El paseo tablado del Complejo Recreativo y Turístico La Guancha de Ponce está destrozado y continúa cerrado al público, a casi ocho meses del paso del huracán María.

Esto afecta a más de medio centenar de comerciantes que laboran desde los diversos quiscos, carretones y mesas frente al Mar Caribe, al registrarse una disminución de casi el 75 por ciento de los visitantes que acudían antes del fenómeno atmosférico.

Así lo dijo el vicepresidente de la Asociación de Guancheros, Ramón Soto Martínez, al cuestionar la aparente dejadez de la Administración Municipal de Ponce que aún no les ha presentado un plan para la restauración del lugar.

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“El tablado estaba deteriorado desde antes de María porque cuando se hizo la restauración, la compañía que contrató el municipio utilizó materiales de baja calidad y fue rompiéndose poco a poco. Incluso, había gente que caminaba y se quedaba atascada entre la madera rota y apolillada”, indicó el también propietario del quiosco 13.

Entonces, pasó el huracán y arrasó con el tablado, la Villa Pesquera y provocó el hundimiento de decenas de embarcaciones que al menos ya fueron rescatadas del fondo del mar y depositadas en un solar baldío cercano al puerto.

“Logramos reabrir cinco semanas después del huracán y todo fue por la presión que ejercimos en los medios ante el silencio del municipio. Entonces fue que se comenzaron a hacer cosas aquí, de la mano con los pocos empleados que hay y los muchachos de la Guardia Costanera”, recordó Soto Martínez.

Para lograrlo, los guancheros tomaron la iniciativa de limpiar el sector, incluso tuvieron que pedir permiso al ayuntamiento para construir rampas de acceso a los diferentes establecimientos, pero con dinero propio.

“Algunos gastaron entre $1,000 y $1,500, quizá hasta más, para que la gente pudiera llegar. Aún así no es lo mismo, porque el atractivo principal que es el tablado, está destrozado”, subrayó.

Sin embargo, admitió que el municipio les eximió del pago del canon de arrendamiento hasta diciembre.

En cuanto a la Villa Pesquera, la Asociación de Pescadores habilitó el espacio con mayor rapidez.

Soto Martínez calificó de crítico el estado actual de La Guancha, no tan solo por el deterioro del icónico espacio, sino por la situación económica que vive el país.

“Nuestra clientela, que en su mayoría son obreros, trabajadores, tienen menos recursos y muchos se han ido de aquí. Ahora mismo en La Guancha no tenemos los atractivos, la gente no tiene dinero, y es crítica la situación de los guancheros”, confesó el sicólogo comunitario.

Y es que de ese comercio dependen unas 250 familias.

“Nosotros somos 25 quioscos, más los que hay afuera como los artesanos y los vendedores que están en los carretones. A eso le sumas los empleados, porque el comerciante más pequeño tiene al menos dos empleados, pero hay otros que tienen entre 15 a 20 empleados”, enumeró.

“En un día normal, los quiscos que por lo general estaban siempre llenos ahora los ves vacíos. Antes veías gran parte de las mesas ocupadas, ahora se ven los camareros mirándose la cara, sin nada que hacer”, reveló.

Para Soto Martínez, el problema en La Guancha se debe a la inconsistencia al nombrar administradores que a su juicio, solo son “jefes de mantenimiento y duran muy poco, no le dan continuidad al trabajo que dejó el otro”.

EL PASEO tablado del Complejo Recreativo y Turístico La Guancha de Ponce está destrozado y continúa cerrado al público, a casi ocho meses del paso del huracán María. Esto afecta a más de medio centenar de comerciantes que laboran desde los diversos quiscos, carretones y mesas frente al Mar Caribe, al registrarse una disminución de casi el 75 por ciento de los visitantes que acudían antes del fenómeno atmosférico.

“No hay un plan. Llevo 11 años allí y realmente he visto muy pocos esfuerzos por hacer de aquello un foco de desarrollo económico”, sentenció.

Entretanto, el vicepresidente de los quiosqueros exhortó a la ciudadanía a patrocinar el sector. Aún con las dificultades presentadas.

“El huracán limpió la zona y nos dejó un calado que antes era de tres pies, (ahora) en uno de 12 a 15 pies. Aquí se vio hasta bioluminiscencia”, confesó.

“No tenemos el tablado, pero sigue siendo un sitio muy bonito. El servicio y la calidad que ofrece La Guancha sigue estando y lo único que falta es que llegue la gente porque esto es un sitio agradable para estar y compartir’, resaltó.

"El tablado estaba deteriorado desde antes de María porque cuando se hizo la restauración, la compañía que contrató el municipio utilizó materiales de baja calidad y fue rompiéndose poco a poco. Incluso, había gente que caminaba y se quedaba atascada entre la madera rota y apolillada”, dijo Ramón Soto Martínez, vicepresidente de la Asociación de Guancheros. (Suministrada)
"El tablado estaba deteriorado desde antes de María porque cuando se hizo la restauración, la compañía que contrató el municipio utilizó materiales de baja calidad y fue rompiéndose poco a poco. Incluso, había gente que caminaba y se quedaba atascada entre la madera rota y apolillada”, dijo Ramón Soto Martínez, vicepresidente de la Asociación de Guancheros. (Suministrada)