Algunos han sido desamparados a su suerte sin explicación alguna, a otros se les ha descuidado de sus necesidades básicas hasta poner en peligro su vida, salud o integridad física, y hay un grupo desprovisto del calor de lo que debe ser un hogar porque sus padres o tutores no tienen la capacidad para manejar alguna condición física o mental de sus hijos.

Son los niños abandonados de Puerto Rico, víctimas de uno de los tipos de negligencia infantil que maneja el Departamento de la Familia (DF) y que en los últimos cinco años ha provocado la activación de la agencia con 154 referidos.

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Así lo informó la dependencia a petición de Primera Hora, al detallar que en 2020 -cuando comenzó la pandemia del covid y hubo una reducción anómala en los casos atendidos en la agencia-, fueron 19 los referidos reportados sobre este tipo de maltrato, una cifra que aumentó a 47 para el año 2021; a 41 para el 2022 y a 42 para el 2023. Hasta mediados de febrero de este año los casos investigados sumaban cinco.

Glenda Gerena, administradora de la Administración de Familias y Niños (ADFAN) del DF, explica que aunque el escenario varía con cada expediente de abandono infantil, la realidad es que estremece pensar en un niño enfermo que no recibe el cobijo y protección de su papá o mamá, ya sea porque carecen de las herramientas para cuidarlo, porque no tienen un buen sistema de apoyo o, simplemente, porque así lo decidieron.

Glenda Gerena, administradora de ADFAN.
Glenda Gerena, administradora de ADFAN. (Vanessa Serra Díaz)

“El abandono infantil es una negligencia y es tan grave como el maltrato físico”, sostiene Gerena.

El Perfil de Maltrato de Menores -un informe analizado por el Instituto de Estadísticas- refleja que entre 2018 y 2022 la negligencia fue el tipo de maltrato más común en la isla con 2,752 casos. El informe precisó que la negligencia consiste en faltar o dejar de proveer alimentos, ropa, albergue, educación, atención de salud, supervisión o falta de comunicación con un menor, según el Artículo 166 A, incisos (3) y (4) del Código Civil de Puerto Rico.

De otra parte, aunque Gerena no pudo precisar cuántos de los 154 referidos registrados en los últimos cinco años por abandono corresponden a niños, niñas o adolescentes con alguna discapacidad o diversidad funcional, reconoció que son múltiples los casos de menores enfermos que son desamparados por sus familias.

“Siempre tenemos menores que los padres no tienen la capacidad de protegerlos cuando tienen una situación compleja. Por ejemplo, existe la situación en que tienen cinco hijos y uno tiene condiciones que requieren tratamiento agresivo, y esas familias entienden que no tienen la capacidad para cuidarlos y prefieren entregarlo al estado voluntariamente. Hay otros casos que se recibe referido porque hay un desamparo, abandono o maltrato evidente y se hace una intervención, se investiga y en algunos casos hay que remover a esos niños”, explicó la funcionaria.

Mencionó el caso de un niño con discapacidad cuya familia lo tenía amarrado y encerrado “pues no sabían cómo asumir la responsabilidad de cuidar a ese menor con discapacidad”.

“Manejar niños con condiciones de salud de por sí es difícil, y muchos al no tener las herramientas, los maltratan”, agregó.

Y, ¿se dan casos de abandono de niños en hospitales?, preguntó Primera Hora.

“Sí, se han dado. No lo vemos a la misma proporción que lo vemos en adultos mayores, pero se dan. Casi siempre son nenes que nacen con condiciones hereditarias. Pero también tenemos, por ejemplo, niños que son víctimas del síndrome de sacudida. Estos son bebés que nacen bien, pero después de nacer sufren este síndrome y quedan con daños cerebrales permanentes. Estos casos se refieren al Departamento de la Familia y, obviamente, asumimos responsabilidad porque fue maltrato, fue una negligencia que llevó a esa condición”, puntualizó Gerena.

¿Qué hace el estado con estos niños o niñas?, se indagó.

“Tenemos varios hogares y, entre estos, está el Hospital del Niño (Guaynabo) donde, actualmente, tenemos 22 menores con diversas condiciones que van desde congénitas, perlesía cerebral microcefalia, bebés con síndrome de sacudida, epilepsia... son niños que los padres cometieron negligencia y el Departamento de la Familia asumió custodia. También tenemos casos en el Hospital del Niño que, simplemente, los padres han dicho: ‘de verdad, no puedo’ y los entregan voluntariamente”, explicó la administradora de ADFAN.

El Hospital del Niño está localizado en Guaynabo
El Hospital del Niño está localizado en Guaynabo (Carlos Rivera Giusti)

El 60% del costo de los tratamientos de los pacientes que viven en el Hospital del Niño, única casa de salud pediátrica en Puerto Rico con servicios de convalecencia a largo plazo a pacientes de hasta 21 años que están bajo la custodia del DF, es subvencionado por el gobierno.

