La Junta de Supervisión Fiscal (JSF) anunció la presentación del nuevo plan fiscal 2020, contemplando un sombrío panorama económico, provocado por la crisis sanitaria de la pandemia del Covid-19, que se estima tendrá un impacto más o menos igual de severo que el que dejó el devastador huracán María en 2017, y concediendo al gobierno un periodo de gracia de un año para poner en vigor reformas necesarias, sin impulsar recortes de personal ni disminuciones significativas en presupuestos a las agencias.

La directora ejecutiva de la JSF, Natalie Jaresko, comentó que la propuesta de plan fiscal 2020, que sería discutida este miércoles por los miembros del ente fiscalizador una reunión virtual, revisa las cifras y proyecta que Puerto Rico tendría un decrecimiento económico por los próximos años.

Jaresko, sin embargo, subrayó que de las crisis surgen oportunidades, y en el caso de Puerto Rico esta puede ser la ocasión para “crear un nuevo paradigma y un nuevo comienzo”, en particular si “nos enfocamos en los problemas, buscamos nuevos enfoques y nos motivamos para trabajamos aun más fuerte”.

La directora ejecutiva sostuvo que la Junta ha pasado los últimos dos meses trabajando con el plan fiscal, analizando en detalle el impacto de la pandemia del Covid-19 y cómo se vislumbra la economía, ahora que comienza a reactivarse luego del prolongado cierre provocado por la crisis sanitaria y afirmó que “más allá de toda la incertidumbre, creemos que es el mejor pronóstico posible en las actuales circunstancias”.

El impacto del Covid-19 en la economía de Puerto Rico es severo. Nuestro análisis muestra que la economía de Puerto Rico se contraerá en un 4% en el actual año fiscal 2020. El panorama económico es similar al que quedó luego del huracán María, con un marcado declive en el GNP (Renta Nacional Bruta) real y una muy modesta recuperación de 0.5% para año fiscal 2021, impulsada por los fondos de recuperación de la Ley CARES, fondos CDBG-DR y de FEMA (Agencia Federal de Manejo de Emergencias)”, detalló Jaresko.

Agregó que las proyecciones de la JSF muestran que la caída del GNP continuará en los años fiscales 2022 y 2023, y estará cerca de 0 de crecimiento en 2024 y 2025.

“Dicho de manera más sencilla, la economía de Puerto Rico se contraerá por los próximos cinco años”, afirmó Jaresko.

Esa proyección coloca al gobierno en números rojos a partir del 2032 en adelante, o sea, seis años antes de lo estimado en el plan fiscal anterior.

Además, este plan fiscal proyecta un superávit presupuestario de $8,000 millones entre los años fiscales 2020 y 2032 “en el mejor escenario”, lo que representa una disminución de cerca de 65% con respecto al superávit de $23,000 millones que proyectaba el plan fiscal anterior. Jaresko no abundó en el efecto inmediato que tendría la disminución de superávit presupuestario en el pago de la deuda.

Jaresko destacó la importancia de implementar las reformas y métricas impulsadas por los planes fiscales para impulsar la economía, y aseguró que las mismas han logrado cambios relevantes para tener un gobierno más costoefectivo, y además le proveyeron al gobierno una reserva y el capital necesario para enfrentar situaciones de emergencias como la que atraviesa.

No obstante, subrayó que el gobierno ha fallado en propiciar cambios significativos en aras del desarrollo económico, reformas estructurales o cambios operacionales.

“Es por eso que este plan fiscal implementará una pausa de un año en la reorganización de personal del gobierno, para poder concentrar todos los esfuerzos en la implementación de reformas, que son la solución para la recuperación de Puerto Rico”, anunció Jaresko, explicando que no se contempla reducción de personal en las agencias de gobierno durante ese periodo de un año.

Agregó que la pausa también incluye un año de aplazamiento en la reducción de los subsidios a los municipios.

“Eso quiere decir que el gobierno va a tener un año para poder enfocar todos sus esfuerzos no solo en aumentar sus ahorros, sino en poner en práctica cambios sustanciales en su forma de operar, su forma de proveer servicios, su forma de interactuar con negocios, y en la creación de una economía más competitiva”, insistió Jaresko.

No es una invitación a que no hagan nada. Lo que buscamos es dar la oportunidad al gobierno, en medio de este ambiente difícil, de redoblar sus esfuerzos, tratar de lograr un cambio real, que resulte en mejoras reales, que ayuden al gobierno a gastar adecuadamente el dinero que invierten sus contribuyentes invertir, y a respaldar un crecimiento económico sostenible”, advirtió Jaresko, recordando que las dilaciones en la implementación de reformas descritas en planes fiscales anteriores han retrasado el progreso económico.

Afirmó que el plan contendría “cambios detallados que deben ocurrir”, y puso algunos ejemplos, como un plan de regreso a clases para el Departamento de Educación, con registros de asistencia y uso de tiempo para todos los empleados y estudiantes; y un efectivo plan de teleconsultas para el Departamento de Salud que se enfoque en servicios de salud esenciales.

Bajo el nuevo plan fiscal que se presentará, el presupuesto general con que contará el gobierno para el próximo año fiscal será de unos $9,500 millones, más o menos similar al que tuvo en el más reciente año fiscal.

De igual manera, el nuevo plan fiscal no contempla una reducción del subsidio a la Universidad de Puerto Rico (UPR) para el próximo año fiscal, dejándolo al mismo nivel actual. Además, se mantendrá el fondo de becas manejado de forma independiente para asegurar que ningún estudiante se quede fuera por razones económicas.

Por otro lado, Jaresko agregó que, aprovechando la coyuntura, el plan fiscal incluye “nuevas inversiones sustanciales en la gente de Puerto Rico”. Dijo que se destinarán fondos para “gastos capitales en hospitales públicos, contratación de enfermeras para escuelas públicas, establecer un fondo para una beca que motive a graduados de medicina a servir fuera de las áreas metropolitanas, añadir tratamientos de opioides y hepatitis, y un aumento en reembolsos por servicios de proveedores de salud primarios, proveedores ambulatorios especializados y hospitales”.

Subrayó asimismo que el plan fiscal 2020 incluye también inversión en educación para mejorar la enseñanza del inglés, buscar mejores resultados en las escuelas, crear tarjetas de rendimiento escolar específicas para medir asistencia de maestros y estudiantes y los niveles de graduación, y pagar la deuda de previos aumentos de salario a maestros transitorios.

El plan también contempla inversiones en el sector de seguridad pública, para el tercer y último pago de salarios adeudados a la policía, para la pagar la segunda parte del aumento de 30% anunciado el año pasado, para financiar el reclutamiento y entrenamiento de cadetes, para financiar la contratación de más personal de manejo de emergencias, y la compra de más equipo para los bomberos.

Por último, afirmó, el plan fiscal también incluye “una inversión sustancial” para mejorar el acceso a internet y la capacidad tecnológica en la Isla, incluyendo mejorar el acceso a internet de banda ancha en áreas rurales, y ofrecer entrenamientos en negocios y tecnología para preparar mejor a la fuerza laboral ante esta economía cambiante. Abundó que, más allá del dinero que pueda destinar el gobierno para desarrollo tecnológico como parte de sus gastos capitales, en este plan se destina una partida de $450 millones para dos proyectos a estos fines: $400 millones para desarrollar infraestructura que permita el acceso a internet de banda ancha a través de toda la isla; y $50 millones para ofrecer entrenamiento laboral para los trabajos del futuro.

El plan se haría público a partir de este miércoles 27 de mayo, en el portal oficial de la JSF.