Al tiempo que anunciaba la llegada a Puerto Rico de tres de las siete unidades móviles alquiladas para “estabilizar” temporeramente la generación eléctrica en la Isla, la oficial coordinadora de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), Nancy Casper, indicó que la dependencia no tenía postura sobre la decisión del gobierno puertorriqueño de lanzar un proceso competitivo dirigido a la construcción de una nueva planta de gas natural con capacidad para producir hasta 300 megavatios (MW).

No tengo conocimiento específico sobre la solicitud que publicó el gobierno de Puerto Rico. Puedo decir que FEMA apoya el progreso del territorio hacia las (fuentes de energía) renovables y el plan PR-100″, sostuvo Casper, aludiendo proyecto que dirige el Departamento de Energía federal que, en sus informes parciales, ha presentado una serie de rutas para que Puerto Rico logre completar sus objetivos de política pública, incluyendo la producción de toda la electricidad con fuentes limpias para el 2050.

FEMA ha asignado a Puerto Rico sobre $11,000 millones para la reconstrucción de la red eléctrica, aunque menos de $1,000 millones se destinarán al renglón de generación.

El gobernador Pedro Pierluisi, en tanto, defendió los méritos de la solicitud de cualificaciones (RFQ) que la Autoridad de Alianzas Público Privadas (AAPP) publicó más temprano este mes, con el que se buscan proponentes dispuestos a diseñar, construir, operar y mantener la planta de gas natural, que también sería convertible a algún otro combustible, como el hidrógeno. El RFQ se emitió al amparo de la enmienda que el Negociado de Energía autorizó al Plan Integrado de Recursos en agosto del año pasado.

Pierluisi recalcó que el 2050, cuando por ley se debe haber completado la transición a renovables, se encuentra “a 27 años de distancia”.

De todas maneras, cumpliendo esa meta, es de esperar que necesitemos tener una generación de carga base que nos dé el debido resguardo, la debida redundancia para nuestro sistema. A la misma vez que estamos cumpliendo con esa meta, tenemos que cumplir con requisitos que impone la Agencia de Protección Ambiental (EPA). Sabemos que esos requisitos, a menos que la EPA nos ofrezca algún tipo de dispensa, no los pueden cumplir las plantas que tenemos en Puerto Rico que queman petróleo. Las plantas que queman diésel, en términos generales, sí pueden cumplir con esos requisitos de misión (y) las que queman gas natural también”, expresó el primer ejecutivo.

“Hace todo el sentido del mundo tener una planta adicional que queme gas natural. Lo que está haciendo el gobierno al momento es cumplir básicamente con lo que dispuso ya el Negociado de Energía”, añadió.

Pierluisi hizo referencia al apagón registrado el martes debido a una avería en la cogeneradora EcoEléctrica, que en un momento dado dejó a más de 18,000 clientes sin servicio.

“EcoEléctrica tiene como 20 años ya y suple, en su pico, un poquito más de 400 MW. Aquí lo que queremos tener es una planta más moderna que va a poder suplir 300 MW y estaría a disposición de la Autoridad (de Energía Eléctrica, AEE) y, próximamente, Genera PR. Esto está debidamente planificado”, dijo el primer ejecutivo.

El RFQ de la APP dispone que Genera PR –en transición para operar las plantas legado de la AEE– ni LUMA Energy –operador de la red de transmisión y distribución– podrán ser licitadores, pero no se excluye expresamente a entidades afiliadas. En días recientes, el portavoz de Genera PR, Iván Báez, dijo que no tenía información sobre si New Fortress Energy (NFE), la empresa matriz, participaría del proceso competitivo. NFE tiene experiencia en el mercado puertorriqueño, pues ya suple gas natural a la central San Juan.

En un aparte con este diario, el director ejecutivo de la AEE, Josué Colón, reconoció que la construcción de la planta, una vez adjudicada a un proponente, tomará de cinco a seis años. El ingeniero comentó que ese término –que se cumpliría a finales de esta década o principios de la próxima– es clave, pues en 2028 la central AES deberá dejar de producir energía con carbón por mandato de ley.

AES cuenta con dos unidades que, de forma combinada, inyectan hasta 454 MW a la red, alrededor de una quinta parte del consumo ordinario.

“Para cuando se supone que se elimine el uso del carbón en Puerto Rico, ahí más o menos debería haber un sustituto ya”, dijo Colón.

Esta mañana, FEMA y los oficiales del gobierno puertorriqueño anunciaron que se habían recibido los tres megageneradores que se estarán instalando en la central Palo Seco (Toa Baja) a tiempo para la temporada de huracanes, que inicia el 1 de junio. Otras cuatro unidades –todas con capacidad de 50 MW– llegarán próximamente y se ubicarán en la central San Juan más adelante en el verano.

Los megageneradores fueron alquilados por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército a la compañía Weston Energy y su operación será sufragada en 90% por FEMA y 10% por el gobierno de Puerto Rico. El gas natural para los aparatos será suplido por NFE, según informó Casper.