Inspiradas por la “transformación social” que aseguran ocurre con el método Montessori, Karla Orriols Rivera, del Instituto Nueva Escuela (INE) y Marlyn Rodríguez Fernández, secretaria auxiliar Montessori bajo el Departamento de Educación (DE), iniciaron un camino que no ha tenido retorno y que las ha llevado a acompañar a 58 escuelas públicas que, este semestre escolar, impartirán la pedagogía montessoriana.

El camino no estuvo siempre claro, como ahora.

Años atrás, mientras iba a su trabajo, Rodríguez Fernández solía ver el letrero de un colegio Montessori. Aunque llamaba su atención, no fue hasta que uno de sus profesores universitarios le requirió exponerse a corrientes educativas no tradicionales, que atravesó las puertas del aula que la hizo apasionarse por ese método educativo.

“Me paré y pregunté si podía observar, y me dieron la oportunidad de hacerlo… Ciertamente, al ver la independencia (de los estudiantes), el trabajo, la consistencia, yo decía ‘wow’”, contó la educadora a Primera Hora sobre su primera exposición a este tipo de enseñanza, en una entrevista en la que dijo que en ese momento pensaba que los beneficios que le veía solo eran posibles porque se trataba de un colegio privado con “padres comprometidos”.

Orriols Rivera, por su parte, buscaba aportar al País cuando se topó con una convocatoria de empleo de INE a la que decidió solicitar.

“Yo trabajaba en una industria totalmente diferente a la educación… Hoy por hoy, estoy aquí”, narró la joven, quien tras su entrada se certificó como guía de Montessori en el mismo INE.

Y es que el instituto, como explicó Orriols Rivera, “se organiza en dos grandes corazones”. Una parte de las funciones de la organización sin fines de lucro es el Programa Académico, mediante el cual forman maestros y maestras en la filosofía y metodología Montessori.

La metodología Montessori, que nació en Roma, Italia, a manos de María Montessori, promueve la libertad del niño a través de un ambiente ordenado que le permita desarrollar sus capacidades de manera individual, respetando su autonomía y sus tiempos.

La organización de los niños incluye la agrupación multi-edad, que busca que los menores aprendan de los mayores, y que los mayores refuercen su conocimiento ayudando a los más jóvenes.

Esa filosofía y metodología es la que el INE y Rodríguez Fernández fomentan desde el 2014, cuando iniciaron en conjunto un proceso para que el DE confirmara que el currículo Montessori cumplía con los estándares y expectativas que el DE tenía en aquel momento.

“Una vez se demostró eso, fue bien significativo el llevar a estas personas del currículo regular que dirigían los programas en el DE, a que vieran una escuela (Montessori). Cuando la vieron, empezaron a mirarla con otros ojos”, contó Rodríguez Fernández.

Cuatro años después de ese primer ejercicio con el DE, en 2018, el entonces gobernador Ricardo Rosselló firmó un proyecto de ley que creó la Secretaría Auxiliar Montessori y que permitió un acuerdo con el INE para guiar a las escuelas públicas en esta filosofía de aprendizaje. Esa misma ley estableció concretamente el proceso de incorporación.

Desde entonces, ambas féminas han trabajado para ayudar a las comunidades que quieren dar el paso. El proceso para llevar a una escuela a utilizar este método educativo no es lineal, ni tiene unas instrucciones escritas en piedra, pese a ser incluido en la ley, como explicaron, pero sí requiere primordialmente el consentimiento de las familias, de la dirección escolar y de la facultad.

Y es que el primer paso para que una escuela comience la transición a ser Montessori es que sea la propia comunidad escolar la que haga el acercamiento.

“Las escuelas comienzan con un interés, puede ser a través de las mismas familias que ya conocen sobre el modelo en otras escuelas, las mismas maestras que se van enterando de otras compañeras que también forman parte del proyecto, y así va naciendo un interés comunitario. Luego de eso, se le hace un acercamiento a la Secretaría Auxiliar de Educación Montessori, y nosotros (en el INE) en colaboración con ella, visitamos la comunidad. Y pues, ahí le presentamos el proyecto y le hacemos una breve orientación… Se les ofrece un poquito más de información, porque hay una transformación social antes de la llegada de la pedagogía Montessori a la escuela”, contó Orriols Rivera sobre el proceso.

Marlyn Rodríguez Fernández, secretaria auxiliar Montessori
Marlyn Rodríguez Fernández, secretaria auxiliar Montessori (Suministrada)

La evolución social que menciona la directora del Programa de Transformación Escolar requiere que se trabaje con cada escuela de manera independiente, considerando sus necesidades, metas y prioridades educativas.

En ese proceso, algunas escuelas deciden iniciar totalmente, otras deciden comenzar por la Casa del Niño, que agrupa menores de 3 a 6 años; y seguir evolucionando la enseñanza montessoriana conforme esos primeros niños vayan también creciendo.

La transformación escolar que ocurre en la transición implica no solo cambios en el método educativo, sino también en la manera en que se evalúa el desempeño de los menores.

“Nosotros no damos notas. La guía Montessori está entrenada para observar al niño, observar sus características, tomar notas. Es una observación constante de la guía hacia el niño y se completa un informe narrativo que persigue esas características, y va por área curricular. Las presentaciones ofrecidas y una descripción de cómo el niño tuvo el acercamiento con esas presentaciones. Más allá de una nota, que no te puede decir mucho más allá de una A, B o C, hay un informe narrativo que te dice cómo el niño o la niña trabajó, y también se observa mucho el desarrollo de carácter dentro de la escuela”, explicó Orriols Rivera.

Karla Orriols Rivera, directora del Programa de Transformación Escolar del Instituto Nueva Escuela
Karla Orriols Rivera, directora del Programa de Transformación Escolar del Instituto Nueva Escuela (Suministrada)

Con estas particularidades, comenzarán este semestre escolar ocho nuevas escuelas públicas bajo el método Montessori. Estas son: Escuela Elemental Nueva Factor V en Arecibo, Escuela Evaristo Camacho en Manatí, María I. Dones en Fajardo, Tulio Larrínaga en Trujillo Alto, El Señorial en San Juan, Susana Rivera en Coamo, y los planteles toabajeños Benigna Caratini y María J. Corredor.

La cifra de nuevas escuelas implica, además, un total de 13 más que las registradas en el semestre escolar 2021-2022.

Con el avance, Rodríguez Fernández se convenció de que encontró, de igual forma, padres y comunidades comprometidas en el sistema público.

“Yo creo que hemos avanzado mucho, porque las comunidades se han apoderado de lo que es Montessori. Entonces, uno lo que hace desde allá (la Secretaría Auxiliar) es apoyar lo que las comunidades ya saben que necesitan”, terminó diciendo la también maestra.

Las clases en el sistema público de enseñanza del País arrancan el próximo 16 de agosto.