Ante una fuerte presencia policíaca, mujeres y hombres,  afiliados a una treintena de organizaciones sindicales, exigieron  ayer su derecho de entrar al Capitolio como lugar público, mientras el presidente de la Cámara de Representantes, Carlos “Johnny” Méndez, se vio obligado a posponer el debate del proyecto 938, que recorta beneficios laborales a los empleados del gobierno.

La medida sería aprobada ayer,  pero con su intenso cabildeo, los sindicatos lograron que el proyecto de ley sea evaluado hoy en una vista pública. La pieza legislativa, que es parte del plan fiscal del gobernador Ricardo Rosselló, fue considerada  en una vista relámpago el pasado jueves a la que no fueron convocadas las uniones obreras.

En la tarde de ayer hubo momentos de tensión cuando los obreros caminaron junto con los líderes de los sindicatos hasta el anexo de la Cámara para exigir que se les permitiera entrar a la Casa de las Leyes, pero no se registraron incidentes, a pesar de que en el interior del edificio, frente al detector de metales, los aguardaban apostados decenas de policías de la Unidad Motorizada de San Juan.

“Queremos entrar, queremos entrar”, demandaban los unionados mientras se desplegaban en una larga fila. Algunas decenas lograron  acceder a las gradas y otros se dispersaron por los pisos del Capitolio, no sin antes, ser anotados uno a uno en una lista, además de  presentar su licencia de conducir. 

Después que entraron los primeros 50, un empleado de seguridad interna le dijo a la guardia de seguridad que anotaba a los que entraban: ‘No dejes pasar a más nadie”. Poco después, el representante Manuel Natal Albelo se plantó a uno de los lados y reclamó que había presentado una moción en el hemiciclo para se permitiera entrar a todos los manifestantes.

“El acceso al Capitolio es un derecho, no es un privilegio. Cuando presenté la moción, el presidente de la Cámara dijo que se le estaba dando acceso a todo el mundo y ahora vemos aquí que es un acceso limitado. Eso no puede ser. La Casa de las Leyes es para todo el mundo”, sentenció Natal.

“Mañana (hoy) vamos a continuar sin descanso aquí con nuestras matrículas para que este proyecto no sea aprobado y que el pueblo indignado se manifieste”, exclamó, por su parte, el presidente de la Federación del Trabajo de Puerto Rico, José Rodríguez Báez.

El líder sindical indicó que “inundar el Capitolio de Policías y agentes encubiertos es completamente impropio y, además, es una burla al derecho que tenemos en la democracia”.

Ada Quiñones, de la Unión General de Trabajadores, dijo que entró y salió corriendo de las gradas de la Cámara porque en ese momento los representantes debatían un proyecto contra los universitarios. “No me pude aguantar. Estaban despotricando contra los estudiantes y contra los trabajadores. Es una injusticia”, expresó la mujer, que labora en el Centro Médico de Río Piedras.

“Nos han quitado todo lo que teníamos. Ahora nos van a quitar vacaciones y nos van  dejar sin  plan médico”, dijo una afiliada a la Unión del Fondo del Seguro del Estado. 

“Se nos va la vida con este proyecto de ley. No sólo va en contra los trabajadores, sino que empobrece   más a nuestra familia”, indicó por su parte, el presidente de la Unión Independiente Auténtica de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), Pedro Irene Maymí.

“Ha llegado el momento en que el gobierno enfrente a la Junta (de  Supervisión Fiscal)… Aquí no hay garantía de que no van a haber despidos y que no vaya a haber reducción de jornada”, recalcó Irene Maymí, quien al igual que otros líderes sindicales, entre ellos, los gremios magisteriales del Frente Amplio en Defensa de la Escuela Pública, se reunieron más temprano de forma separada con el presidente cameral. Éste les notificó entonces, que el proyecto no se debatiría ayer y que les daría oportunidad de expresarse en vistas públicas.

“Estamos haciendo causa común y si se deroga para unos, tiene que ser para todos los sectores”, dijo Eva Ayala, del grupo Educamos. Indicó que Carlos “Johnny” Méndez les informó que iba a hacer la vista “y a recoger algunas recomendaciones para ver si podían trabajarlas como enmiendas, pero no hubo un compromiso”.

Otro líder obrero, Víctor Villalba, del Comité Ejecutivo de la Central Puertorriqueña de Trabajadores, afirmó que lo que se está aprobando es el plan fiscal del gobernador. 

“Que no crea el gobernador que se puede zafar de esto echándole la culpa solamente a la Junta… Igual de malo es el que aguanta el cabro, como el que lo mata”, sostuvo Villalba.

Después de enterarse al mediodía de que el proyecto no se aprobaría ayer, los líderes sindicales indicaron que la protesta que habían convocado para horas de la tarde de ayer seguía en pie. 

Poco después, los manifestantes se aglomeraron en la Plaza de la Democracia, frente al ala norte del Capitolio, donde montaron un gigantesco piquete que por un momento llegaba hasta la llamada Lomita de los Vientos.

“El derecho, la libertad y la dignidad, por encima de todo”, decía desde un micrófono uno de los organizadores, leyendo el pensamiento que tiene grabado el Capitolio en la parte superior de la escalinata norte.  “El Capitolio es nuestro, es de todos”, repetía mientras los manifestantes marchaban alrededor de la plazoleta.

Hoy se espera que más sindicatos lleguen hasta la Casa de las Leyes, ya que además de la vista pública sobre el Proyecto 938, los sindicalistas anunciarán desde el Capitolio sus actividades del Día Internacional de los Trabajadores.