Si hace varias semanas estaban con los pelos de punta, hoy la desesperanza y ansiedad que sienten es peor luego que ingenieros estructurales ordenaron un “desalojo mandatorio” de sus apartamentos ante la eventualidad de que un sismo afecte la estructura.

Al sol de hoy, más de 60 vecinos de la Cooperativa de Vivienda La Ceiba, en Ponce, siguen durmiendo en casetas, en sus autos o a la intemperie en los alrededores de las dos torres de 17 pisos, cada una.

Este complejo alberga a 337 familias y tiene subsidio del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de Estados Unidos (HUD), bajo Sección 8.

Cuando visitamos el lugar la semana pasada, los vecinos denunciaron que aún cuando una certificación de un ingeniero estructural mostró que no se encontraron “grietas o daños significativos en los elementos estructurales principales” ellos no confiaban “porque los daños físicos que tienen sus apartamentos” eran visibles y mostraban condiciones precarias.

La exigencia era que se evaluara cada unidad y eso fue lo que ocurrió esta semana.

Ahora dicen que el tiempo les dio la razón.

Ayer, recibieron sendas comunicaciones en las que se ordenó el desalojo inmediato de una de las torres, la 100-D, para realizar unos trabajos.

La otra torre, la 400, se les dijo que “no presenta los mismos problemas” pero aún así los vecinos siguen preocupados.

En un recorrido que hizo Primera Hora ese día, los residentes mostraron grietas profundas en paredes y pisos de sus apartamentos.

Una de las misivas firmada por la administradora de la Cooperativa, Nicole Alexandra Rivera, y entregada a los vecinos, establece que aunque una inspección preliminar arrojó que no había daños estructurales, luego de una inspección minuciosa del interior del edificio y los apartamentos “se determinó que existen algunos daños cosméticos que pueden representar un peligro para los residentes en caso de que hayan más temblores”.

En la otra carta, firmada por el señor Santiago Capetillo, presidente de la compañía administradora MAS Corporation, se establece que luego de la inspección de los apartamentos, si se certifica “que no son habitables” se comunicarán con el socio para orientarles sobre las alternativas que tienen bajo Sección 8 y la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).

Ante esa realidad, ya ningún residente podrá regresar a su apartamento en esa torre “hasta que no se hagan los arreglos necesarios” o se confirme que el lugar está apto para vivir.

“Ayer vinieron unos ingenieros (el que fue anteriormente y otros del seguro de la Cooperativa) que han estado inspeccionando las unidades y determinaron que de los pisos del 1 al 5 las paredes internas estaban muy agrietadas y por seguridad de los residentes decidieron que se desalojara el edificio”, expresó Ondaly Batista, vecina del piso 17.

Dijo que se les informó que con un sismo fuerte “algunas paredes comprometidas puedan ceder y haber una desgracia”.

“Nos sentimos desperados. No sabemos a ciencia cierta qué va a pasar. No tenemos una explicación de qué se va a hacer a partir de este momento, cuál va a ser la ubicación”, denunció la vecina del piso 17 que dijo desconocer a qué se refieren cuando se habla de hacer arreglos cosméticos en los apartamentos.

Aunque aceptó que la administración trabaja en la búsqueda de viviendas subsidiadas de las personas que tienen Sección 8, a los vecinos le preocupa la situación porque la falta de residencias no es solo allí, sino que es un problema de toda la zona sur ante los sismos que han afectado muchas estructuras.

“¿Para dónde vamos a realojar todos estos pueblos del sur…?”, cuestionó.

Batista dijo que se le recomendó a las personas que no tengan familiares que le den alojo, o a los que están enfermos y no puedan pernoctar a las afueras de las torres, que se muevan al refugio base en Ponce, en el Paquito Montaner.

Sobre el proceso que están siguiendo para recoger algo de sus pertenencias, informó que los están dejando subir de tres en tres, con un casco en la cabeza, y le dan unos diez a quince minutos para que se lleven algo importante. Ya no suben más.

Mañana los residentes que faltan seguirán poco a poco recogiendo algunas cosas.

Otros vecinos denunciaron la forma en que se está llevando a cabo el desalojo.

Denunciaron que fueron corriendo a tocar las puertas para decirle a los pocos vecinos que estaban arriba que tenían que salir inmediatamente.