Tras la derrota en las pasadas elecciones generales y la pérdida de más de medio millón de electores desde el 2012, el Partido Popular Democrático (PPD) presenta una de sus mayores crisis en la historia de esa colectividad.

Esto sin dejar a un lado la pugna de poder en cuanto a quién liderará la Cámara de Representantes a solo horas de culminar las votaciones, unido a la ausencia de una figura relevante que tome el timón de cara al futuro.

Para el analista Néstor Duprey Salgado, el PPD perdió pertinencia ante la falta de un proyecto político que esté a tono con las necesidades del Puerto Rico de hoy.

“Yo creo que hablar de la derrota del Partido Popular en singular es perder de vista que aquí los grandes perdedores de esta elección fueron los dos partidos principales, que vienen arrastrando un deterioro de su base política de varios ciclos electorales. En el caso del PPD es más dramático porque el PPD no logra ganar la gobernación, no logra ganar la comisaría residente y está peleando una mayoría de un voto en uno de los cuerpos legislativos.”, explicó el catedrático del Recinto Metropolitano de la Universidad Interamericana.

“En el caso del PNP, pues la utopía de la estadidad representa una especie de pegamento ideológico para ese partido, pero en el PPD no hay nada de eso… el Estado Libre Asociado no existe, el modelo económico no existe, la primera transformación, si es que alguna vez como se proyectó fue exitosa, pues ya no es un modelo para el país. Los números son la mejor prueba de la falta de pertinencia del PPD en este momento”, resaltó el historiador.

Duprey Salgado catalogó la situación actual del PPD como “una crisis terminal de larga duración”.

“La crisis es más evidente, más profunda y por eso yo la denomino una crisis existencial; es una crisis de ausencia de proyecto político y ausencia de un liderato evidente porque aquí no hay una figura luego del proceso electoral que tú puedas decir 'el liderato del PPD lo va a heredar X o Y”, manifestó.

“En 1969 fue Rafael Hernández Colón, en 1993 el alcalde de San Juan, Héctor Luis Acevedo, en el 2008 estaba la figura de Willie Miranda Marín y del entonces senador Alejandro García Padilla. Hoy no hay una figura en el PPD que sea el heredero aparente del liderato de la colectividad lo que abona mucho más, me parece a mí, la crisis del PPD”, agregó.

Asimismo, sostuvo que el matiz ideológico discutido en los pasados años ya no existe en la octogenaria colectividad.

“Eso era bastante marcado de hacia dónde debía de ir el PPD en cuanto a la relación con Estados Unidos. Eso está ausente en este momento, el sector soberanista del PPD no existe, ya no existe. Las figuras principales de este sector perdieron electoralmente y los que quedaban en términos de la base política abandonaron al PPD. El PPD se quedó sin su izquierda y en la derecha tiene la competencia no de uno, sino de dos movimientos políticos: el PNP y el Proyecto Dignidad”, advirtió.

“Es una situación bastante complicada, pero lo peor es el ‘mal practice’ político… el liderato popular de ni tan siquiera comenzar un proceso de evaluación, como tampoco lo comenzaron en el 2016 después de las elecciones y el fenómeno de las candidaturas independientes de Lúgaro y Cidre”, agregó.

Mencionó que la debilidad en la estructura popular data de la década del 70 pues no gana elecciones sin el respaldo de electores fuera de su base.

“El PPD no gana las elecciones sin el respaldo de los votos en su periferia y en este caso no lo tuvo y peor aún, no se buscó ese voto. En el último debate de los candidatos a la gobernación, a pesar de que el PPD había comenzado una campaña mediática proyectándose como la única alternativa al PNP, a pesar de eso, Charlie Delgado en ningún momento del debate utilizó esa frase ni ese argumento”, lamentó.

“Pero más allá de los errores de la campaña y de la carencia del candidato, aquí hay un problema de fondo que es la poca pertinencia, por ser generoso, que tiene el PPD en este momento en la vida puertorriqueña. Cuando tú conviertes la nostalgia en tu proyecto de futuro, tú no eres ya un movimiento político pertinente y ese es el caso del PPD”, argumentó.

De otra parte, señaló como otro gran problema, el reto de cómo llevarán sus relaciones con el Partido Demócrata pues carecerán de una figura clave que el mismo electorado rechazó.

“Ahí el PPD tiene unas relaciones con Biden que me imagino que explotarán, pero ahí tienes otro problema, la figura del PPD que tiene mejor relación con el Partido Demócrata es Carmen Yulín Cruz que fue contundentemente rechazada por los electores populares. ¿Cómo vas a conciliar esas dos realidades? Pues ahí tienes otro problema que me parece que va a abonar a un cuatrienio bien complicado para el Partido Popular”, apuntó.

“Creo que el problema de años del PPD es su endogamia, quererse mirar solamente por dentro y mirarse a sí mismo y no mirar alrededor, crear un mundo, una burbuja en torno a la conversación interna dentro del PPD y no mirar cómo el país estaba cambiando sociológicamente, cómo había unas nuevas generaciones para las que el PPD era un nombre en los libros de historia. Se perdió mucha gente valiosa”, relató.

Así, el futuro del PPD no se proyecta brillante a menos que el liderato realice una introspección en la cual haya espacio para la reinvención.

“Yo no veo en el PPD ese espíritu crítico, si fue en el 2016 cuando un cambio tan tímido como alterar un poco la insignia de la colectividad provocó el debate que generó en la campaña de David Bernier qué será plantear una transformación dramática del PPD en este momento para hacerlo más pertinente. Me parece que no hay voluntad en el liderato del PPD de tener la introspección necesaria para hacer una transformación dramática de ese espacio político”, concluyó.