¿Qué implica para Puerto Rico que hayan detectado la variante Ómicron en Estados Unidos?

El análisis a la interrogante la hicieron especialistas en epidemiología y salud pública que coinciden en que retornar a restricciones drásticas está lejos de ser una solución y que la mejor manera de reducir la transmisión del SARS-CoV-2, en cualquiera de sus variantes, es ampliando la vacunación, estableciendo un agresivo plan de realización de pruebas moleculares y reforzar la vigilancia genómica en puntos estratégicos como los aeropuertos.

Mientras los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) daban a conocer el miércoles que se identificó en Estados Unidos el primer caso de la variante Ómicron, en Puerto Rico un equipo de científicos liderados por la Primera Oficial de Epidemiología, Melissa Marzán, se reunían para darle continuidad a los planes de logística y operacionales de una robusta red de vigilancia genómica que se prevé integrar, principalmente, a través del aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín, en Isla Verde, y en los contagios de COVID-19 que se identifiquen en hospitales y centros de cuido prolongado, entre otros.

Se estima que después de Thanksgiving en Puerto Rico hay un flujo de entre 15,000 a 18,000 pasajeros que arriban diariamente a través del aeropuerto internacional, por lo que a nivel de gobierno las estrategias están enfocadas en ese escenario, aunque los controles se extenderán a los aeropuertos de Ponce y Aguadilla.

Y es que el consenso científico, y enfatizado el miércoles en una conferencia de prensa con miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es la importancia de que los gobiernos apoyen estrategias como la que se asumió en Sudáfrica, donde se tuvo la capacidad de identificar la variante con la realización de pruebas moleculares y secuenciación de genómas.

Portavoces de la OMS han hecho hincapié en que no hay bases cientificas que validen que las prohibiciones de viaje sean la respuesta contra la Ómicron y reiteraron que la vigilancia genómica y la aceleración de esfuerzos de vacunación son las mejores estrategias contra cualquier variante, incluida la Delta, pues esta sigue siendo la principal fuente de contagios en todas las regiones en esta etapa de la pandemia. El uso de la vacuna no previene contagios, pero estudios científicos demuestran que disminuye los riesgos de enfermedad severa y muertes.

“Básicamente, nosotros también estamos alineados con esas medidas y respaldamos que haya un esfuerzo de vigilancia genómica en los aeropuertos. Estamos montando la parte operacional porque queremos que cuando empiece la gente comprenda cómo va a funcionar”, expresó Marzán.

“Como ha ocurrido durante toda la emergencia, algunas informaciones cambian rápidamente. Apenas Estados Unidos acaba de detectar su primer caso y, probablemente, el gobierno federal estará haciendo anuncios sobre medidas que nosotros queremos alinear a nuestros esfuerzos”, agregó la Epidemióloga del Estado.

Reiteró que es “cuestión de tiempo” para que la variante Ómicron se detecte en Puerto Rico pues ha demostrado ser potencialmente más transmisible que la Delta. Según la OMS, desde que Sudáfrica alertó a al comunidad científica la semana pasada, la Ómicron se ha detectado en 23 países, entre estos Israel, Italia, Japón, Corea del Sur, España, Irlanda, Suecia, Australia, Bélgica, Alemania y República Checa, entre varios países de África.

“Definitivamente la detección es parte primordial de la respuesta y el testing sigue siendo un pilar importante. Por eso lo que se está evaluando desde el punto de vista de vigilancia en los aeropuertos es diseñar un plan para monitorear diariamente una muestra representativa de los pasajeros que llegan a la isla. Todo se haría mediante una invitación voluntaria y siempre resaltando que se trata de un testing de vigilancia”, acotó Marzán.

Entre los que está colaborando estrechamente con la red de vigilancia genómica de Puerto Rico está el profesor y miembro de la Coalición Científica, Marcos López Casillas, quien también es el gerente de investigaciones del Fideicomiso de Salud Pública.

“La ofensiva que tenemos junto al Departamento de Salud nos prepara para identificar lo más rápido posible esta y otras variantes que puedan llegar a la isla y que sabemos que es probable que esto ocurra pronto. Como todos sabíamos el surgimiento de variantes es común en circunstancias como las que estamos viviendo en esta pandemia. Era de esperarse que llegaría a Estados Unidos. Incluso, creo que eso también habla mucho de las posibles deficiencias de algunos estados en detectarla porque yo hubiera esperando que la hubieran detectado más rápido, en los pasados días”, sostuvo el profesor de la Universidad de Puerto Rico.

A las gestiones de Salud y el Fideicomiso se unen las labores que simultáneamente se realizan por miembros de la academia y la ciencia en lugares como la Ponce Health Sciences University, CDC Dengue Branch, CDC en Atlanta, entre otras alianzas puntuales como la que hay con la Universidad de Yale y la Universidad de Puerto Rico.