Se invierte un mínimo de $8,900 mensual por cada menor nuestro que está en el Hospital del Niño. Estamos hablando en algunos casos de situaciones bien complejas, de niños conectados a maquinarias. Algunos pasan toda su vida allí, desde recién nacidos hasta que cumplen 21 años, si llegan a esta edad adulta porque, la realidad es que, la prognosis de vida para muchos de estos menores es limitada. Pero la labor que se hace allí, y la entrega con estos niños, es extraordinaria”, subrayó Gerena al indicar que trabajadores sociales de la agencia visitan constantemente las instalaciones para discutir los casos y entablar -en los casos que exista la posibilidad de recuperación- el traslado de los menores a otras facilidades e, incluso, encaminar algún proceso de adopción.

“Si los pacientes mejoran, se pueden ubicar en otra facilidad que tengan otras oportunidades, pero la mayor parte permanecen allí. En cambio, también hemos tenido casos en que los niños quedan bajo custodia legal permanente del gobierno y han sido liberados de patria potestad y han sido adoptados. Y nosotros, como agencia, en esos casos estamos en posición de dar apoyo a esas familias que aceptan a estos niños especiales”, determinó al indicar que en los pasados dos años se han dado tres adopciones y la más reciente fue a inicio de este año.

Adolescentes dejados en hospitales de salud mental

Y dentro del fenómeno de casos de abandono de pacientes en hospitales -que ha aumentado vertiginosamente entre adultos mayores en los últimos años- hay un renglón particular de situaciones que empieza a despuntar y que involucran a adolescentes, según acotó la licenciada Marta Rivera Plaza, directora ejecutiva del sistema de salud mental San Juan Capestrano.

“Lo mismo que vemos en adultos mayores, se da igualmente en adolescentes en las clínicas especializadas en proveer servicios de salud mental. Y nos preocupa mucho, porque la mayoría son muchachos que fueron removidos de sus casas por el Departamento de la Familia, algunos han estado en varios hogares y, por ese mismo patrón de abuso que tuvieron, requieren los servicios de salud mental. El problema es que, después de recibir tratamiento, cuando se les da de alta en el hospital, en esos hogares temporeros ya no los quieren y la agencia no tiene a dónde llevarlos inmediatamente... no hay hogares de menores suficientes para estas necesidades”, argumentó Rivera Plaza.

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Entonces, comienza la ola de complicaciones porque hay pacientes que después de recibir el alta, pasan semanas o meses en el hospital mientras el DF o la Administración de Servicios de Salud y Contra la Adicción (Assmca) identifican un lugar al que pueda transicionar a su próximo nivel de tratamiento o recuperación.

“Pero en ese ínterin, muchas veces tenemos que acudir al tribunal, y en el tribunal nos ordenan quedarnos con los menores internados en lo que las agencias resuelven el asunto. Nosotros hacemos un esfuerzo extraordinario con el paciente y le seguimos dando el servicio y lo adaptamos a sus necesidades, aunque ese menor no deba estar ya en el hospital. Pero buscamos alternativas y lidiar con la situación porque se sienten abandonados... y es que están abandonados”, manifestó la directora ejecutiva al explicar que todo ese tiempo adicional que el paciente pasa en la clínica, redunda en un costo económico extraordinario para los hospitales, pues los planes médicos no cubren las extensiones si no hay criterios que justifiquen esa reclusión.

A modo de ejemplo, agregó que los días denegados por planes médicos -como efecto de pacientes “abandonados” y que continúan hospitalizados, pues no tienen a dónde ir- aumentó de 200 a 1,100 en un periodo de un año. Esto implica un gasto -no recuperado- de medio millón de dólares para la clínica, en este caso Capestrano.

“Y esto está pasando en otras instituciones de salud mental”, añadió la miembro de la Asociación de Hospitales, donde dirige el Comité de Salud Mental, desde donde están tratando de llevar la discusión del tema a la Legislatura a fin de que se enmiende la Ley 408 de Salud Mental de Puerto Rico.

De otra parte, el abandono en estas instituciones hospitalarias especializadas, también se dan por parte de la familia biológica de los pacientes pediátricos.

“Tuvimos un caso que la mamá se fue de vacaciones fuera del país, mientras el paciente recibía tratamiento. Cuando llamamos para el alta, no conseguíamos a ningún familiar. Cuando apareció dijo que es que necesitaba vacaciones... o sea, que fue algo premeditado”, narró.

En estos casos, explicó, se hace un referido al Departamento de la Familia para que actúen. “Pero volvemos a lo mismo, la agencia o Assmca no tienen lugares a dónde se puedan llevar a estos jóvenes inmediatamente. En ese proceso, pasan semanas o meses y ese menor se queda en el hospital, aunque la recomendación médica es que continúe tratamiento en otro ambiente más favorecedor. Es algo triste y por eso necesitamos que el gobierno nos ayude y se busquen alternativas reales a este problema. Queremos ayudar a resolverlo, pero solos no podemos”, dijo Rivera Plaza.

En el caso de Assmca, la administradora, Carmen Bonet, explicó que la agencia encargada de ubicar a los menores es el Departamento de la Familia.

“Assmca solo trabaja con los hogares residenciales de salud mental y dependencia a sustancia para adultos. La Oficina de Organismos Reguladores también licencia centros dedicados a menores. Pero en cuestión de ubicaciones es responsabilidad del DF, ya que la Assmca no ostenta la prerrogativa de custodia o tutela”, indicó la administrada en declaraciones escritas a Primera Hora.