Cabo Rojo. La plaga de las iguanas de palo que hay en la Isla se ha tornado en un dolor de cabeza para los agricultores y hasta para las personas que mantienen huertos en sus hogares, pues cuando menos se lo esperan los frutos que con tantas ansias esperan poder vender o probar desaparecen en un santiamén.

Estos reptiles, nativos de Centro y Suramérica, fueron introducidas en la Isla como una mascota exótica para la década de los años 70 y 80. Las personas las compraban atraídos por su color verde iridiscente, pero cuando se tornaban grandes las soltaban en todos lados. Ahora se suelen verse en bosques, ríos, piscinas de hoteles y hasta en la zona metropolitana.

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Pareciera que no hay solución para este mal. Estas iguanas se reproducen rápidamente y toman posesión de su territorio con facilidad, porque son pocos los depredadores que las atacan.

Una iguana hembra puede poner hasta 70 huevos en cada periodo de  reproducción, que se extiende de diciembre a marzo.
Una iguana hembra puede poner hasta 70 huevos en cada periodo de reproducción, que se extiende de diciembre a marzo. (Jorge A Ramirez Portela)

Sin embargo, un humilde pescador, que lleva 42 años laborando en diferentes facetas dentro del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), como operador de embarcaciones, asistente de biólogo y ahora en el proyecto de atrapar primates en el suroeste, ideó una trampa que por el pasado año ha sido muy efectiva en las fincas y lugares que la han probado.

Miguel Román Mercado, a quien todos llaman cariñosamente “Guelo”, es tímido. Hubo que comer piña junto a él para capturar su atención y que se sintiera libre de exponer su creación. Dejó escapar, entonces, su voz alta de campesino y sus destrezas, las que ha logrado gracias a que es un autodidacta.

En esencia, para la trampa se necesita tela de alambre, igual o más fuerte a las que se usan para hacer corrales de gallina, y posiblemente, un día de dedicación, si no es una persona habilidosa.

“Esta nasa es un prototipo de una nasa de pesca, posiblemente bien parecido a una nasa del hondo (del mar), de chillo, de coger chillo, adaptada a la tierra para poder coger iguanas. Surgió la idea de hacer esta nasa porque Ricardo López, (director interino de la División de Investigación y Manejo Pesquero Comercial del DRNA), tenía un problema que nosotros no podíamos coger los monos, porque ya la cantidad de iguanas no nos dejaba la fruta. Se desaparecían las frutas de las otras trampas y cuando nos dimos cuenta, era que ya la cantidad de iguana estaban dominando el ambiente de una manera y ya no se podía (atrapar mono) y hubo que buscar alternativa. La alternativa que surgió fue tratar de hacer una nasa y la llevamos a cabo”, relató Guelo.

Esto es una nasa que puede salir cerca de $75 hecha de buen material. Posiblemente, una persona bastante habilidosa la hace en una mañana o puede bajarle el costo a $35 o a $25 y una persona que no sea tan habilidosa la puede hacer en un día. Pero, no creo que se necesite mucha imaginación para hacerla”, agregó.

¿Cómo se hace?

El primer prototipo, que se encuentra en la finca El Pitirre de Cabo Rojo y la cual le pertenece al proyecto educativo Aspira, es un modelo pequeño y de fácil transporte. Consta de dos pies de alto, cuatro pies de largo y cuatro pies de ancho. Pero, Guelo recomienda que se realice de dos pies de alto, seis pies de largo y seis pies de ancho para poder atrapar más iguanas.

“Deben ajustarse a las conveniencias del trabajo y el transporte”, detalla el diagrama provisto por el DRNA.

Pero, esta trampa no es un simple cajón de metal. La parte más complicada sería hacer el “nacillo”, que es por donde entraría la iguana. Se trata de un área que tiene una rampa y una especie de trampolín en el área alta del descanso que ayude a que la iguana caiga a la zona donde se encuentra la comida. En esta especie de trampolín, Guelo le dejó las puntas afiladas para que las gallinas de palo no intenten salirse una vez ingresaron y un poco de espacio libre para permitir la entrada del reptil.

“En esta entrada, la iguana se desplaza por aquí poco a poco. Se mete por ese roto y cae allá adentro buscando la comida. Generalmente, se ponen comida cerca de la entrada. Buscando la salida, ella mira hacia las paredes. Busca las esquinas y no logra salir. Es el mismo principio del pescao”, detalló.

Las instrucciones para colocar la trampa son sencillas. Este debe estar en un área con sombra, lejos del alcance de los niños y tener en su interior frutas coloridas, maduras y olorosas, como la piña, mangó, papaya, lechuga o guineos. Si las frutas no son jugosas, se le debe colocar agua en un recipiente pesado para que no se vierta.

De la jugosa piña que se saboreó, Guelo frotó un pedazo sobre la tela de alambre para que el olor atrajera a la presa. También se puede colocar alguna fruta en ruta a la trampa.

La trampa también debe tener una puerta por el lateral o en la tapa de la superficie para poder extraer las iguanas o para echar alimento.

