Lo sabe porque la experiencia se lo enseñó de la peor manera. Era el 11 de enero de 2013 cuando lo asignaron a hacer “un cambio de poste, moviendo una línea”. Durante la labor, hizo un contacto con una línea de 30,000 voltios que provocó que quedara sin brazos. 

“Yo trabajaba en la técnica de Río Piedras y me mandaron a trabajar para el área de Isla Verde. Eso le tocaba a la técnica de Carolina. Yo tenía una plaza de sustitución de celador de línea 3, y falta de adiestramiento y experiencia también tuvo que ver con el accidente. Perdí el brazo izquierdo y la muñeca del brazo derecho”, explicó el hombre, que al momento del accidente tenía 35 años. 

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Seis años después, analiza todo lo ocurrido y concluye que, “con ese salario, ahora mismo no vale la pena ser celador. Es poco dinero, demasiado poco dinero para lo que ellos se arriesgan. Y todos los beneficios que le han quitado a ellos. Ha sido injusto”.  

El riesgo que dijo que corren estos empleados de la AEE se debe, principalmente, a que les toca trabajar con líneas energizadas. 

“El trabajo de celador es bien peligroso. Entre más es su rango, más es el peligro. Y el peligro siempre está latente en la Autoridad, porque casi siempre nosotros trabajamos en líneas energizadas, a menos que trabajen soterrada, que soterrado es el único que trabaja con línea muerta”, expuso. 

Pero, ¿cuál es la razón para trabajar con esas líneas energizadas? 

“Es como para que la gente no se quede sin luz”, contestó González Agosto. “Es como una regla que hacen aquí en Puerto Rico, porque en Estados Unidos la mayoría de los celadores no trabajan con líneas energizadas, la mayoría trabajan con líneas desenergizadas (sic). Pero aquí en Puerto Rico tienen la costumbre de trabajar con estas líneas energizadas, cuestión que no vayan a perjudicar a un cliente o vayan a dejar a un sector sin luz”, precisó el que fuese empleado de la AEE por 12 años.

Este riesgo de vida al que estuvo expuesto provocó que González Agosto fuese internado por siete meses en la Unidad de Quemados del Hospital Industrial y trasladado unos quince días a Estados Unidos para unas operaciones adicionales. 

El hombre comentó que la situación fue muy difícil, pues su esposa tuvo que dejar de trabajar para atenderlo. Además, explicó que sus hijos en ese momento tenían nueve y 11 años. 

En los años que han pasado, la familia se ha aferrado a Dios para poder recuperarse del golpe. 

Sufrió un accidente mientras trabajaba como celador de la AEE.

Explicó, además, que “vestirme y esas cosas se me ha hecho un poquito más difícil, pero poquito a poco estamos llegando a la meta”. 

Asimismo, González Agosto se dedica a dar charlas a los celadores sobre su seguridad. Comentó que lo más que les recalca es que no deben ajorarse en terminar un trabajo.  

“Si Dios nos dio una oportunidad de vida a nosotros, a mí y al compañero que está ahora mismo en el hospital, Yamal (O’Neill), es para que se vea lo que se está pasando con los celadores y los trabajos fuertes que requiere un celador de línea y los beneficios que se le han quitado a los celadores de línea”, acotó.  

Esas condiciones que quiso denunciar, según reiteró, es que ese riesgo no cuesta $20 la hora, que es la paga actual de un celador. 

“¿Las personas creen que por $20 eso es para perder un brazo o para perder la vida? De verdad que el celador lleva muchos años mal pagos y por eso es que en Puerto Rico la mayoría de los celadores se están yendo, porque en Estados Unidos es donde le ofrecen mucho más. Le ofrecen dietas mayores que las de aquí en Puerto Rico, se trabaja más cómodo, más limpio, como dice uno. Llevo tiempo diciendo que es injusto el pago al celador y los beneficios que le han quitado a ellos, beneficios que ya habían ganado por convenio”, planteó el hombre, quien recibe el Seguro Social tras ser declarado como “incapacitado” y una paga de retiro de la AEE de $700 mensuales. 

La mayoría de los beneficios con los que no cuentan los celadores fueron quitados a través de la Ley 66, firmada por el exgobernador Alejandro García Padilla. 

Según el presidente de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riesgo (UTIER), Ángel Figueroa Jaramillo, los beneficios eliminados desde el 2016 al presente incluyen la licencia de accidentes, la paga por incapacidad, muerte o jubilación, el bono de riesgo de $650 anuales; las horas extra pasaron de ser dobles a paga y media, así como que ahora deben pagar deducibles en el plan médico de hasta 52%.  

“Sumas todos esos beneficios, es como $7 la hora promedio que hemos perdido”, afirmó el líder sindical.  

Insistió que el celador está mal pago y que esta situación es aprovechada por compañías estadounidenses para hacer tentadoras ofertas. 

“El reclamo es para evitar que se nos vayan los celadores”, puntualizó, al hacer constar que como unión buscan que la AEE aumente el salario de sobre 400 celadores que quedan en corporación pública. 

La Utier llevaba en negociaciones con la AEE desde febrero hasta el pasado 4 de septiembre. Sin embargo, la negociación se detuvo en una oferta que dio la corporación pública de aumentos que rondan entre 10 a 15 por ciento. 

La propuesta de la unión es equiparar el salario al que se devenga en la costa oeste de Estados Unidos, que es de $42 a $45 la hora. Para lograrlo, la Utier continuará con manifestaciones, como las reportadas la semana pasada, en las que paralizaron las Oficinas Comerciales de la AEE. 

“Van a haber movilizaciones. En su momento, el país lo sabrá”, sostuvo.

En medio de este tranque en las negociaciones, González Agosto informó que dio a conocer su historia para que el gobierno pueda conocer y revaluar lo que es un celador. 

“Hay corazones en el gobierno que de verdad se han puesto muy duros y uno lo que quiere es que esos corazones piensen en lo que vive un familiar de cualquier ser humano que ha tenido un accidente, que puede ser un familiar de ellos, que Dios no lo quiera”, sentenció.