El científico explicó que lo importante de los sistemas de vigilancia genómica es que establecen las características de las variantes que afectan por regiones y ayudan a los gobiernos a establecer mejores estrategias de contención a nivel epidemiológico.

“Sí, tenemos que preocuparnos con esta variante porque así lo ha clasificado, incluso, los CDC. Esta es una variante de preocupación como lo es la Delta. Pero la mejor forma de protegernos es hacer lo que hemos fomentado en toda la pandemia: ser prudentes, seguir con el uso de mascarillas y lavado de manos y continuar con la vacunación. Este es el momento para que el que no se ha vacunado, lo haga y que el que necesita refuerzo vaya a ponérsela. Aún no sabemos si Ómicron causa enfermedad más severa que la Delta, o si logra evadir tratamientos o tienen un potencial impacto en la neutralización de anticuerpos. Pero lo que sí sabemos es que continuamos con la amenaza de Delta -que ahora mismo está ocasionando repuntes en Europa- y que la vacunación es la mejor forma de salvar vidas”, puntualizó López Casillas.

De hecho, mencionó que en Puerto Rico se han detectado varias variantes del coronavirus que han hecho escante en otros países, entre estas la Alfa, la Beta, la Iota y la Mu.

“En la isla tuvimos la Mu que causó muchas muertes en Colombia, pero aquí no hubo mayores situaciones de transmisibilidad. Por eso te digo que no nos podemos adelantar. Hay que vigilar, secuenciar, monitorear y ver cómo se comporta esta variante en comparación con otras terribles que hemos tenido como la Delta”, subrayó.

La variante Delta se detectó en Puerto Rico en julio y fue la causante de un repunte de casos que provocó nuevas restricciones ante el alza sostenida de contagios, hospitalizaciones y muertes. Entre agosto y septiembre en la isla fallecieron 581 personas a causa del virus. Afortunadamente la situación se pudo contener y actualmente hay una tasa de positividad por debajo del 3%, mientras que hospitalizaciones y fallecimientos han bajado exponencialmente. De otra parte, el 72% de la población está totalmente vacunada, mientras que el 82.5% ha recibido al menos una dosis.

Los CDC dieron a conocer el 1 de diciembre que la variante Ómicron se detectó en California (Estados Unidos) a través de un pasajero que regresó al país proveniente de Sudáfrica. Se dijo que el hombre llegó a América del Norte el 22 de noviembre y arrojó positivo el 29 de noviembre.

Los informes indican que el ciudadano no presenta síntomas graves del virus y está vacunado contra el SARS-CoV-2. Sus contactos más cercanos resultaron negativo a pruebas que se les tomaron recientemente. Inmediatamente el presidente Joe Biden fue informado sobre la confirmación del primer caso y se espera que para el jueves emita declaraciones referente a las estrategias del gobierno federal.

“El equipo médico del presidente sigue creyendo que las vacunas existentes proporcionarán algún nivel de protección contra una enfermedad grave que pueda causar ómicron, y las personas que han recibido refuerzos tienen una protección aún mayor. Como tal, instamos a todos los adultos a recibir sus vacunas de refuerzo y vacunar a sus hijos y a ellos mismos, si aún no lo han hecho”, indicó por su parte el coordinador de la respuesta federal al COVID-19, Jeff Zients.

Científicos de Sudáfrica reportaron la detección de Ómicron a la OMS el 24 de noviembre. Sin embargo, nuevos hallazgos indican que la mutación del coronavirus ya se encontraba en Europa cerca de una semana antes de esta fecha.

Estados Unidos prohibió desde el pasado lunes los vuelos de ocho países de África: Botsuana, Suazilandia, Lesoto, Malaui, Mozambique, Namibia, Sudáfrica y Zimbabue. La Unión Europea, Canadá, Reino Unido, Israel y otros lugares han impuesto medidas similares.

Actualmente, en Puerto Rico hay reglamentos vigentes para personas que llegan en vuelos internacionales y que tienen que llenar una declaración de viajero con información personal, historial de vacunación y una prueba negativa tomada al menos 72 horas antes del arribo. Si el pasajero no está vacunado, la prueba debe realizarse 24 horas antes. En el caso de vuelos domésticos (entre Estados Unidos) no hay que presentar prueba negativa, pero sí hay que llenar la declaración de viajero.

“También tenemos el sistema Sara Alert y nuestro llamado es que respondan las preguntas que se les envían a los viajeros. Y si usted regresó de un viaje y tienen síntomas, aunque sean leves, vaya a realizarse la prueba de detección. En el caso de vuelos internacionales se recomienda que se haga la prueba molecular entre el día tres y el día cinco”, subrayó Marzán recientemente a este diario.