“Atender la trampa diariamente y no dejar animales adentro por más de 24 horas”, destaca la última recomendación.

Según el ingenioso hombre, un agricultor necesitaría cuatro trampas similares para atender el problema de las iguanas en dos cuerdas de terreno. Para una residencia, una bastaría.

“Yo creo que la solución sería esta. Es económica, es la única. Porque si la gente empieza a tirar tiros con rifle y ese tipo de cosas, entonces eso va a ocasionar otro tipo de problema. Por lo menos, así las cogen y es pasivo”, sostuvo el caborrojeño.

Comprobada eficiencia

La pregunta más importante es si esta trampa es efectiva. Pues, resulta que la primera vez que la pusieron en funciones se atraparon 67 iguanas juveniles y adultas durante dos días. Las más pequeñas escapaban. Pero, Guelo contó que, si se usa también tela metálica con orificios pequeños estas huirían.

Una grabación que realizó López por un periodo de 24 horas en la finca El Pitirre muestra, entretanto, cómo cuatro iguanas caen en la trampa.

Ricardo López Ortiz, director interino de la División Investigación de Manejo Pesquero Comercial del DRNA.
Ricardo López Ortiz, director interino de la División Investigación de Manejo Pesquero Comercial del DRNA. (Jorge A Ramirez Portela)

“Si nosotros no hubiéramos resuelto este problema, teníamos que retirarnos, porque no había manera de coger los monos en trampas”, resumió Guelo.

Debido a su éxito, ahora el DRNA busca propagar que agricultores y toda persona que tenga problemas con las iguanas de palo fabriquen las trampas.

“La trampa tiene los beneficios de que no tienes que sacar una licencia de armas, no tienes que sacar un permiso de cacería, porque no estaría entrando en una actividad de cazar, sino que estarías entrampando, como dice la ley. Así que te evita muchísimos pasos que tendrías que dar si fueras a cazar la iguana. Además, que capturas muchas a la vez. No tienes que estar tan pendiente a la trampa. De que cada vez que capturas una, volverla activar. No. Tú la dejas ahí y estas pendientes que los animales no sufran. Así que, si vienes a ver, tienes varios beneficios, además de su portabilidad. Las puede transportar a diferentes sitios del predio que tú quieras atender”, precisó López.

Señaló que otro beneficio es que se eliminan las iguanas juveniles y adultas, que son capaces de poner entre 20 a 70 huevos en cada periodo de reproducción. El mismo se extiende de diciembre a marzo, mes en el que ponen los huevos.

Asimismo, estas trampas no atraen a perros, gatos ni gallinas, aseguró López.

Este proceso para atrapar las iguanas está permitido en la Isla por leyes y reglamentos, comentó el experto.

“La gallina de palo es una especie exótica invasora que se puede atrapar y destruir en cualquier momento del año, según el reglamento 6765 del DRNA. En caso del agricultor que capture estas gallinas de palo en sus trampas, en su lugar, lo mismo puede alimentarse con estas gallinas de palo, como se las puede vender a las personas que venden gallina de palo al exterior, que las sacan del país para alimento para humano o mascotas. Debo decir que la libra (de carne) de gallina de palo en algunos lugares, como California, puede encontrarse hasta en $40 la libra. O sea, en muchos sitios la carne de iguana es bien cotizada y se paga muy bien”, explicó el investigador.

Detalló que se cometería una ilegalidad si se vende al consumo sin tener los debidos permisos que otorga el Departamento de Salud para ello. No obstante, si es para consumo personal no habría que requerir tal autorización.

La persona que las atrape también puede practicar la eutanasia. López recomendó que este proceso se consulte con un veterinario y un exterminador, pues los procesos que conlleven sufrimiento de un animal son ilegales.

“Una vez tu captures la gallina de palo, esa gallina de palo es tuya. Tú tienes que tratarla con dignidad. Hay leyes que protegen a los animales, verdad, maltrato animal. Tienes que seguir las instrucciones que tienen esas leyes y esas instrucciones básicamente están basadas en las recomendaciones de los veterinarios, que sea de una manera en que el animal no sufra”, manifestó López.

A modo de recomendación, el experto comentó que, si se desea eliminar a la iguana, se debe dar “un golpe severo craneal” o una cortadura contundente en la nuca. Luego, se deben enterrar.

Actualmente, estas trampas solo se han probado en los lugares del suroeste donde se intentan atrapar a los primates, en la finca El Pitirre, en la bananera Fabre de Sabana Grande, que es la le suple las frutas que utilizan de carnada, así como en algunas intervenciones del Cuerpo de Vigilantes del DRNA.

“Yo recomiendo que el gobierno tome parte en este asunto, (el Departamento de) Agricultura, y resuelva ese problema (de las iguanas). En tiempos difíciles, las iguanas van a traer un caos en Puerto Rico, en la agricultura. El gobierno podría darles cierto dinero a los agricultores, incentivar con algo para que ellos hagan esas trampas o mandar a hacer parte de las trampas y repartirlas en lo que después ellos pueden desarrollar las otras”, recomendó Guelo.