de Educación vive bajo los niveles de pobreza, por lo que queda desprovista de servicios sociales y de alimentación.

Mientras, a los estudiantes de Educación Especial se les detienen además los servicios de terapias y otras ayudas especializadas.

“Si el sistema educativo no mejora su capacidad para reabrir y restablecer los servicios rápidamente después de un desastre, la cantidad de niños en edad escolar seguirá disminuyendo debido a la migración”, se resume en el estudio.

Reacciona Educación

El secretario de Educación, Eliezer Ramos Parés, por su parte, en declaraciones escritas enviadas a Primera Hora explicó que el informe proyecta asuntos que en Educación “hemos detectado y estamos trabajando en beneficio de nuestros estudiantes y de las comunidades escolares”.

“Sin lugar a dudas, las emergencias y desastres naturales evidencian un efecto adverso en los procesos de aprendizaje de los estudiantes de las escuelas públicas y privadas. Del mismo modo impacta fuertemente a las familias de estos estudiantes que, por efecto de estos desastres o emergencias carecen - en ocasiones- de servicios esenciales que les permitan ayudar a sus hijos. Esto incide en moverlos de escuelas lo que podría crear deserción escolar”, indicó el titular de la agencia.

Aseguró que en el Departamento de Educación se ha avanzado con el tema de la tecnología “dotando a cada estudiante con computadoras, ofreciendo ‘vouchers’ para el acceso a internet así como otorgando ‘hot spots’ en algunos casos”. También manifestó que estas ayudas se han extendido a los maestros “para lograr que siempre haya conexión ente ellos”.

“Del mismo modo todas nuestras acciones han estado dirigidas a fomentar las clases presenciales, no solo para cerrar ese brecha de rezago académico sino que esa cercanía nos ayude a trabajar los estados de ánimo de los estudiantes y apoyar con psicólogos y trabajadores sociales cualquier necesidad que tenga el estudiante y/o la familia”, añadió.

Ramos Parés aseguró, además, que se han logrado “grandes avances” en el mejoramiento de notas y destrezas de los estudiantes al implementar por segunda ocasión el Refuerzo Académico Extendido (RAE, en inglés) en la mayoría de las escuelas. “Esa extensión de horario escolar está rindiendo buenos resultados para nuestros estudiantes y atiende parte de rezago causado por las emergencias como huracanes, temblores y pandemia”, manifestó.

El secretario también mencionó que a esos esfuerzos se suman “ampliar las permanencias a docentes, lograr un aumento significativo de salario para los maestros y otorgar incentivos de retención para el área de Educación Especial buscan robustecer las comunidades escolares para dar un mejor servicio al estudiante y asegurar que los maestros estén en las salas de clases”.