Desde hace más de tres décadas, la compañía de Carlos “Tito” Ramírez Irizarry ha transportado a varias generaciones de estudiantes hasta las escuelas públicas de Arecibo, pero, a partir de enero de 2021, el empresario tendrá el mandato de guiar la administración municipal de la Villa del Capitán Correa.

Ramírez Irizarry, candidato popular que derrotó en las urnas al alcalde novoprogresista Carlos Molina, apuesta a que administrará el Municipio de Arecibo con el mismo éxito que ha llevado Tito Ramírez Bus Service y Funeraria Ramírez.

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Para saber el estado actual del ayuntamiento, que opera con déficit, realizará una auditoría de las dependencias y empresas municipales, así como de la corporación Mi Arecibo, Inc. que fue registrada por Molina y por el representante de distrito José “Memo” González, quien todavía figura como el agente residente de la entidad. Desde el 2017, la corporación municipal no presenta informes de sus finanzas al registro de corporaciones del Departamento de Estado.

El alcalde electo sostiene que, una vez reciba los informes de auditoría, determinará cuales empresas y contratos de la actual administración deben continuar y cuales no por perdidosas o porque no cumplen con el servicio requerido. También evaluará el proceso de declaración de estorbos públicos, que fue denunciado como atropellado por algunos dueños de propiedades.

Culminada la auditoría, “donde entendamos que haya violación de ley, lo vamos a referir a las agencias pertinentes porque yo tengo que rendir cuentas a mi gente”.

“Mi pueblo va a estar informado (sobre la situación) que había antes que yo y después que yo esté”, dijo el empresario. “Aquí yo no vengo a tapar nada porque no vengo a hacer nada malo”, afirmó.

Ramírez Irizarry se convirtió en el primer alcalde del Partido Popular Democrático (PPD) desde el 2004. A su juicio, la derrota de Molina fue producto del pobre servicio que prestó a los residentes luego del paso del huracán María. El líder popular sostiene que la proyección que el actual alcalde mantenía en los medios de comunicación era muy distinta a la realidad de su trabajo en esta ciudad.

“Siempre estaba en los medios, en la radio y la televisión y tenía una firma contratada de publicidad, yo no. Adicional a eso, ganó por 19,000 y pico de votos (en 2016) y todo eso le dio una confianza a él y descansó en eso. Por eso creía que abandonar al pueblo no le iba a afectar”, analizó el alcalde electo de la Pava, quien todavía no ha elegido su comité de transición.

Contra la incineración y a favor del conector

Ramírez Irizarry dice estar en contra de la incineración y de cualquier otro proyecto que pueda afectar la salud. Residentes de Arecibo han llevado varias batallas para impedir en su territorio el establecimiento de empresas incineradoras.

“No voy a negociar salud por dinero. El dinero aparece -me voy a encargar de buscarlo-, pero la salud no”, comentó el político. “Para qué quiero un municipio con chavos y un pueblo enfermo”, agregó.

A mediano plazo procurará el ensanche de la carretera 681, en el barrio Islote, y la construcción de un conector que alivie el tránsito y sirva de vía a los vecinos de ese barrio costero en una situación de emergencia. Afirmó que puede haber un balance en la construcción de una nueva carretera sin afectar la zona de amortiguamiento del Caño Tiburones, que ubica en esa área.

“Tiene que haber una forma que no se afecte el caño y lograr ese conector porque se trata de vidas, no se trata de un capricho de un alcalde nuevo”, mencionó.

Otra de sus metas es culminar el plan de ordenamiento territorial, que inició la municipalidad hace más de 30 años, y la declaración de Arecibo como municipio autónomo. También, culminar la canalización del río Grande que provoca peligrosas inundaciones y millonarias pérdidas.

A corto plazo, propone bajar las contribuciones sobre la propiedad y las patentes. Esto a pesar de que los municipios han tenido fuertes recortes en sus ingresos y mayores responsabilidades económicas. Apuesta a que la baja en contribuciones atraiga a empresarios y comerciantes que eligen establecer sus negocios en los pueblos vecinos de Hatillo y Barceloneta.

Además, dijo que logrará recaudos a través del cobro de cuentas atrasadas en esas contribuciones. “Vamos a rescatar un dinero que está en la calle perdido”, destacó.

Donará su sueldo

Por otro lado, afirmó que no usará el sueldo de $96,000 anuales que le correspondería como alcalde.

“Voy a aparecer en nómina y va a llegar el cheque porque tengo que garantizar mi beneficio de Seguro Social cuando me retire, pero el sueldo, lo que se llama el sueldo, va a ser donado en las comunidades en ayudas a nuestros ciudadanos”, explicó.

Ramírez Irizarry dijo que su nueva función pública no será conflictiva éticamente con el funcionamiento de sus empresas porque sus hijas están a cargo de esas operaciones. Su compañía de transporte tiene contratos con el Departamento de Educación, pero ninguno vigente con el Municipio de Arecibo.

“Me desligué de esos negocios. Cualquier consejo que ellas necesiten, cualquier información que ellas necesiten por mi experiencia, yo se las doy, pero ellas son las que corren los negocios”, afirmó.

Para realizar su trabajo contará con dos nuevos senadores populares, Rubén Soto y Elizabeth Rosa. Confía en que sus diferencias políticas con el representante novoprogresista del distrito no interrumpan la colaboración gubernamental.

“Depende de él, cómo él va a actuar de enero para adelante porque tiene aspiraciones de ser alcalde en el 2024. Espero que las aspiraciones no lo cieguen y no me haga la vida imposible, porque si me hace la vida imposible nos vamos a enfrentar en cualquier foro”, aseguró.